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Ex alcalde Raúl Alcaíno regresa a lo público con "Alternativa Moderna":

"En las próximas elecciones se juega algo importante; la gente tiene que involucrarse e ir a votar"

domingo, 22 de mayo de 2016

M. Soledad Vial
Reportajes
El Mercurio

"No me gusta para donde van las cosas, ni esta forma tan agresiva e ideologizada de hacerlas, que polariza al país", dice el ex edil de Santiago. Y por lo mismo decidió actuar, formando una "asociación de personas" que buscan influir sin transformarse en partido. En su primera entrevista después de años, explica por qué está de vuelta.



L legó a la política sin que lo llamaran, se retiró aunque le pidieron que se quedara, y ahora irrumpió con un video en primera persona y un llamado abierto a involucrarse en la discusión constitucional.

"Siempre me interesaron los temas públicos. Puedo ganar esta elección, pensé, y uno tiene el bichito...", recuerda el ex alcalde Raúl Alcaíno del llamado que hizo a Joaquín Lavín en 2004 para reemplazarlo en la Municipalidad de Santiago, atribulada entonces por agudos problemas financieros que este ingeniero de la U. de Chile solucionó.

Lo ayudaron sus años como animador de televisión y también los de Resiter, la empresa que fundó con Álvaro Fischer para recolectar basura y que hace unos años viró a los temas medioambientales de residuos industriales. "Santiago es Santiago; es un honor ser su alcalde, tiene la dimensión comunal y los dos millones de personas que llegan todos los días", dice sobre los cuatro años que estuvo en la comuna que ha sido más cementerio que trampolín de capitales políticos.

Su caso fue distinto. Lo evaluaron bien, le pidieron quedarse, pero cuando el viento soplaba en favor de la centroderecha, dijo que no. "Entrar a un cargo público sin una carrera política trazada da mucha libertad para poder hacer lo que uno cree correcto, sin pensar en los votos. Siempre pensé ir por un período, y cumplí".

-Le pidieron quedarse para impulsar, desde Santiago, la llegada de Piñera a La Moneda. ¿No sintió esa responsabilidad si lo habían respaldado como alcalde?

-No lo sentí. Había trabajado duro en Santiago, un trabajo bien hecho, con todos, y me volví a mi origen privado. Creo que debe haber una posta; no había otro tema que me interesara. Es muy genuina la gente que hace carrera política, y hay otra que no.

-Pero usted reconoce "el bichito". Por algo vuelve.

-Tengo un bichito "on" y "off" -dice, y se ríe.

Efectivamente puso "off" político los últimos ocho años. Salvo su presencia en el consejo asesor de Evópoli, "movimiento moderno de gente joven" del que se siente cercano y amigo pero no es militante, Raúl Alcaíno volvió a sus cuarteles privados. Hasta el domingo pasado. Un video suyo, con el característico "amigas y amigos" que lo hizo conocido en pantalla -y que muchos repiten cuando lo ven en la calle, cuenta divertido-, lo ubicó nuevamente en el radar "público", no "político", nos corrige.

-¿Por qué? ¿Qué le preocupa?

-Dentro del Gobierno hay un grupo con ideas refundacionales muy antiguas, trasnochadas diría, y que han fracasado en muchas partes, como Argentina, ahora Venezuela, Brasil. Me preocupa que en Chile tengamos un retroceso de tal envergadura.

"Hay cosas que cambiar, que mejorar, pero no comparto el sello extremadamente ideológico que tienen estas reformas, que se están haciendo mal y que no van a tener el resultado que se espera".

-Entonces, sus discrepancias van más por el método que por el fondo.

-Las dos cosas. No me gusta para donde van las cosas, ni esta forma tan agresiva e ideologizada de hacerlas, que polariza al país. Tenemos que aprender a discutir, a ponernos de acuerdo. Por la forma en que fueron pensadas y hechas, estas reformas afectan la convivencia, no cuidan la estabilidad institucional y no van a cambiar nada.

