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La minería en momento crítico

jueves, 18 de febrero de 2016


Editorial
El Mercurio




La industria minera está enfrentando una de las mayores pruebas de su historia. La desaceleración del consumo de China coincide con un exceso de oferta, especialmente de cobre, debido a la entrada en funcionamiento de nuevos proyectos en el mundo. Aunque la tendencia a la baja comenzó en 2012, las empresas han apostado continuamente a un repunte en el corto plazo. Pero la caída no ha hecho más que profundizarse. Moody's, agencia que recientemente rebajó la calificación a 55 grandes mineras, incluyendo Codelco, ya ha advertido que la industria no enfrenta un "ciclo normal" de baja de precios, sino un "cambio fundamental que pondrá una presión sin precedentes sobre las empresas". Un cambio hacia un mundo donde China demanda menos metales y las mineras deberán sobrevivir con precios más bajos.

Estas no son buenas noticias para Chile. Según estimaciones del Consejo Minero, en los últimos cinco años la gran minería ha aportado al país en promedio el 13% del PIB y el 16% de los ingresos fiscales. La caída en el precio del cobre y otros minerales no solo restringe los recursos disponibles para que el Gobierno pueda cumplir con sus compromisos, sino que supone uno de los mayores factores de desaceleración de la economía.

Las cifras del Instituto Nacional de Estadísticas muestran que solo entre octubre y diciembre se perdieron 23 mil 50 puestos de trabajo en el sector minero. No serán los últimos recortes. Como ejemplo, recientemente Enami reportó la salida del mercado de 203 pequeños productores, o un 18% del universo total. A ellos ahora se sumarán los 150 trabajadores de la mina El Soldado que quedarán sin empleo tras la decisión de Anglo American de reducir sus costos.

Esta es precisamente la principal herramienta a la que están recurriendo las empresas, y Codelco no es la excepción. La minera estatal ha anunciado un plan para recortar sus costos en US$ 1.100 millones este año. Sin embargo, tanto para la estatal como para las mineras privadas, el reto es lograr esa reducción sin poner en peligro la rentabilidad de sus operaciones en el futuro. Puede que tras la crisis el mercado se estabilice con precios más bajos; sin embargo, sí se espera un cierto repunte de la demanda a partir de 2018-2020. Las empresas deben preocuparse de estar en condiciones de competir para entonces. Para ello también será necesario innovar en tecnología y procesos de producción. En ese aspecto la minería chilena está en deuda, dado el alto costo promedio de sus operaciones, 11% mayor que el de sus competidores.

El diagnóstico ya es conocido. La minería nacional requiere de inversiones en exploración, para encontrar nuevos yacimientos, con mejores leyes; acceso a fuentes de energía más sustentable y a menor costo; acceso a recursos hídricos; mayor claridad y celeridad regulatoria, así como la construcción de una mejor relación con las comunidades. A esto se suma un retraso en materia de innovación tecnológica.

En el escenario actual, este diagnóstico requiere de respuestas urgentes. Más aún tomando en cuenta lo que ocurre en países como Perú, donde la industria minera muestra un dinamismo envidiable. De hecho, fue el impulso minero el que hizo que ese país creciera 6,4% en diciembre pasado, mientras Chile lo hacía al 1,5%.

Pero la innovación y el desarrollo de nuevos proyectos requieren de inversión, algo difícil de conseguir en un escenario de precios bajos. Por lo mismo, llama la atención que ante esta coyuntura resurjan voces, como la del Partido Comunista, para renacionalizar la industria del cobre, cuando lo que se necesita, por el contrario, es atraer capital privado capaz de asumir el riesgo de nuevos y necesarios proyectos, en una apuesta de largo plazo.

Para algunos analistas, el sector parece enfrentar un "cambio fundamental" y no solo un ciclo "normal" de baja de precios.

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