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Obama es el primer Mandatario de su país en uno de los sitios bombardeados en 1945:

En inédita visita a Hiroshima, el Presidente de EE.UU. pide "un mundo sin armas nucleares"

sábado, 28 de mayo de 2016

Alicia Tagle Crichton
Internacional
El Mercurio

Como estaba previsto, el Jefe de Estado evitó pedir perdón por los bombardeos. "La muerte cayó del cielo y el mundo cambió", dijo al recordar el ataque.



Ante la mirada de unos pocos sobrevivientes de la primera bomba atómica lanzada en el mundo, Barack Obama dejó ayer una ofrenda floral en el Memorial de la Paz de Hiroshima, donde está inscrita la frase "Descanse en paz, no repetiremos esta tragedia".

El Mandatario se convirtió así en el primer Presidente estadounidense en funciones que visita la ciudad japonesa de Hiroshima, 71 años después del ataque ordenado por Washington, un gesto que los gobiernos de ambos países esperan que consolide su alianza y fortalezca los esfuerzos por abolir las armas nucleares.

"Era una mañana luminosa y sin nubes. La muerte cayó del cielo y el mundo cambió", dijo Obama en un emotivo discurso, aunque, tal como estaba previsto, no pidió perdón por el bombardeo del 6 de agosto de 1945, que fue sucedido tres días después por un segundo ataque nuclear a la ciudad nipona de Nagasaki.

Las palabras del Mandatario -quien estuvo acompañado por el Primer Ministro japonés, Shinzo Abe- equilibraron un sentido homenaje a todos los inocentes muertos durante la Segunda Guerra Mundial, a la vez que evitaron demostrar arrepentimiento por un hecho que EE.UU. ha justificado como la única forma con que se pudo poner fin a la guerra en la que Japón entró con un ataque sorpresa a Pearl Harbor.

"El destello de luz y un muro de fuego destruyeron una ciudad y demostraron que la humanidad poseía los medios para destruirse a sí misma", dijo el Mandatario, con el icónico Domo de la Bomba Atómica en el Parque de la Paz como telón de fondo, el único edificio de la zona del epicentro cuya fachada sigue en pie.

"Estamos aquí, en medio de esta ciudad, y nos obligamos a imaginar el momento en que cayó la bomba (...). Nos obligamos a sentir el temor de los niños confundidos por lo que vieron. Escuchamos un grito silencioso", agregó Obama.

En uno de los momentos más significativos del acto, Obama se acercó a algunos sobrevivientes de los ataques nucleares -conocidos como hibakusha - y conversó con Sunao Tsuboi (91), líder de una agrupación de víctimas de Hiroshima, mientras tomaba sus manos. Entonces se acercó a Shigeaki Mori (79) y lo abrazó mientras el sobreviviente soltó algunas lágrimas.

Por su parte, el Primer Ministro Shinzo Abe dijo que Japón había "esperado desde hace mucho esta visita" y que nunca más se deberá repetir lo que sucedió en Hiroshima y Nagasaki. "Es nuestra responsabilidad que hagamos un esfuerzo por la paz", destacó.

Sin avances concretos

El Presidente demócrata ha promovido un mundo libre de armas nucleares durante su gestión. "Entre aquellas naciones que, como la mía, tienen armas nucleares, debemos encontrar la valentía para escapar a la lógica del miedo y buscar un mundo sin ellas", destacó ayer en una propuesta similar a la que hizo a los líderes de la Unión Europea en Praga en 2009, el mismo año en que ganó el Premio Nobel de la Paz, aunque la invitación aún no tiene ecos ni grandes avances concretos.

"A pesar del fuerte compromiso retórico con el desarme, el ritmo del desarme bajo la gestión de Obama es en realidad más lento que bajo George W. Bush", explicó a "El Mercurio" Miles Pomper, experto en seguridad nuclear del Centro de Estudios para la No Proliferación. El analista aseguró que "aún hay enormes arsenales (nucleares) en EE.UU. y Rusia", mientras que también son deudas pendientes los "crecientes arsenales de China, Pakistán, India y Corea del Norte" (ver mapa).

De todas formas, más allá de ser un simbólico gesto, la visita de Obama a Hiroshima no comprometió iniciativas hacia la no proliferación, destacó Pomper: "Cualquier esfuerzo se ve limitado por la falta de apoyo de Rusia y el Congreso de EE.UU.".

Obama aterrizó en Hiroshima tras la cumbre de mandatarios del G-7 en Ise-Shima, Japón. El ex Presidente Richard Nixon había visitado el Parque de la Paz en 1964, antes de su elección, y Jimmy Carter en 1984, mucho después de dejar la Casa Blanca.

Antes de llegar a Hiroshima, el Presidente estadounidense elogió la "gran alianza" que une a su país y Japón, donde EE.UU. tiene alrededor de 47.000 soldados estacionados como parte de un tratado de seguridad firmado en 1951.

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