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Ambos estuvieron reunidos por cerca de una hora el viernes:

Cita con Novoa marcó el cierre de la semana más difícil de Pablo Longueira

domingo, 13 de marzo de 2016

Margaret Valenzuela
Reportajes
El Mercurio

El ex ministro ya había decidido renunciar al partido la noche del lunes, luego de una conversación con su familia. Desde el martes trabajó la declaración que leería y mantuvo estrecho contacto, entre otros, con Andrés Chadwick y Joaquín Lavín. Y aunque le gustaría salir a abordar públicamente los detalles de su situación, su abogado le ha pedido evitarlo.



A las 11 horas con 22 minutos del viernes el ex senador de la UDI Jovino Novoa llegaba a la oficina de Pablo Longueira, ubicada en la comuna de Providencia. Cuarenta y ocho horas antes, el ex ministro de Economía había tomado la dura decisión de renunciar a su militancia en el partido.

Tras un sentido abrazo, estos dos "coroneles", que junto con Jaime Guzmán dieron forma a la colectividad en la década de 1980, que por casi cuatro décadas han venido influyendo de manera decisiva en la articulación de la derecha y que también muchas veces confrontaron posiciones (uno desde las visiones más doctrinarias; el otro, desde el pragmatismo), ahora se apoyaban mutuamente. Y con ese encuentro que se prolongó por una hora, reservado e íntimo, culminó la semana quizá más difícil para ese partido en los últimos años. Para muchos, solo comparable con episodios tan dramáticos como el caso Spiniak, las jornadas que siguieron al asesinato de Jaime Guzmán o cuando el propio Longueira bajó en 2013 su candidatura presidencial por razones de salud.

Lunes: la bomba estalla

El lunes en la tarde, los dirigentes del partido de calle Suecia volvían a experimentar una sensación que se les ha vuelto recurrente desde que en 2014 estallara el caso Penta y luego siguieran SQM y Corpesca, cada uno involucrando a sus figuras más destacadas: la de que una vez más se venían abajo los esfuerzos por salir de la crisis producto de las investigaciones por irregularidades en el financimiento de la política. Ese día un reportaje de Ciper revelaba nuevos antecedentes de un correo enviado en agosto de 2010 por el ex gerente general de SQM, Patricio Contesse, a Pablo Longueira, quien en ese minuto y por encargo del gobierno de Sebastián Piñera lideraba las negociaciones en el Senado, para lograr la aprobación del segundo proyecto de ley sobre royalty minero impulsado por esa administración, luego del fracaso de un primer intento.

En rigor, la existencia del mail ya era de dominio público (El Mercurio dio cuenta de ella la semana pasada). La novedad era el adjunto, donde Contesse presentaba una propuesta para extender a las mineras nacionales la invariabilidad tributaria que ofrecería el proyecto. Dicho texto resultaba sorprendentemente parecido al de la iniciativa que luego presentó de modo oficial el gobierno de la época y que finalmente, con algunas modificaciones, terminó aprobando el Senado, en una votación casi unánime (solo se opuso el DC Mariano Ruiz Esquide) .

El golpe se sintió fuerte en la UDI y de paso pulverizó la promesa de renovación interna que impulsaba la generación más joven del partido, cristalizada en la figura del diputado Jaime Bellolio, quien hasta principios de esta semana parecía encaminarse a asumir la presidencia de la colectividad. Partidarios de este evaluaron la posibilidad de marcar alguna señal de distancia frente a los nuevos hechos, pero no encontraron piso para ello. Bellolio, en tanto, resolvió postergar cualquier decisión hasta después de las eleciones municipales, dejando al actual presidente, Hernán Larraín, virtualmente obligado a acceder a prorrogar su mandato, decisión que terminará de zanjar la próxima semana.

Martes al almuerzo: desahogo en el Congreso

En ese cuadro, la tradicional reunión-almuerzo que los diputados UDI sostienen cada martes en el Congreso se transformó en una instancia de catarsis. Ese día, uno a uno los parlamentarios fueron expresando su angustia y malestar por el costo que el partido ha pagado producto de la crisis de las platas políticas, y a lamentar lo que estiman un trato diferenciado respecto de todo el resto del espectro partidario, donde también se han registrado irregularidades.

La palabra "ensañamiento" fue una de las más mencionadas y todos lamentaron lo difícil que era reponerse y realizar un trabajo con miras a las elecciones municipales bajo las actuales circunstancias. También criticaron con dureza las opiniones de algunos de aus aliados de RN, como el senador Manuel José Ossandón y el propio timonel de Antonio Varas, Cristián Monckeberg.

Ya casi al final de la reunión se sumó el propio Hernán Larraín, quien les comunicó que en las próximas horas Longueira haría una declaración pública. Así se lo había informado a él a su vez Joaquín Lavín, quien mantenía desde el lunes permanente contacto con el ex senador.

El primer borrador de renuncia, trabajado con Chadwick y el abogado Espinoza

En realidad, ya en la mañana de ese martes Longueira revisaba el primer borrador -escrito a mano- de la declaración en que comunicaría la drástica decisión de renunciar a la UDI; esta la había conversado con su familia y resuelto la noche anterior. El texto lo fue trabajando junto a Andrés Chadwick, su mejor amigo, y a su abogado, Alejandro Espinosa. Ya entrada la tarde, se comunicó con Larraín para informarle la decisión.

