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Tras la irrupción como candidata de la canciller argentina, Susana Malcorra:

Chile juega sus cartas de cara a la elección en las Naciones Unidas

domingo, 29 de mayo de 2016

Matías Bakit R.
Reportajes
El Mercurio

El Gobierno tiene prácticamente decidido apoyar, en una primera etapa, la postulación de la ministra trasandina, quien ya envió una solicitud formal al respecto al canciller Heraldo Muñoz. A cambio, el país buscaría respaldo para la candidatura del coagente ante La Haya, Claudio Grossman, a un importante cargo, también en la ONU.



"C uento con tu apoyo y el de todos mis amigos chilenos. Susana".

Con estas palabras, escritas de puño y letra, concluye la carta que el 25 de mayo pasado envió la canciller argentina, Susana Malcorra, a su par chileno, Heraldo Muñoz, con el objetivo de pedir oficialmente el apoyo del país para su candidatura a la secretaría general de las Naciones Unidas.

En el documento, la ex jefa de gabinete de Ban Ki-moon detalla su experiencia en asuntos multilaterales y explica el rol que, a su parecer, debe cumplir el timonel de la ONU.

"La Secretaría General debe asegurar que cosechemos los beneficios de nuestros esfuerzos conjuntos, lo cual requiere inculcar en toda la organización una visión del camino a seguir y asegurar que dicha visión se traduzca en impactos concretos. Esto implica un cambio de cultura que aplique un enfoque renovado basado en el rendimiento y en la rendición de cuentas desde los puestos directivos más altos y permeando a través de toda la organización", dice la carta.

Esta petición no tomó por sorpresa al Gobierno dado que la nominación de Malcorra era un secreto a voces dentro del ambiente diplomático internacional. De hecho, se dice que ya había una decisión tomada al respecto, en línea con una política instaurada hace años.

Intercambio de votos

Según expertos de Cancillería, no hay "ninguna duda" de que Chile apoyará la candidatura de la ministra argentina, debido a la importancia que tiene la relación vecinal entre ambos países. Esto, en concordancia con acciones anteriores en que se ha apoyado a figuras nominadas por la Casa Rosada, pese a existir opiniones divergentes sobre la conveniencia de esto. Fue el caso, por ejemplo, del voto chileno favorable a la abogada Susana Ruiz Cerutti, quien postulaba a ser jueza de la Corte Internacional de Justicia.

La adhesión a la candidatura de Argentina tiene, además, otra razón. Hoy por hoy, Chile no tiene presencia ni en los cargos más altos ni en las posiciones secundarias de la estructura de las Naciones Unidas. En este contexto, el apoyo de La Moneda a Malcorra probablemente sea negociado -en un movimiento tradicional en política multilateral- por votos y lobby de la Casa Rosada a favor de alguna figura chilena.

Este proceso ya estaría en marcha, pues los embajadores ante la ONU suelen juntarse una vez al mes para negociar cupos. Y, según fuentes entendidas, en el caso de Chile ya hay un interés concreto: lograr apoyos para la candidatura del abogado y coagente ante La Haya, Claudio Grossman, a la Comisión de Derecho Internacional de las Naciones Unidas, el organismo que pone las bases legales para todos los tribunales internacionales, entre ellos la Corte Internacional de Justicia.

Sin embargo, en esta etapa las intenciones de voto de Chile para la Secretaría General no aseguran que en la elección -a realizarse en diciembre- se apoye al mismo candidato.

Esto porque es el Consejo de Seguridad, y más en específico los cinco miembros permanentes, los que deciden quiénes son los postulantes más idóneos a la Secretaría General. Es más, según la carta de la organización, el Consejo solo presenta un nombre ante la Asamblea, que debe después confirmar lo decidido. Así, países como Chile solo pueden hacer lobby y manifestar intención de voto en los meses previos.

El nuevo panorama

Tradicionalmente, las elecciones a secretario general de la ONU estaban envueltas en total secretismo y, con excepción de rumores de pasillo, el mundo solo se enteraba del ganador el día en que este era anunciado.

A fines del año pasado, no obstante, se decidió cambiar el sistema. Hoy los candidatos interesados deben enviar una carta a la organización y presentar sus argumentos de campaña ante la Asamblea General, en una sesión pública. Es así como se sabe que hoy hay 10 candidatos y se conocen sus propuestas.

"Es una gran novedad y muy positiva. Es sinónimo de transparencia. Un cambio para mejor", dice el ex embajador Cristián Maquieira, quien estuvo destinado tres veces en la ONU. Agrega, sin embargo, que ve pocas posibilidades de que en la elección misma el Consejo de Seguridad "entregue voluntariamente las prerrogativas que le permiten seleccionar al nuevo secretario general".

Pero no fue lo único que cambió. De la mano con el proceso para lograr más transparencia en la elección, surgió una presión mundial para que hubiese más candidatas mujeres al cargo. "Es el mejor momento. Las mujeres tenemos las oportunidades para tener una gran educación, para entrar en diplomacia, política y relaciones exteriores", dice Jean Krasno, experta en Naciones Unidas, profesora de Yale y Columbia y presidenta de la campaña internacional para lograr que una mujer sea secretaria general. Agrega que su organización se ha reunido con varios embajadores en pos de lograr ese objetivo.

Así, el pool de candidatos actual para la Secretaría General de la ONU es el siguiente: Srgjan Kerim (Macedonia), Vesna Pusic (Croacia), Igorl Luksic (Montenegro), Danilo Turk (Eslovenia), Irina Bokova (Bulgaria), Natalia Gherman (Moldavia), Antonio Guterrez (Portugal), Helen Clark (Nueva Zelandia), Vuk Jeremic (Serbia) y Susana Malcorra (Argentina).

Según una regla no escrita de la organización, los secretarios generales deben rotar según el bloque regional. Siguiendo esa lógica, el aspirante elegido debiese pertenecer al bloque de Europa del Este. En este contexto, los expertos creen que la favorita es la actual secretaria general de la Unesco, la búlgara Irina Bokova.

Aun así, vaticinan una elección difícil debido al delicado estado de las relaciones entre los miembros permanentes. Rusia podría vetar a los candidatos que sean cercanos a la Unión Europea o a la OTAN, y Estados Unidos, a su vez, podría hacer lo mismo con los aspirantes que considere podrían ser manejados fácilmente por Moscú.

Si esto ocurre, los candidatos europeos podrían ser bloqueados para dar paso a otro tipo de líder, como Malcorra, o la ex Primera Ministra neozelandesa Helen Clark, a quien Chile no ve con malos ojos debido a que es cercana a la Presidenta Michelle Bachelet y muy amiga del canciller Heraldo Muñoz.

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