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China exigió al gobierno del Presidente Mauricio Macri que investigue de manera inmediata el ataque y hundimiento de un pesquero chino por guardacostas trasandinos, después de presentar una queja formal a Argentina y manifestar su "grave preocupación" por el suceso. El portavoz del Ministerio de Exteriores chino, Lu Kang, aseguró ayer que el gobierno de su país sigue con "elevada atención" este asunto y pidió "medidas efectivas" para "evitar que vuelva a ocurrir" un incidente similar. Beijing instó también a Argentina a garantizar la "seguridad e intereses legales" de los pesqueros chinos. Según las fuentes oficiales argentinas, el buque "Lu Yuan Yu 10", de bandera china, estaba pescando el lunes dentro de la Zona Económica Exclusiva Argentina, cuando el guardacostas "Prefecto Derbes" realizó advertencias a los pescadores por estar trabajando sin permiso. Pero como luego el pesquero chino "realizó maniobras tendientes a colisionar con el buque guardacostas", este disparó y hundió al barco. El Ministerio de Exteriores chino, en contraste, explica que el barco faenaba en un sitio tradicional de pesca argentino y no hace referencia alguna a las supuestas maniobras peligrosas. La nota de prensa china también dice que cuatro de los tripulantes del pesquero fueron rescatados por los guardacostas argentinos, mientras que el resto de los otros 28 marineros lo fue por otros pesqueros chinos en el Atlántico Sur. Relación más fría A diferencia de su antecesora Cristina Kirchner, quien tuvo una fluida relación con China que se tradujo en la obtención de millonarios fondos para construir desde represas a centrales nucleares, Macri advirtió siendo todavía candidato que revisaría los contratos firmados con Beijing, puesto que tienen aspectos desconocidos. A fines de enero, La Nación informó que el gobierno de Macri empezó a renegociar con Beijing uno de los temas que mayor polémica provocaron en los últimos años. Se trata de la construcción de una estación espacial de China situada en Neuquén, que podría tener un uso militar, ya que la empresa estatal Satellite Launch and Tracking Control General (CLTC), que se encargará del control del lugar, depende del Ejército Popular chino. La intención de Macri no es anular el tratado, que fue ratificado por el Congreso en enero de 2015, sino que se establezca una cláusula específica prohibiendo "uso militar alguno" de la instalación. Antes de partir a Beijing, Diego Guelar, el embajador argentino designado por Macri, marcó el cambio de enfoque: "Con China hay que negociar con la mayor dureza".