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Osvaldo Andrade, próximo presidente de la Cámara de Diputados:

"Hay que reparar lo que se ha hecho en el Senado con la reforma laboral"

domingo, 13 de marzo de 2016

Fernanda Paúl
Política
El Mercurio

Parlamentario pide unificar una interpretación respecto de las adecuaciones necesarias y alcanzar un acuerdo ahora en torno al proyecto, para llegar a la comisión mixta con una idea clara de lo que se aprobará.



"Estoy haciendo un esfuerzo para eliminar mi ironía, que es mi comportamiento habitual... Claramente no va a ser fácil", dice, entre risas, el diputado Osvaldo Andrade (PS), quien está preparándose para asumir la próxima semana como presidente de la Cámara Baja. Su esfuerzo tiene una explicación: "El presidente de la Cámara es la cuarta autoridad del Estado, y eso tiene que notarse", afirma.

En los próximos días, el diputado deberá revisar uno de los proyectos emblemáticos del gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet: la reforma laboral. La iniciativa tiene especial importancia para Andrade, ex ministro del Trabajo y quien fue uno de los creadores del mensaje.

-El jueves se terminó de votar la reforma laboral en el Senado. ¿Cuál es su impresión respecto a cómo salió el proyecto de la Cámara Alta?

-Nada me ha sorprendido. Y quiero también decirle, sin ánimo de autoasignarme una condición especial, que yo desde noviembre que vengo diciendo que esto va para comisión mixta.

-La norma sobre la negociación interempresas se rechazó con votos de la DC. ¿Eso sí le sorprendió?

-Tengo una preocupación, y es que provoquemos la centralidad de la discusión en la negociación interempresas y nos olvidemos de los demás problemas. Esta es una vieja trampa en que yo no voy a incurrir. La negociación interempresas es una de las dificultades, pero hay muchas otras.

-¿Cuáles son las que a usted más le preocupan?

-Las adecuaciones necesarias, la subcontratación y la extensión de beneficios siguen siendo un problema. Todas estas cosas hay que mejorarlas y hay que reparar lo que se ha hecho en el Senado con la reforma laboral. El tema de las adecuaciones necesarias tiene versiones diferentes de interpretación, incluso al interior del mismo Gobierno. Algunos entienden las adecuaciones necesarias como una ventana abierta para el reemplazo interno y otros dicen que no. Y no puede quedar esa confusión.

-¿El gobierno debería definir una postura única al respecto, como dijo el presidente del Senado, Patricio Walker?

-Hay que sincerar el debate. Yo me voy a quedar con lo que dice la Presidenta. No quiere reemplazo interno, no tengo dudas de su convicción. Pero la explicación que se ha dado por parte del Gobierno... No quiero personificar en esto para no generar otro lío de odiosidad.

-Según su interpretación, ¿las adecuaciones necesarias abren espacio al reemplazo?

-Claro que sí. La pregunta que yo hago es la siguiente: ¿Por qué es necesario que para que un trabajador cumpla con las tareas convenidas en su contrato, el empleador tenga que tener facultades para realizar adecuaciones necesarias? Es lo más insólito que yo he escuchado. ¿Para qué? Salvo que las adecuaciones necesarias sean para hacer reemplazo. Entonces prefiero que eso lo sinceremos, porque si no es así, no es necesario que haya adecuaciones, y bastaría con decir que el empleador tenga las facultades que la ley otorga, y punto. Prefiero que esto lo resolvamos de una vez, y esa es tarea de la ministra Rincón.

-Otro de los problemas podría ser la indicación sobre la extensión de beneficios. La oposición ha advertido que irá al Tribunal Constitucional (TC).

-Aquí todos miramos para el techo, y lo único que dicen es que tenemos un problema de constitucionalidad. ¿Pero sabes cuál es mi problema? Que yo tengo temor a que lleguemos al TC. El sistema político tiene que ser capaz de resolver los problemas, y si tiene dudas de constitucionalidad, resolvámoslas, no miremos para el techo.

