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Columna del ex Presidente Sebastián Piñera:

Una mejor Constitución para Chile

domingo, 08 de mayo de 2016


Nacional
El Mercurio

Ex Jefe de Estado entra al debate sobre la reforma a la Carta Fundamental. Critica el proceso constituyente que impulsa el Gobierno y pide concentrar la discusión en los contenidos antes que en los mecanismos.



Creo conveniente y necesario que la sociedad chilena haga un gran esfuerzo, en forma institucional y con amplia participación ciudadana, incluyendo un plebiscito ratificatorio. Todo ello, para lograr un acuerdo constitucional amplio y sólido que permita modernizar y perfeccionar nuestra Constitución, de modo que ella sea un marco de unidad nacional, con plena legitimidad y que dé estabilidad y proyección para enfrentar los desafíos y aprovechar las oportunidades del futuro.

En los países sabios la discusión política y las legítimas discrepancias se dan dentro del marco de la Constitución y no sobre la Constitución, de forma que el pluralismo político y el debate de ideas sea fecundo y constructivo y no estéril y destructivo. En Chile, en cambio, llevamos décadas discutiendo sobre la Constitución y no dentro del marco de la Constitución, lo que debilita el potencial de nuestra sociedad.

Actualmente el gobierno de la Nueva Mayoría está impulsando un proceso constituyente que adolece de tres grandes debilidades: 1. Ha concentrado toda su atención en los medios o mecanismos para lograr una Nueva Constitución y ha olvidado los principios y contenidos fundamentales que queremos inspiren nuestra Constitución. 2. No ha dado las necesarias garantías básicas para que el proceso de participación ciudadana sea transparente y ecuánime. Y 3. Ha insinuado un escenario engañoso en torno a un mito respecto del pasado y una utopía respecto del futuro. El mito del pasado es que la causa de todos nuestros problemas sería el denominado "Modelo Neoliberal" y la utopía del futuro, que la Nueva Constitución sería la solución a todas las dificultades de Chile.

Para corregir estas debilidades, creo indispensable y urgente adoptar una serie de acciones. En primer lugar, que la Nueva Mayoría, Chile Vamos y otras instituciones de la sociedad civil planteen con transparencia y claridad cuáles son los principios y contenidos fundamentales de la Constitución que queremos para Chile.

Chile Vamos está trabajando hace meses y pronto dará a conocer su visión y propuestas en esta materia. Segundo, que el Gobierno corrija todos los sesgos y desprolijidades cometidas hasta ahora en el proceso de participación ciudadana que impulsa: ausencia de un sólido marco jurídico que regule el proceso, designación sesgada de los facilitadores, atribuciones insuficientes del Consejo de Observadores, intervención indebida de funcionarios públicos, publicidad engañosa y uso de recursos públicos en favor de una visión determinada, de manera que el proceso de participación ciudadana recoja con ecuanimidad y transparencia la verdadera visión de los ciudadanos. Y por último, no crear falsas expectativas ni visiones voluntaristas respecto de la naturaleza y rol que la Constitución puede cumplir en una sociedad democrática.

Mientras estas tres situaciones no sean enfrentadas y resueltas satisfactoriamente, seguirá cuestionada la legitimidad y finalidad del proceso de participación ciudadana impulsado por la Nueva Mayoría.

Adicionalmente, el Gobierno ha anunciado que este año enviará al Congreso un proyecto de reforma constitucional, cuyo objetivo no será discutir el fondo, sino solo que el actual Congreso reduzca los quórums para las reformas constitucionales y faculte al futuro Congreso a elegir entre cuatro modalidades para continuar el proceso, lo cual sin duda no es el camino adecuado.

Principios básicos para el debate

Creo que todo perfeccionamiento o modernización de nuestra Constitución debiera fortalecer ciertos principios básicos para orientar e inspirar nuestra vida en sociedad. Entre estos, quisiera destacar: Vida y Dignidad, de forma de proteger la vida y los derechos humanos de todas las personas, incluyendo la de aquellos que están por nacer. Libertad, de manera de proteger y promover la autonomía de las personas en su desarrollo y proyecto de vida, incluyendo la libertad de culto y enseñanza, de elegir, trabajar y emprender, de expresión y reunión. Justicia, para asegurar a todos los ciudadanos un nivel de vida consistente con su dignidad humana, lo cual constituye un mandato para derrotar la pobreza y generar igualdad de oportunidades para desarrollar los talentos, en función de los méritos y esfuerzos de cada cual. Igualdad, con el fin de asegurar la igualdad ante la ley, la igualdad de derechos y obligaciones y la no discriminación arbitraria. Progreso, con el propósito de crear verdaderas oportunidades para todos.

