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Presidenta Michelle Bachelet, en su tercera cuenta pública ante el Congreso Nacional:

"Hay iniciativas que deberemos reprogramar. Tenemos que considerar la restricción de recursos o la necesidad de formar acuerdos amplios"

domingo, 22 de mayo de 2016

Alex von Baer y Fernanda Paúl
Nacional
El Mercurio

Mandataria pidió estrechar las confianzas y llamó a un "pacto por un crecimiento que se sostenga en el tiempo".



"Confianza". La palabra fue repetida en trece ocasiones por la Presidenta Michelle Bachelet durante su tercera cuenta pública realizada ayer en el Congreso, en Valparaíso.

Puntual, la Mandataria ingresó al Salón de Honor a las 9:26 horas para iniciar su discurso, cuatro minutos después, ante más de 700 invitados.

Su intervención duró 90 minutos, convirtiéndose en la cuenta pública más breve de su segundo período en La Moneda. Tanto, que al finalizar quedaba todavía una hora para que se iniciara el desfile en honor a las Glorias Navales, en la Plaza Sotomayor. Entonces, la Presidenta les consultó a los jefes de protocolo del Senado, Guillermo Miranda, y de La Moneda, Gloria Navarrete, cuál era la mejor opción: Si quedarse en el Parlamento o hacer tiempo en Cerro Castillo. Se optó por la segunda opción.

"Obra gruesa"

Al comenzar su intervención, la Mandataria realizó un diagnóstico de la situación que enfrentó al iniciar su gobierno y cómo, por ejemplo, la productividad estaba hace años estancada, el sistema político no se había adaptado a las mayores exigencias de los ciudadanos, el Estado estaba lento y los mercados poco transparentes y competitivos.

En este contexto, defendió las reformas impulsadas durante su administración -recalcó que se ha "avanzado mucho en tan solo 26 meses"- y comenzó a hilvanar uno de los focos de su intervención. "Ya empieza a concluirse lo que podríamos llamar la 'obra gruesa' de nuestras reformas", expresó.

El rumbo que marcará el segundo tiempo de su administración lo selló a continuación: concentrarse en consolidar la implementación de las reformas en marcha, y acotar el resto de la agenda gubernamental. "Hay también iniciativas que deberemos reprogramar, porque tenemos que considerar la restricción de recursos o la necesidad de formar acuerdos amplios", dijo.

Las proyecciones económicas para este año registran expectativas a la baja. En su informe de abril, el Fondo Monetario Internacional fijó una estimación del 1,5% de crecimiento en 2016, en contraste con el 2,1% que había pronosticado en enero. La propia Mandataria, el pasado 11 de marzo, dijo que "la obra gruesa ya está lista; ahora tenemos que afinar las terminaciones".

Esta vez, además, la Jefa de Estado también marcó un énfasis en otros conceptos. Uno de ellos apuntó a mejorar "significativamente" la gestión del Gobierno, un aspecto que ha sido criticado en varias ocasiones por los propios partidos de la Nueva Mayoría. Asimismo, defendió lo realizado por la Concertación, un debate que marcó los primeros meses de su administración por quienes apostaban por transformar el modelo. "No partimos de la nada", aseveró ante el Congreso Pleno.

Confianza y crecimiento

Con el respaldo de amplios sectores del espectro político, la Presidenta puso el foco en el crecimiento económico. Su llamado fue a conjugar un "pacto por un crecimiento que se sostenga en el tiempo", pese a que dirigentes empresariales advirtieron posteriormente que dicho mensaje careció de propuestas más concretas.

De ese factor hablaría más tarde el ministro del Interior, Jorge Burgos. "Más que determinadas medidas concretas que se pueden implementar, yo destacaría la convocatoria, el ambiente", expresó.

El telón de fondo de esta agenda fueron los llamados a la confianza y las señales de certezas que, de acuerdo con la interpretación de amplios sectores políticos, intentó entregar a lo largo del discurso. "Este es un país maduro y sensato. Nadie está dispuesto a arriesgar lo que ha costado tanto conseguir", indicó la Jefa de Estado, quien reafirmó el compromiso con las finanzas públicas sanas y una macroeconomía ordenada. "El populismo es lo opuesto a los cambios serios. Seguiremos en el proceso de consolidación fiscal gradual, con una reducción de nuestro déficit estructural en 0,25% del PIB por año".

También hizo referencia a una de las mayores preocupaciones manifestadas por el sector privado, en el marco de la discusión constitucional: "Sabemos, como ha sido nuestra tradición jurídica, que son claves el respeto a la propiedad privada y el reconocimiento a su función social". Al mismo tiempo, sin embargo, aludió indirectamente -de manera crítica- a la decisión de Chile Vamos de marginarse del proceso y aseveró que se están dando las garantías para que sea "sin manipulaciones".

Omisión en reforma laboral

La Mandataria afirmó que las transformaciones que ha impulsado su gobierno no tendrán efecto si descansan sobre "instituciones y liderazgos con pies de barro". "Ningún avance podrá consolidarse si persiste el divorcio entre las élites y la ciudadanía", planteó.

"Sin complementariedad entre el Estado y el sector privado -continuó-, sin lazos de confianza entre empresarios, trabajadores y comunidades, todo esfuerzo será en vano".

Junto con la relevancia que le otorgó al diálogo, sin dejar "a nadie afuera", la Mandataria se refirió al sistema laboral: dijo que esperaba relaciones justas entre empresarios y trabajadores y que, por este motivo, "estamos comprometidos en fortalecer las organizaciones sindicales y hacer que las negociaciones colectivas sean más equilibradas".

Pese a ello, no realizó una referencia explícita al proyecto de reforma laboral que, tras el fallo del Tribunal Constitucional, se vio afectada en uno de sus aspectos centrales: la Titularidad Sindical. Algunos parlamentarios oficialistas esperaban una señal sobre el camino que adoptará el Gobierno para salvaguardar la iniciativa. Tampoco se refirió al conflicto en La Araucanía, el financiamiento a la educación superior, la reforma a las isapres, y el nuevo Código Penal (ver C 8).

Similitudes con 2015

La cuenta pública tuvo algunas similitudes con la que pronunció en 2015, cuando llamó a recuperar la confianza, trabajar en un "diálogo franco" y resaltó la importancia del crecimiento económico. También se refirió a la agenda anticorrupción, de la cual dio cuenta ayer de sus avances en el Congreso.

En otro ámbito, la Presidenta realizó un reconocimiento a las Fuerzas Armadas. Y, en medio de la investigación que lleva el Ministerio Público al ex comandante en jefe del Ejército Juan Miguel Fuente-Alba, dijo que había instruido a sus ministros para que "trabajen con las FF.AA. para la incorporación de nuevos estándares de transparencia y rendición de cuentas en la gestión de recursos de la Defensa Nacional".

A lo largo de su intervención, abordó otras temáticas, como la contramemoria que prepara Chile frente a la demanda marítima de Bolivia en La Haya y la delincuencia. Uno de los momentos más aplaudidos fue cuando aludió al caso de Nabila Rifo, la mujer que recibió una fuerte agresión esta semana en Coyhaique.

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