En 1989, cuando Chile retornaba a la democracia, el 89% de la población en edad de votar acudió a las urnas para la elección presidencial. Fue un proceso histórico, no solo por su contexto, sino también por el alto nivel de participación ciudadana que concitó. Casi un cuarto de siglo después, sin embargo, solo un 49,3% del padrón electoral sufragó en el balotaje que definió el segundo mandato de la Presidenta Michelle Bachelet. Si bien los escenarios de ambas elecciones no son comparables, demuestran el creciente desinterés de los chilenos por la política, que peor aún parece agudizarse ahora con la llamada "crisis de confianza" en las instituciones. "El año pasado y en prácticamente todos los meses, existieron temas o casos en el que las élites, políticas y empresariales estuvieron comprometidas en tráficos de influencias, cohecho y otras circunstancias. Eso no solo generó desconfianza, sino que además una creciente desilusión", plantea Flavio Cortés, sociólogo de la U. Católica y uno de los autores de una encuesta sobre participación política realizada por el centro MIDE UC. Esta no solo devela el descontento de los chilenos con la clase dirigente y los grupos económicos, sino que también evidencia el cada vez más bajo grado de participación política. El estudio, aplicado a 1.300 personas en las cinco regiones más pobladas del país, reveló que el 53% de los chilenos está en el grupo de los "desilusionados retraídos", es decir, personas con nula participación política y muy descontentas con la situación actual. En la otra vereda, con apenas el 3%, están los "conformistas integrados", que presentan bajos niveles de descontento, pero mucha participación social (ver infografía). ¿Qué explica esta paradoja? "Hay gente que no participa porque simplemente está desilusionada. Sin duda, todos los escándalos del último tiempo han influido en la opinión de las personas, pero creo que esto tampoco es específico de nuestro país. Es algo global y lo podemos ver en Estados Unidos o en Brasil", agrega Pablo de Tezanos, psicólogo de la UC y otro de los autores del estudio, que también muestra la creciente desafección con las ideologías: el 70% de los encuestados declara no tener una orientación política y el 73% siente que cuando va a votar, ninguna de las opciones de la papeleta los representa.