jueves, 01 de marzo de 2007
AP
Con un precio aproximado de US$5.700 millones, entre los posibles compradores que pagarían esa suma por adquirir Absolut — la primera vodka de importación en Estados Unidos y cada vez más popular en mercados como Brasil — figuran Diageo PLC, Pernod Ricard SA y Fortune Brands, que tiene ya un acuerdo de distribución con V&S.
ESTOCOLMO.- El gobierno sueco considera la venta de la vodka Absolut a una empresa extranjera, una de las marcas más reconocidas del país, tras 90 años de propiedad estatal.
El gobierno quiere vender Absolut y su empresa matriz, V&S Vin & Sprit AB, junto con otras cinco empresas en las que tiene una participación significativa. El gobierno solicitará el viernes la aprobación parlamentaria para desprenderse de V&S.
Con un precio aproximado de US$5.700 millones, entre los posibles compradores que pagarían esa suma por adquirir Absolut — la primera vodka de importación en Estados Unidos y cada vez más popular en mercados como Brasil — figuran Diageo PLC, Pernod Ricard SA y Fortune Brands, que tiene ya un acuerdo de distribución con V&S.
“Lo que vale es el mejor precio posible”, dijo a The Associated Press el ministro de Mercados Financieros sueco Mats Odell.
El grupo bancario Nordea AB, la empresa de telecomunicaciones TeliaSonera AB, la operadora de bolsa OMX AB, la empresa de bienes raíces Vasakronan AB y la hipotecaria SBAB han ayudado al gobierno a pagar sus abultadas deudas. Es el mayor cambio ideológico en este país intensamente socializado desde que el gobierno de coalición de centroderecha desalojó del poder en octubre a los social demócratas, que favorecían uno de los mayores estados de bienestar social de Europa.
Sin embargo, la venta de V&S es especialmente delicada ya que la empresa fundada en 1917 ha sido estrechamente ligada con las gestiones del estado para controlar el consumo de bebidas alcohólicas en Suecia. El gobierno ejerce el monopolio en la venta de dichas bebidas desde mediados del siglo XIX y Suecia pudo mantener el sistema incluso después de sumarse a la Unión Europea en 1995, por razones de salud pública.
“No creemos que el estado debería regentar una empresa en un mercado competitivo”, dijo Odell. “El estado no debería fabricar, vender o distribuir vodka”.
