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Trabajo duró 4 años, con apoyo de JICA, universidades y organismos públicos de ambos países:

Extenso proyecto entre Chile y Japón ayuda a mejorar capacidad de respuesta ante tsunamis

lunes, 21 de marzo de 2016

NIEVES ARAVENA E.
Nacional
El Mercurio

Expertos elaboraron simulaciones del impacto de olas y daños, métodos de evacuación y mitigación en ciudades y puertos, y un sistema para que el SHOA dé una rápida alarma y sectorice zonas de mayor riesgo.



"Chile siempre debe pensar en la posibilidad de un tsunami de una altura enorme y en que sus zonas costeras se van a inundar. Eso va a ocurrir siempre", dice el Dr. Takashi Tomita, subdirector del Centro de Desastres Costeros de Japón.

Según el experto, que lideró la contraparte nipona en uno de los proyectos científicos más extensos entre Chile y Japón para crear comunidades resilientes a tsunamis, hay que prepararse para "el peor escenario". Por eso, añade, se deben planificar y adoptar las medidas con ese criterio "para que no se generen pérdidas humanas y materiales".

Destaca que ese fue el aprendizaje en ambos países tras sufrir los destructivos maremotos luego de los sismos 8.8 Richter de 2010 (Chile) y 9.1 Richter de 2011 (Japón).

Tomita vino a Chile para participar en la reunión de cierre y entrega de resultados del proyecto Satreps (Science and Technology Research Partnership for Sustainable Development), que desarrolló avances para mejorar la capacidad de respuesta frente a la ocurrencia de tsunamis en Chile .

Transferencia tecnológica

Durante cuatro años, con el apoyo de la agencia de cooperación japonesa (JICA) y JST (Agencia de Ciencia y Tecnología de Japón) unos 58 investigadores y profesionales chilenos y nipones de universidades, servicios y organismos públicos dieron forma a una serie de trabajos conjuntos, que implicaron visitas a terreno, capacitaciones, transferencia de tecnología y metodologías para contribuir a la prevención de desastres.

El costo total del proyecto no fue informado, pero solo JICA ha aportado US$ 2,2 millones en el período de 4 años.

En este tiempo, los expertos de ambos países elaboraron simulaciones del impacto de olas y daños con computadores de alta capacidad ( clusters ), diseñaron métodos de evacuación y formas de mitigación en ciudades y puertos, y un sistema para que el Servicio Hidrográfico Oceanográfico de la Armada (SHOA) dé una rápida alarma y sectorice zonas de mayor riesgo (ver recuadro).

"Una de las contribuciones más importantes de esta cooperación con Japón ha sido el potenciar una comunidad científica, estudiando el fenómeno de tsunamis y sus consecuencias en Chile", destaca el académico de la Universidad Católica Rodrigo Cienfuegos, director del Centro Nacional de Investigación para la Gestión Integrada de Desastres (Cigiden), quien coordinó la participación de las universidades e investigadores chilenos en el proyecto.

En su opinión, "las capacidades actualmente disponibles en Chile se han multiplicado en la menos diez veces en relación con lo que existía al 27-F de 2010, en lo que este proyecto ha contribuido en forma significativa".

Si bien hay productos en distintas áreas, Cienfuegos destaca como uno de los más relevantes el trabajo con el SHOA que contará con un sistema de soporte (una base de datos) con muchos escenarios premodelados para decidir las zonas de evacuación en forma rápida y en los sectores de riesgo.

Tomita destaca las simulaciones o modelaciones con datos reales del maremoto de Talcahuano, que reconstruye lo ocurrido con las olas en ese puerto, que es una información útil para generar medidas de mitigación ante futuros desastres.

Lo mismo se hizo con Iquique, para prevenir ante un evento de gran magnitud. Es una herramienta, dice, que ayuda a la planificación de ciudades costeras.

El subdirector de la Onemi, Víctor Orellana, enfatizó en la reunión final que este proyecto de investigación tendrá impacto en el desarrollo de políticas públicas para reducir el riesgo de desastres en Chile. El desafío, dijo, es lograr que se institucionalice la cultura preventiva en todos los ámbitos.

El primer secretario de la embajada de Japón, Keizo Nonomura, destacó la creación de nexos entre servicios públicos y universidades. Además, dijo que el proyecto se extenderá a través del programa Kizuna, que tiene su plataforma en Santiago, para entregar estos conocimientos a países de América Latina y el Caribe.

PLAN ESTRATÉGICO DE LA ONEMI
La Oficina Nacional de Emergencia, que participó de este proyecto, sumará medidas a su plan para reducir riesgos de desastres.

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