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Violenta jornada de vandalismo marcó nuevamente el 21 de mayo en Valparaíso:

Uno de 47 arrestados por Carabineros enfrentará la justicia por lanzar bombas molotov

domingo, 22 de mayo de 2016

Audénico Barría
Nacional
El Mercurio

Del total de aprehendidos, veinte pasarán hoy a control de detención. A la gran mayoría se le imputan desórdenes y oposición a la acción de los uniformados. El ministro del Interior admitió ayer que, a la luz de lo ocurrido, la fuerza policial fue sobrepasada.



Con un combo, dos encapuchados golpeaban insistentemente un asiento de concreto en la avenida Pedro Montt. Mientras, otros vándalos trataban de forzar una reja de un local comercial. Ayer, la violencia se tomó las calles del centro de Valparaíso, a solo cuadras del Congreso Nacional: barricadas, fuego, destrozos y pedradas a carabineros.

A duras penas soportaba todo lo que quedaba a merced de la turba que -entre la Plaza Victoria y Freire- concentró los disturbios.

El puerto había amanecido con un fuerte contingente policial en el plan. Hubo una breve, pero copiosa lluvia con truenos durante la madrugada. Se pensaba que esta podría aplacar los desmanes que ocurren año tras año luego de la cuenta presidencial.

Sin embargo, las acciones delictivas comenzaron del mismo modo en que lo han hecho en la última década. De nada sirvió que los días anteriores se hubiera retirado de las calles el mobiliario urbano y todo lo que sirviera de proyectiles para los vándalos. Tampoco hizo efecto la lluvia.

Organizadores cifraron en cinco mil los asistentes

La Gobernación de Valparaíso autorizó cuatro marchas que se fundieron en una sola, con un trazado común: desde Bellavista a Parque Italia, entre las 9:00 y las 14:00 horas.

Los manifestantes, que habían viajado en buses desde Santiago, se reunieron temprano y comenzaron a avanzar a las 9:30. Llegaron en total unas 5 mil personas, según algunos organizadores, aunque oficialmente ninguna autoridad entregó una cifra.

Marcharon efectivamente hasta la calle Freire, por la Avenida Pedro Montt, con notoria presencia de encapuchados. Cerca de las 10:30 empezaron los disturbios. Primero, con ataques a pedradas contra los carabineros y más tarde con bombas incendiarias caseras del tipo "molotov".

Eran las 10:50 cuando una turba descerrajó las cortinas metálicas de la Farmacia Ahumada en la esquina de Pedro Montt con Las Heras, saqueó el local, roció el interior con combustible y uno de ellos lanzó un artefacto incendiario.

El fuego se propagó por todo el edificio de tres pisos, provocando no solo daños sino también la muerte del guardia municipal Eduardo Lara. Después incendiaron un local de una empresa telefónica en Pedro Montt con Carrera y vino una seguidilla de atentados que afectaron a otros cuatro locales comerciales e incluso amenazaron con destruir la Catedral.

Fuego afectó a la Catedral

Los violentistas rociaron con combustible la entrada del templo, aunque no alcanzaron a prender el fuego. No obstante, otras llamas que quemaban un local contiguo provocaron daños en la techumbre de la nave principal y en dependencias de la Parroquia Espíritu Santo, dijo el sacerdote Dietrich Lorenz, quien debió suspender los oficios religiosos de ayer y de hoy.

Mientras todo ello ocurría, Carabineros lanzaba agua y gas lacrimógeno para intentar dispersar a los encapuchados. La institución informó que se registraron 47 detenidos que en su gran mayoría cometieron desórdenes y se opusieron a la acción policial. Veinte de estos pasarán hoy a control de detención. Uno enfrentará la justicia por lanzar bombas molotov, de acuerdo a lo indicado por la policía.

En el centro del puerto, transeúntes criticaron la facilidad con que se movieron en un inicio los violentistas.

El ministro de Interior, Jorge Burgos, reconoció, al ser entrevistado por una radioemisora, que, a la luz de lo que había ocurrido, la fuerza policial había sido sobrepasada.

El general director de Carabineros, Bruno Villalobos, lamentó la muerte del guardia municipal, pero respondió con energía a las críticas sobre el actuar del personal destinado al control del orden público. "Basta ya de poner siempre en tela de juicio a los carabineros. Nosotros ponemos el pecho a las piedras, las balas, los fierros y al final siempre encuentran un pero", indicó.

El jefe policial aseguró que "acá no falló la inteligencia policial, al morir un trabajador, que es padre de un carabinero, por acciones de delincuentes. El que falla es el país, las familias que no ejercen su rol de autoridad para frenar a estos individuos que le perdieron el respeto a la vida". Explicó que los antecedentes e informes fueron entregados oportunamente para que se tomaran cursos de acción operativos que no solo importan a su institución, sino que a todos los actores vinculados al funcionamiento de la ciudad.

Dos horas
duraron los disturbios más violentos en el centro del puerto.

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