También debemos fortalecer los principios de: Seguridad, de forma de proteger adecuadamente a los ciudadanos frente a la delincuencia, el narcotráfico, el terrorismo. Familia y Maternidad, de manera de resguardar y apoyar a la familia y la maternidad como elementos esenciales de una sociedad sana. Pluralismo y Diversidad, a fin de reconocer y valorar las distintas visiones y proyectos de vida. Desarrollo Sustentable, para compatibilizar el desarrollo económico con la protección del medio ambiente.

Todo lo anterior, en el marco del principio de una democracia representativa, de forma de asegurar que la soberanía resida en la nación y que esta la ejerza a través de sus representantes, que son las autoridades democráticamente elegidas por los ciudadanos.

Propuestas concretas

Tal como lo expresé en abril de 2015 en un seminario académico, entre las principales reformas que en mi opinión debieran modernizar y perfeccionar nuestra Constitución, muchas de las cuales están siendo consideradas por la comisión constitucional de Chile Vamos, quiero destacar las siguientes: 1. Modernizar el actual régimen presidencial para lograr un mejor equilibrio entre las funciones de los distintos poderes del Estado, robusteciendo las atribuciones del rol del Congreso. 2. Fortalecer los derechos de las personas, incluyendo la creación de un Defensor de las Personas, que actúe tanto a nivel político como administrativo en su defensa. 3. Consagrar a nivel constitucional los deberes del Estado con la sociedad y las personas, como velar por el acceso y la calidad de la educación y la salud, la seguridad ciudadana, la protección del medio ambiente, la lucha contra la pobreza y el logro de una efectiva igualdad de oportunidades. 4. Establecer un mejor equilibrio entre el rol subsidiario y el rol solidario del Estado, puesto que ambos son complementarios y se necesitan y refuerzan mutuamente. 5. Impulsar la descentralización, traspasando funciones, atribuciones, autonomía y recursos a los gobiernos regionales y comunales, y mejorando sus mecanismos de participación, transparencia y fiscalización. 6. Dar autonomía a servicios públicos como la Fiscalía Nacional Económica, el Servicio de Impuestos Internos, el Instituto Nacional de Estadísticas, las superintendencias. 7. Modernizar la Contraloría General de la República y asegurar la necesaria autonomía del Banco Central. 8. Modernizar y agilizar el funcionamiento del Congreso y el Poder Judicial.

Estoy convencido de que un acuerdo constitucional de esta naturaleza permitirá a Chile recuperar el tiempo perdido, enfrentar con éxito la transición hacia un país desarrollado y sin pobreza, e incorporarse en plenitud al mundo de oportunidades que significa la sociedad del conocimiento y la información.

"Creo conveniente y necesario que la sociedad chilena haga un gran esfuerzo, en forma institucional y con amplia participación ciudadana, incluyendo un plebiscito ratificatorio. Todo ello, para lograr un Acuerdo Constitucional amplio y sólido".

"En los países sabios, la discusión política y las legítimas discrepancias se dan dentro del marco de la Constitución y no sobre la Constitución (...) En Chile, en cambio, llevamos décadas discutiendo sobre la Constitución y no dentro del marco de la Constitución, lo que debilita el potencial de nuestra sociedad".

"(El Gobierno) Ha insinuado un escenario engañoso en torno a un mito respecto del pasado y una utopía respecto del futuro. El mito del pasado es que la causa de todos nuestros problemas sería el denominado "Modelo Neoliberal" y la utopía del futuro, que la Nueva Constitución sería la solución a todas las dificultades de Chile".

"Que el Gobierno corrija todos los sesgos y desprolijidades cometidos hasta ahora en el proceso de participación ciudadana que impulsa: ausencia de un sólido marco jurídico que regule el proceso, designación sesgada de los facilitadores, atribuciones insuficientes del Consejo de Observadores, intervención indebida de funcionarios públicos, publicidad engañosa y uso de recursos públicos en favor de una visión determinada".

"El Gobierno ha anunciado que este año enviará al Congreso un proyecto de Reforma Constitucional, cuyo objetivo no será discutir el fondo, sino solo que el actual Congreso reduzca los quórums para las reformas constitucionales y faculte al futuro Congreso a elegir entre cuatro modalidades para continuar el proceso".

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