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Recordando a Eugenio Cruz Vargas:

El pintor chileno que amaba la naturaleza

lunes, 01 de febrero de 2016

Natalia Rivero
Cultura
El Mercurio

Se conmemoran dos años de la muerte del artista y poeta que retrató la belleza del paisaje y el campo chilenos.



La vida de Eugenio Cruz Vargas estuvo ligada a la contemplación y contacto con el paisaje, a observar las aves y los árboles. Incluso pasó sus últimos cuatro años de vida en una parcela en Olmué, ciudad donde falleció a los 90 años. En el segundo aniversario de su muerte, su obra es recordada como un legado para la escena cultural del país, al registrar el campo chileno en sus trazos y poemas.

Nacido en 1923, Cruz Vargas pasó su infancia en Talca. Y gracias a la influencia de su padre, el vitivinicultor Pedro Cruz Correa, antiguo director de la Viña San Pedro, recorrió fundos y viñas que marcaron su mirada y línea artística.

Estudió en el colegio San Ignacio y, luego de la muerte de su padre, decidió incorporarse a la publicidad en los 60, donde fundó las agencias Cruz y del Solar, Vía Publicidad y Publicidad Siete.

Una década después, Eugenio Cruz asistió a cursos libres de Historia del Arte en la escuela École du Louvre, de París, para ampliar sus nociones de pintura clásica y profundizar su talento.

Así, al regresar a Chile pudo dedicarse finalmente a su vocación, a la que dedicó 40 años de trabajo, que quedaron plasmados en más de 300 óleos y tres poemarios: "La única vez que miento" (1978), "Cielo" (1980), "De lo terrenal a lo espacial" (2011).

Sus cercanos lo recuerdan como una persona culta, ordenada y con un profundo amor por la naturaleza, un artista que admiraba los árboles y podía distinguir el canto de las aves.

La pintura, la poesía, el escribir, leer y estudiar eran parte de su vida cotidiana. Cada vez que pintaba un retrato, escribía un poema de ello. En sus obras se distinguen dos períodos, el primero es de un realismo de corte naturalista, influenciado por los maestros del siglo XIX y XX, donde Cruz recrea la vida rural y costera de la zona sur del país.

Luego, el pintor evidencia un trazo que deja atrás lo figurativo para dar paso a la abstracción, aunque aún conserva elementos que evocan la naturaleza. Como señaló el reconocido crítico de La Segunda, José María Palacios -fallecido en 2002- "la pintura de Cruz se caracteriza por el buen logro de los equilibrios y armonizaciones en la tonalidad gris, que deja entrever más de algún nostálgico eco de su antigua vida campesina".

En la escritura Cruz se movió desde el surrealismo al creacionismo. Sus poemas, asimétricos y simples, describen tanto el amor como la vida sureña.

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