En el diálogo, Longueira le agradeció al presidente del partido su manejo al frenta de la colectividad, le habló sobre algunos detalles de lo ocurrido durante la tramitación de la ley del royalty el 2010 y también le dijo que estaba conciente de los problemas internos que su situación podría acarrearle a la mesa, dado el debate que se estaba instalando entre quienes estaban a favor o en contra de aplicar medidas disciplinarias.

Por eso, le explicó, daría un paso al costado y le pedía enfrentar él solo a la prensa al día siguiente, en la sede de la UDI. Apenas cortó, Longueira le envió al senador el correo con el documento que leería. También se lo reenvió a su familia.

Miércoles, luego de la renuncia: desde Lavín a Leay llegaron hasta su casa

La declaración de Longueira fue seguida el miércoles en vivo por casi todos los parlamentarios desde el Congreso, en especial por las bancadas de la oposición. Tras anunciar su renuncia y asegurar que nunca favoreció a ninguna persona o empresa de manera indebida, Longueira abandonó la sede junto a sus hijos y su abogado, cuya presencia pasó desapercibida en el ajetreo de esa jornada.

De ahí, el ex ministro se fue directamente a su casa, hasta donde fueron llegando algunos amigos y dirigentes de la UDI. Por la noche, lo visitaron Joaquín Lavín y Cristián Leay, entre otros. En el análisis ya reposado y en ese ambiente familiar, los presentes coincidieron en el difícil escenario que deberá enfrentar Longueira dada la presión mediática a la que se verá enfrentado el fiscal Pablo Gómez, que lleva la causa SQM. Y es que en la UDI pocos dudan de que tras las filtraciones de estos días se encuentra el intento de algunos sectores dentro del Ministerio Público por "pautear" a Gómez, quien hace solo unas semanas había hecho declaraciones en las que parecía descartar una investigación por cohecho como la que ahora la fiscalía ha señalado estar llevando a cabo.

Agradecido de Piñera e Insulza

En la UDI aseguran que fue Chadwick quien convenció al ex Presidente Sebastián Piñera para que al día siguiente saliera a defender la Ley del Royalty; como sea la decisión se adoptó ese jueves en la habitual reunión de los directivos de la Fundación Avanza Chile. La defensa fue valorada por Longueira y su entorno, donde también existe profundo agradecimiento hacia el agente de Chile ante La Haya, José Miguel Insulza, quien en las últimas semanas efectuó una polémica reivindicación de los aportes de Longueira a la política chilena.

Hasta el viernes una interrogante había quedado pendiente: ¿a quién le había enviado Longueira el mail de Contesse? A última hora de ese día, The Clinic reveló que el destinatario fue el entonces ministro secretario general de la Presidencia, Cristián Larroulet, cuya cartera está a cargo de la redacción de las iniciativas legales. De hecho, el proyecto lleva su firma, la de Piñera y las de los entonces ministros Felipe Larraín (Hacienda), y Laurence Golborne (Minería).

Molestia y comparaciones en el "longueirismo"

Hoy, los más longueiristas en la UDI están molestos. Confiesan que les resulta imposible no comparar la situación de su líder con lo ocurrido a Jovino Novoa, quien recibió una condena por delitos tributarios en el caso Penta, pero no fue sancionado por el partido, en el cual continúa militando. De hecho, algunos auguraban a propósito de este episodio una posible fuga de militantes. Sin embargo, la declaración de Longueira, de que volverá una vez demostrada su inocencia en tribunales, habría frenado esa operación.

Tanto es así, que varios dirigentes de base, que ayudaron a Longueira a conseguir adhesión en las poblaciones en la década de los 80, como Alfredo Galdames, creen hoy que la pelea se debe dar desde dentro del partido y con ese argumento permanecerán en la UDI. Los más críticos, en cambio, dicen que si bien Longueira logró descomprimir la tensión interna, su decisión poco contribuyó a despejar la molestia ciudadana.

Su receta para la crisis

Él mismo, está conciente, dicen, de que tras este espisodio será difícil revertir la imagen instalada en la opinión pública, pero que pese a esas dificultades no les dará en el gusto a quienes querrían verlo derrotado. De ahí su puesta en escena en la conferencia de prensa del miércoles, donde quiso transmitir la imagen de un dirigente que dará la pelea en tribunales. De hecho, su abogado ya adelantó a El Mercurio (ver página siguiente) un cambio en la estrategia judicial y que a partir de ahora cada vez que llamen a Longueira a declarar hablará ante los fiscales. En cuanto a declaraciones públicas, el ex senador tiene ganas de hablar y explicar su situación, pero sus abogados le han señalado que podría entorpecer la arista jurídica.

Por ello, le han recomendado que tras lo ocurrido esta semana se sumerja, evite la exposición pública y lidere las gestiones para recopilar todos los antecedentes que contribuyan a su defensa. A su vez, sus cercanos comentan que el ahora retirado "coronel" lamenta lo que estima una falta de liderazgos en la clase política para enfrentar la crisis desatada por las investigaciones del Ministerio Público. En su visión, las dirigencias debieran salir a reconocer conjuntamente los errores y comprometerse a impulsar los cambios que sean necesarios para recuperar la confianza de la gente, tal como le recomienda a su propio partido en la carta que la tarde del viernes envió al actual timonel, Hernán Larraín (ver recuadro.

Partidarios de Bellolio evaluaron la posibilidad de marcar alguna señal de distancia frente a los hechos, pero no encontraron piso interno para ello.La reunión de bancada de diputados del martes, se transformó en una suerte de catarsis. Uno a uno los parlamentarios fueron expresando su angustia y malestar por el alto costo que estaba pagando el partido.

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