Dólar Obs: $ 945,11 | 0,39% IPSA -0,25%
Fondos Mutuos
UF: 37.000,58
IPC: 0,60%
Solicitan una visión a largo plazo con más inclusión de tecnologías y articulación de niveles medios:

La educación superior técnico-profesional pide urgente una hoja de ruta definida

domingo, 22 de mayo de 2016

Margherita Cordano F.
Educación
El Mercurio

Más anuncios relacionados con metas y objetivos específicos es lo que necesita el sector para los próximos años, opinan directores y especialistas ligados al área. Dicen que hasta ahora solo se han dado a conocer instrumentos, sin que haya una reflexión respecto a las necesidades reales del área y del país.



El pasado 10 de mayo, un grupo de representantes de la educación técnica chilena llegó hasta las dependencias del Mineduc para reunirse con la ministra de Educación, Adriana Delpiano. Junto a ella los esperaba la encargada del área técnica de la institución, Marcela Arellano.

Reunidos bajo el nombre Mejora la Técnica, los distintos participantes llegaron con un documento que reunía 15 propuestas para fortalecer este sistema educativo en el país. Correspondían a un resumen de la mesa técnica y las consultas ciudadanas que se venían haciendo desde noviembre y en la que se involucraron 18 organizaciones civiles, educativas y gremiales. El texto incluía cosas como la necesidad de un sistema de acreditación obligatoria, incorporar la gratuidad, así como un plan nacional de formación docente.

"El diálogo con la ministra se enmarcó dentro de las actividades de una campaña enfocada en sensibilizar a la ciudadanía y autoridades sobre esta área de formación, que a nuestro entender ha estado olvidada", comenta Santiago Geywitz, docente del Departamento de Diseño y Manufactura de la Universidad Técnica Federico Santa María en Viña del Mar y parte del equipo de Mejora la Técnica.

"De todas las lecturas de la reforma de educación superior, la educación técnica es la gran ausente; el país necesita no solo buenos ingenieros, sino principalmente técnicos. Nuestro equilibrio en este aspecto está muy desbalanceado y seguirá así si no se pone real interés", explica el académico, aludiendo a la falta de 200 mil profesionales del área que se estima tendrá el país en los próximos cinco años.

Sin visión

El principal ejemplo de cómo la reforma no estaría priorizando este sistema sería la exclusión de los centros de formación técnica e institutos profesionales en la ley corta de gratuidad.

"Como país, estamos dando el mensaje de que ir a la universidad es lo que importa, cuando las estadísticas nos dicen otra cosa. Ante la opción de estudiar gratis, muchos alumnos van a optar por la universidad aunque no sea su primera opción", opina Arsenio Fernández, gerente general de SNA Educa y presidente de Worldskills Chile, organización que reúne a distintos actores de la educación técnica superior y media; entre ellos la Confederación de la Producción y del Comercio, la Asociación Chilena de Industrias Metalúrgicas y Metalmecánicas, y el Consejo de Instituciones Privadas de Formación Superior.

"A fin de cuentas, no parece haber visión de largo plazo".

Concuerda con lo anterior Gonzalo Vargas, rector de Inacap. Durante una intervención en un seminario organizado en abril por Aequalis y centrado en el futuro de la educación, explicó que "si se analizan casos de países como Irlanda, Australia, Nueva Zelandia o China, que también han introducido reformas educacionales pensadas a largo plazo, la discusión se ha centrado en los objetivos que quieren alcanzar. En cambio en Chile el debate ha girado en torno a mecanismos, instrumentos o instituciones. No existe un norte que esté guiando esta reforma, que parece más bien instrumental (...). Con esta primera visión que tenemos del proyecto de ley, se observa un afán más bien regulatorio, de control. Echamos de menos los temas que hoy cruzan la educación a nivel mundial".

Entre estos temas se mencionó la educación a distancia. A ello Fernández agrega la necesidad de pensar en las tendencias de desarrollo productivo que tomará el país, dando énfasis a las tecnologías de la información y la internet de las cosas.

"No parece haber una mirada a las necesidades a largo plazo. Se siguen abriendo cupos para carreras como Técnico en Sonido, cuando el mundo productivo ha dado cuenta de que no requiere de tantos", ejemplifica Patricio Traslaviña, director de Educación Técnico-Profesional de Fundación Chile.

El especialista también cree que el país se ha quedado atrás a la hora de generar una mejor articulación entre el mundo de la educación técnica media y la superior.

"En lugares como Australia o Canadá funcionan los sistemas de certificación de aprendizajes previos. Si se reconoce que existe una competencia ya adquirida -lo que se evalúa a través de pruebas prácticas-, el alumno acorta su tiempo de estadía en la educación superior", explica. Considerando la promesa de incluir a los CFT e IP en la gratuidad, implementar este tipo de articulación sería útil para reducir los costos que pretende destinar el Gobierno en esta materia.

"No hay una carta de ruta; sí hay ideas algo dispersas que pueden eventualmente llegar a transformarse en una. Ideas como la necesidad de articular etapas formativas son buenas y necesarias, pero no están aún enmarcadas en una política", comenta Ricardo Paredes, rector de Duoc UC. "Las instituciones del sector hemos cubierto la demanda creciente de educación superior, pero no hemos pensado realmente al sector, en parte por las urgencias operativas, pero también por falta de visión".

 Imprimir Noticia  Enviar Noticia