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Embajador Alberto van Klaveren, tras anuncio de Presidente Morales de recurrir a La Haya:

"Hubo varios esfuerzos para avanzar en un arreglo sobre el río Silala, pero siempre fueron suspendidos o terminados por la parte boliviana"

lunes, 28 de marzo de 2016

Waldo Díaz
Nacional
El Mercurio

Ex vicecanciller del primer gobierno de la Presidenta Bachelet afirma que hubo un "preacuerdo concordado en noviembre de 2009", pero que "se iniciaron movimientos contrarios a todo arreglo con Chile" cuando la administración de Morales inició las consultas en su país.



En 2009, como vicecanciller del primer gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet, el embajador Alberto van Klaveren fue un testigo privilegiado de las negociaciones entre Chile y Bolivia para llegar ese año a un acuerdo por el uso de las aguas del Silala.

-¿Cómo partieron las tratativas por el uso de las aguas del río Silala, en el marco de la llamada agenda de los 13 puntos?

-Las negociaciones se desarrollaron en los años 2008 y 2009, en un clima muy positivo, cuando se retomó el tema de los recursos hídricos transfronterizos con Bolivia. Fueron parte integral de la agenda de los 13 puntos. Hubo varios esfuerzos para avanzar en un arreglo anteriormente, siempre suspendidos o terminados por la parte boliviana.

-¿Es efectivo que en abril de 2009, en Santiago, usted y el ex vicecanciller Hugo Fernández alcanzaron un acuerdo por el uso del Silala, que culminó al mes siguiente en una cita de los equipos técnicos de Bolivia? ¿En qué consistía?

-El tema del río Silala o Siloli estaba a cargo de un grupo de trabajo bilateral, conducido por la embajadora María Teresa Infante, por la parte chilena, y el viceministro Hugo Fernández, por la parte boliviana. En las consultas políticas celebradas en Santiago a nivel de viceministros, en noviembre en 2009, concordamos un preacuerdo que tenía aspectos fundamentales de principio y otros de carácter técnico y programático. Después no hubo más trabajos bilaterales en torno a este preacuerdo.

-¿El acuerdo establecía que cada país pudiera hacer uso del 50% de las aguas? ¿Qué cláusulas existían al respecto?

-El preacuerdo, como toda la negociación, se sustentaba en la existencia de un recurso hídrico que proviniendo de Bolivia cruzaba naturalmente la frontera. Las características de ese recurso hídrico, que los países siempre denominaron río Silala o río Siloli, eran conocidas, pero las partes estimaron que cabía realizar más estudios técnicos para contar con datos actualizados. El preacuerdo se aplicaría por cuatro años, período que permitiría avanzar hacia un acuerdo más definitivo.

Naturalmente, si se celebra un preacuerdo donde se dice que el agua escurre por la frontera en determinado sentido, está claro que se reconocía el carácter de recurso hídrico transfronterizo. Por lo demás, la geografía de la zona es un dato que todos conocíamos y era obvio que la ley de gravedad era una realidad inamovible. El preacuerdo generaba un marco para que Bolivia pudiese aprovechar en su territorio una parte del agua que cruza por la frontera, lo cual significaba que el vecino país podía conferir derechos de aprovechamiento. Cuando se negocian acuerdos de esta naturaleza, se tienen en cuenta los usos actuales, la prevención de daños sensibles al otro país, compartir información, y por supuesto no afectar el derecho del otro a beneficiarse del uso del recurso.

"Lo normal es buscar acuerdos razonables"

"Los ríos transfronterizos europeos suelen estar sujetos a tratados. India y Paquistán, pese a sus diferencias en otros planos, también han celebrado acuerdos para regular el uso de sus recursos hídricos compartidos. Lo normal es buscar acuerdos razonables y no reivindicar como propias las aguas que nacen en un país y escurren hacia otro. Por otra parte, el preacuerdo no se refería a pagos de empresas o a que los gobiernos fijarían un monto a pagar. El preacuerdo permitía precisamente estar de acuerdo en qué porcentaje del recurso hídrico que pasa por la frontera podía ser de libre disposición en Bolivia, antes de que cruce la frontera naturalmente. O sea, cuanto era concesible o aprovechable", afirma van Klaveren.

-La oposición boliviana acusó en 2009 a Morales de abandonar la postura histórica de su país. Manfred Reyes Villa -entonces candidato presidencial- dijo que existía un manejo "demagógico" en las negociaciones con Chile. ¿Cuánto influyó el frente interno boliviano para que no se llegara a un acuerdo?

-El preacuerdo fue concordado en noviembre de 2009. Bolivia inició las consultas internas para lograr los respaldos correspondientes, según su sistema legal. Bolivia empezó a postergar una respuesta, y se iniciaron movimientos contrarios a todo arreglo con Chile. Después, se planteó el tema de una supuesta deuda histórica, jamás conversada y jamás negociada en el marco de las negociaciones que condujimos. Eso ya fue el año 2010, cuando el tema se encontraba en otra esfera.

-Un anexo del Tratado de 1904 reconoce el Silala como un río y no un manantial, como plantea Bolivia. ¿Sus aguas fueron aprovechadas sin controversia hasta 1997, cuando el entonces Presidente Hugo Banzer derogó una concesión otorgada en 1908 a la Compañía de Ferrocarril Antofagasta-Bolivia?

-El mapa del Tratado de 1904 ilustra el río Silala o Siloli y lo llama con su nombre. Las aguas tienen un recorrido en Bolivia y otro en Chile. El mapa no es un mapa más. Es parte del Tratado que estructura las relaciones entre Chile y Bolivia, y en consecuencia ha sido aceptado y reconocido por ambas partes. La concesión boliviana se refería a la posibilidad de aprovechar las aguas allí nacientes para su aprovechamiento por la empresa concesionaria. Esta concesión fue revocada. La diferencia entre la empresa y el Estado boliviano es un asunto que se regía por las reglas propias (derecho internacional, leyes bolivianas y acto de concesión), y no era equivalente a una controversia con Chile.

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