"Por ejemplo, es misión del Estado dar educación a sus ciudadanos y ha hecho un pésimo trabajo, pero la reforma educacional no va a cambiar nada de la calidad, por muchos esfuerzos que haga la Nana Delpiano, a quien aprecio mucho. Ella se subió a un cohete que estaba lanzado y en la dirección equivocada".

El grupo que está formando: "Aquí hay gente de derecha y de izquierda"

-Usted está invitando, hace meses, a grupos de personas a conversar. ¿Por qué decidió lanzar ahora el video?

-No es el primero. Queremos llamar la atención sobre los problemas que estamos enfrentando. Lo que está en juego es importante, vienen las elecciones municipales y la gente tiene que ir a votar. Es el deber mínimo de un ciudadano.

"He conversado con bastante gente que comparte mi preocupación, y decidimos hacer una asociación de personas, que se está dando una forma jurídica bajo el nombre de Alternativa Moderna para Chile. No pretendemos ser partido político, sí influir y defender un ideario que es básicamente el de la libertad. Un país libre, donde el énfasis esté puesto en las personas y el motor sea el empuje privado".

-Ese mismo ideario, hoy lo defienden desde el Instituto Libertad y Desarrollo hasta Ciudadanos, de Andrés Velasco. ¿Dónde está la diferencia?

-Es cierto, también alguna gente del PPD. Aquí hay gente de derecha y gente de izquierda que quiere ayudar a que se modernice este país. Tampoco somos un movimiento multitudinario. Queremos juntarnos, reflexionar sobre estos temas, hacer seminarios, videos, ayudar a que se publiquen libros, ser propositivos. Al estilo de los Expansiva.

Con Velasco "tengo un almuerzo pendiente... en temas de futuro estamos muy de acuerdo"

-Velasco formó Expansiva, ¿se siente cercano?

-Tengo un almuerzo pendiente con Andrés Velasco. Entiendo que él tenga una visión sobre el pasado, pero en temas de futuro estamos muy de acuerdo.

-¿Apoyaría su opción presidencial o quizás la de Ricardo Lagos, por ejemplo?

-Andrés Velasco no es un buen candidato, pero sería un estupendo Presidente de Chile. Dependiendo de quién esté al otro lado, podría votar por Lagos, porque hizo un buen gobierno, pero si no fuera acompañado por el Partido Comunista.

-¿Entonces Alternativa Moderna no fija domicilio en la centroderecha? ¿Y usted tampoco?

-Una de las cosas buenas de este gobierno es que ha chasconeado los sectores políticos. No me gusta encasillarme, porque soy bastante liberal.Son buenas las conversaciones, aunque sean desde trincheras distintas. Velasco fue ministro de Hacienda de Bachelet y hoy es opositor, hay gente de derecha que echa de menos a Camilo Escalona. La crisis de confianza es una oportunidad para reordenar el espectro político y que nos agrupemos en torno a temas de futuro.

"Personalmente, pienso que los países avanzan una patita con la derecha, una patita con la izquierda, aunque la mayoría de la gente escribe con la derecha y son pocos los zurdos", acota y mira con picardía.

Luego cuenta que en las reuniones que hacen lo sorprenden dos cosas: que nadie falta y que todos "rescatan mucho la institucionalidad como parte de la solución. Piensan que la salida está en las próximas elecciones, pese al desprestigio de los partidos políticos".

-¿Y les gustaría convertirse en uno?

-No, la mayoría son independientes, pero sí les interesaría apoyar a ciertos candidatos a concejales o alcaldes en las próximas elecciones. Lo que importa son las personas: gente sensata, que entienda de políticas públicas y sepa darle gobernabilidad al país. Hay que devolverle el prestigio a la política, que es una actividad digna. Necesitamos estar en manos de la mejor gente".

-¿No será la plataforma presidencial de Raúl Alcaíno, como dicen algunos?

