Como si fueran poco las muertes y el horror causado, los atentados terroristas perpetrados el martes en Bruselas han llevado a los investigadores a revelar lo que nadie quería escuchar: el grupo terrorista Estado Islámico (EI) está planeando atacar o infiltrar instalaciones nucleares o robar material radiactivo. Algunos agentes de seguridad nuclear son más precisos y afirman que la célula yihadista que atacó la capital belga planeaba perpetrar un atentado radiactivo en una zona pública concurrida. Un oficial de la Agencia Federal de Control Nuclear de Bélgica aseguró al diario británico The Times, que los terroristas filmaron a escondidas a un alto funcionario de una central nuclear belga el año pasado. El video fue encontrado en el departamento de un yihadista que habría estado vinculado a los extremistas que atacaron París en noviembre de 2015. Se cree, incluso, que los hermanos Ibrahim y Khalid el Bakraoui -quienes son los principales sospechosos de haber cometido los atentados suicidas en el aeropuerto y la estación de trenes belgas- manejaron hasta la casa del científico y sacaron la cámara de vigilancia que estaba escondida en unos arbustos cercanos, sostiene The New York Times. "Cuando empiezas a grabar a alguien de la manera en que ellos lo hicieron, la conclusión lógica es pensar que querían secuestrar a esa persona y obtener material radiactivo", comentó el oficial de la agencia belga. El descubrimiento encendió las alarmas, y Bruselas decidió el viernes revocar los permisos de trabajo a 11 empleados de una planta nuclear, en la que todos los funcionarios "no esenciales" fueron enviados a casa después de los atentados del martes, ante el temor de que los terroristas estuvieran conspirando para fabricar una "bomba sucia". Desde los atentados, 140 soldados están custodiando las dos centrales nucleares belgas, un centro de investigación nuclear y una fábrica de isótopos médicos. De acuerdo con los expertos, el video encontrado es la primera evidencia de que el EI tiene interés en el material nuclear, lo que eleva las preocupaciones cuando en los últimos años ha quedado en evidencia la vulnerabilidad de las instalaciones atómicas en Bélgica. Este año tuvo que cerrar brevemente el sistema informático de la agencia nuclear belga cuando fue hackeado ; en 2014, una persona entró en un reactor y abrió una válvula, drenando 65 mil litros de aceite para lubricar las turbinas, lo que sobrecalentó la máquina y obligó a cerrar el reactor por más de cinco meses. Un año antes, dos individuos lograron escalar la barrera en el centro de investigación nuclear para robar equipos de los laboratorios. Más alarmante podría ser que en 2012, dos empleados de la planta nuclear de Doel renunciaron para unirse a las milicias yihadistas en Siria y terminaron jurando lealtad al EI, recuerda The New York Times. "Hasta hace poco, la seguridad de Bélgica había sido especialmente laxa y no tenía guardias armados en sus instalaciones", comentó a "El Mercurio" Miles Pomper, experto en seguridad nuclear del Centro de Estudios para la No Proliferación. El analista explicó que "hay material -como uranio y plutonio altamente enriquecido- con el que se pueden hacer armas nucleares (incluso similares a la usada en Hiroshima). Grandes cantidades de uranio altamente enriquecido -suficiente para varias armas- se utilizan en centros de investigación nuclear en Bielorrusia, Bélgica, Francia, Alemania, Rusia y EE.UU. Es posible -aunque no demasiado probable- que una cantidad suficiente de ese material pueda caer en manos del EI, ya que ha habido decenas de casos de contrabandistas que lo han traficado". Pomper agregó que el material radiactivo que es ampliamente usado en la medicina y en la industria del petróleo y el gas "es mucho más fácil de obtener para el EI (también hay en el territorio que controla en Irak y Siria) y podría ser usado en una bomba sucia o dispositivos similares". Si bien es poco probable que cause muchas muertes o heridos, podría generar una contaminación significativa y pérdidas económicas similares a las de Fukushima. El tercer terrorista En medio de la investigación sobre los atentados del martes, la Fiscalía belga inculpó ayer a dos hombres detenidos el jueves, por su supuesta vinculación con los ataques. De acuerdo con los medios locales, uno de ellos, Fayçal Cheffou, sería el "hombre del sombrero" que según las imágenes del aeropuerto de Zaventem acompañaba a los suicidas Ibrahim el Bakraoui y Najim Laachraoui. Habría sido inculpado por participar en "actividades de un grupo terrorista, asesinatos terroristas y tentativa de asesinatos terroristas". Cheffou fue reconocido por el taxista que llevó al comando terrorista hasta el aeropuerto, pero la Fiscalía espera las pruebas de ADN que se realizarán a partir de elementos encontrados en el taxi y en la maleta con explosivos que no estalló. Según el fiscal Frédéric Van Leeuw, el "hombre del sombrero" dejó en el aeropuerto "un gran bolso" que "contenía la carga explosiva más importante" y luego "se fue, antes de las explosiones".