-¿Esperaba que los senadores socialistas defendieran más el proyecto?

-El esfuerzo que hicieron los senadores socialistas fue encomiable, pero el resultado está a la vista. Lo que hay que hacer ahora es mejorar los resultados.

-Cuando el Senado rechazó la norma sobre la negociación interempresas, los dirigentes sindicales, incluida Bárbara Figueroa, presidenta de la CUT, comenzaron a exclamar consignas contra los parlamentarios, entre otras cosas, que la Nueva Mayoría pareciera no ser tan mayoría... ¿Cuál es su impresión?

-Uno no tiene que legislar para la CUT. Pero no es razonable que legislemos contra la CUT. Yo los entiendo, porque créanme que el esfuerzo que ha hecho la CUT por respaldar esta iniciativa es inmenso, y debiéramos valorarlo. No aquietarlo.

-Pero ¿fue débil la mayoría del oficialismo en el Senado?

-No es un problema de debilidad, es un problema de discrepancias. Nosotros tenemos que tener un método para resolver esas cosas. Que no haya interpretaciones diametralmente distintas. Estuve en la comisión de Trabajo el día lunes, y escuché al ministro Eyzaguirre y a la ministra Rincón, y con toda sinceridad y franqueza, lo digo: No dijeron lo mismo respecto de las adecuaciones necesarias. Entonces es legítimo que uno tenga dudas.

-¿Cómo ve el escenario con una comisión mixta?

-Construyamos la mixta ahora. De modo tal que cuando votemos el tercer trámite tengamos mutuo acuerdo de qué queremos, con qué queremos llegar a la mixta.

"Esto no es un parvulario"

-El próximo presidente del Senado, Ricardo Lagos Weber, habló de la necesidad de llegar a acuerdos con la oposición. ¿Lo comparte?

-Este año debiéramos tener una mayor conciliación respecto de las mociones parlamentarias, y no solo los proyectos que envía el gobierno. Vale la pena perseverar en ese esfuerzo, porque eso permite ir construyendo acuerdos. Ahora, esto no es una declaración de buena crianza, hay que transformarlo en realidad, y para eso tiene que haber voluntad de todos, incluida la oposición.

-¿Cómo se puede mejorar la relación entre los parlamentarios y el Gobierno?

-La relación con el Gobierno es una relación de trato y de contrato. Por eso he insistido tanto en que tiene que haber un nuevo trato, en que hay que ver la agenda lo antes posible, ponernos de acuerdo. Porque aquí no hay decisiones unilaterales; el año dura 11 meses, y no solo uno.

-¿Cómo se ordena la Nueva Mayoría con un gobierno que tiene 25% de aprobación?

-Si uno fuese sincero con el balance, y no lo viera desde la negrura, todos los proyectos se han aprobado. Siempre es más fácil mostrar las divergencias que los acuerdos. Sobre todo en período en que se acercan las elecciones, y la necesidad de mostrar identidad se transforma en un objetivo político. La Nueva Mayoría debiera fijar el método de reunirse sola, sin el Gobierno, y tomar acuerdos.

-¿Comparte usted que falta el liderazgo de la Presidenta para ordenar al conglomerado?

-No, porque esto no es un parvulario, no es una sala cuna. Somos todos grandecitos y, hasta donde yo entiendo, estamos todos por convicción.

''Tengo una preocupación, y es que provoquemos la centralidad de la discusión en la negociación interempresas y nos olvidemos de los demás problemas".

''Me voy a quedar con lo que dice la Presidenta. No quiere reemplazo interno, no tengo dudas de su convicción"

''Escuché al ministro Eyzaguirre y a la ministra Rincón, y con toda sinceridad y franqueza, lo digo: No dijeron lo mismo respecto de las adecuaciones necesarias".

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