-No. Me habría puesto corbata roja para esta entrevista; veo que todos los presidenciables la usan.

-Pero no los parlamentarios que salen bien ubicados en las encuestas...

-Pero sacan 40 puntos en ellas, es como sacarse un 3,7. No estamos bien -responde, y se ríe de nuevo.

"Bachelet sufrió una transformación y eligió al grupo equivocado"

-Para entrar a la política pidió apoyo a la derecha, que le dio un cupo para ser alcalde. Se habrá sentido afín. ¿Qué cambió?

-Ellos también se sintieron afines (conmigo). Fui como independiente y ellos me apoyaron, de otra manera no habría podido ir. A la municipalidad me fui sin gente, nunca nadie me llamó en 4 años, tampoco me reuní ni con la UDI o RN. Fueron sumamente respetuosos conmigo".

-¿Está agradecido o sentido por esa distancia?

-No, para nada. Coincidieron nuestros objetivos: ellos querían ganar Santiago y yo también. Nunca he militado, no participo. Fui alcalde apoyado por la derecha, compartía muchas ideas y también muchas con un montón de gente que estaba en el Palacio de Gobierno. El último año de Lagos conversaba con Puccio, con Dockendorf, la Nana Delpiano era intendenta. Me ayudaban mucho".

-¿Y también se entendió bien los tres años de gobierno de Michelle Bachelet que le tocaron como alcalde?

-Me entendí muy bien con ella y con su gobierno. Apoyamos la construcción de muchas salas cuna en Santiago, tratamos de resolver el despelote del Transantiago. Hubo un cambio nítido: la Nueva Mayoría es un grupo mucho más radical, muy poco moderno. Son más jóvenes en edad, pero más viejos para pensar.

-Como alcalde vio nacer a los "pingüinos" en los liceos emblemáticos de Santiago, génesis de la reforma educacional que no le gusta. ¿Qué pasó? ¿No se comprendió bien la raíz de ese movimiento?

-Santiago tiene los principales liceos emblemáticos del país. Me acuerdo haberle pedido una entrevista al ministro Zilic (de Educación) para decirle que había descontento, que se iban a tomar los colegios, y no me pescó mucho. Después me llamaba bastante seguido.

"Los cabros tenían razón, la educación era mala y el diagnóstico inicial que hizo el Gobierno fue correcto: hay que mejorar la educación. Pero la solución está siendo muy mala. Ella (Bachelet) sufrió una transformación, volvió con un sentido de misión, de cambiar el país y eligió al grupo equivocado, a Arenas y a Peñailillo, para elaborar las soluciones. Ella es una persona de izquierda convencida, que vivió en Berlín Oriental y estuvo hace poco sin hacer ninguna mención al Muro, porque cree que estos sistemas pueden funcionar. Y no funcionan".

Oposición: "Los cabros más jóvenes deberían tomarse los espacios"

-Y a la oposición, ¿cómo la ve?

-Mal, no ha logrado sintonizar con la gente, no veo que hayan surgido liderazgos nítidos.

"Con sus capacidades, Sebastián Piñera pudo haber hecho un mejor gobierno; la labor de un Presidente es permitir el surgimiento de nuevos liderazgos. La UDI, que es el partido más grande de Chile, tenía un sistema de gobernanza interna que no permitía el surgimiento de liderazgos nuevos. Los cabros jóvenes deberían irrumpir y tomarse los espacios con entusiasmo. Lo echo de menos".

-¿No le gusta que Piñera aparezca como la figura mejor posicionada de la oposición?

-No me parece bien ni mal, falta mucho todavía. Me gustaría que hubiera muchos más candidatos. Por todos lados, como en el sistema americano. Eso muestra vitalidad.

-¿Qué debería proponer la oposición para volver a La Moneda?

-Debería proponer. Veo a la oposición muy reactiva, siempre oponiéndose. Por ejemplo, me parece buena la iniciativa de los cabildos paralelos, de hacer propuestas".

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