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Con apoyo de un avión de la Armada, se observará la zona de los varamientos:

Fiscal de Aysén realizará un avistamiento aéreo en el área de mortandad masiva de ballenas

lunes, 11 de enero de 2016

NIEVES ARAVENA E.
Vida Ciencia Tecnología
El Mercurio

Han pasado seis meses desde que se identificaron unos 337 especímenes muertos en la zona del Golfo de Penas. El persecutor, con Sernapesca y peritos de la PDI, fijará desde el aire los puntos para una expedición marítima y toma de muestras.



En la extensa costa de Chile, lo esperable cada año eran unos 6 o 7 varamientos de grandes cetáceos. Pero los datos del Servicio Nacional de Pesca (Sernapesca) dieron un salto espeluznante este 2015, tras el avistamiento de, aproximadamente, 337 ballenas Sei ( Balaenoptera borealis ) muertas en una vasta y remota zona de la costa de Aysén, entre el Golfo de Penas y Puerto Natales.

Esa cantidad, sumada a otras 11 ballenas encontradas sin vida en el borde costero, cerró el año con la pérdida de 348 ejemplares de estos mamíferos marinos, lo que dio a Chile el récord de la mayor mortandad mundial de ballenas, una especie que es protegida en las aguas nacionales por ley. Le sigue Nueva Zelandia, donde en febrero pasado vararon 198 ballenas piloto, de menor tamaño y peso que la Sei, de las cuales se salvó la mitad; y Estados Unidos (Alaska), donde murieron nueve ejemplares de ballenas fin.

Algo está pasando, con causas muy poco claras para los científicos, pero los varamientos y muertes de grandes cetáceos van en aumento. En Chile, "lo esperable" ya fue superado en 2014, con 11 ejemplares, y lo que pasó en 2015 elevó la atención.

"Es un récord mundial. Nunca se había producido un varamiento que involucrara tantos ejemplares de mayor peso y tamaño en un mismo lugar, en un solo evento, que puede haber ocurrido entre abril y mayo", dice Mauricio Ulloa, encargado nacional de Rescate y Conservación de Especies Protegidas de Sernapesca.

Acaba de exponer el caso el 12 de diciembre, en un taller de la Comisión Ballenera Internacional y el NOAA, en Estados Unidos, y según cuenta, los científicos quedaron consternados y pidieron venir a Chile para ayudar a descubrir las causas.

No obstante, el hecho sigue una ruta penal en manos del fiscal adjunto de Puerto Aysén, Pedro Poblete, quien investiga una denuncia efectuada por Sernapesca el 18 de noviembre, fecha en que recién se conoció la información, la que un equipo científico mantuvo oculta desde junio.

Solo el fiscal puede autorizar ingresos al "sitio del suceso", que es una amplia zona, muy remota y de grandes olas.

Previo a este hallazgo mayor, Sernapesca recibió en mayo un aviso informal de la existencia de unos 16 cadáveres de ballenas Sei en el sector de Caleta Buena del Golfo de Penas. Entonces, el organismo público hizo una denuncia a la fiscalía, a lo que está obligado cuando ocurren grandes varamientos, por si hubiera acción humana. Y luego, a petición de la Brigada de Delitos Ambientales (Bidema) de la PDI, Sernapesca, con apoyo de la Armada, organizó una expedición científica, entre el 23 de mayo y el 1 de junio, con expertos en cetáceos.

"Ahí se contabilizaron 39 ballenas, a las cuales se les pudieron tomar muestras de contenido estomacal e intestinal", cuenta Ulloa.

Después de esa expedición, las investigadoras de la Fundación Huinay, Vreni Hausserman y Carolina Simon Gutstein, de la Universidad de Chile, realizaron un sobrevuelo de la zona, observando un área mayor. Con miles de fotografías y videos catastraron 337 ballenas, incluyendo restos óseos, en unos 500 km de costa y entre los fiordos. Para ello gestionaron fondos de National Geographic, que les exigió reserva hasta la difusión exclusiva, en noviembre.

Recién ese mes, el Sernapesca pudo efectuar la segunda denuncia en la fiscalía de Puerto Aysén, hoy en curso, a cargo del mismo fiscal que cerró el primer caso en septiembre, y pidió al tribunal "el sobreseimiento definitivo", porque en base al trabajo policial y pericial, se determinó que "la mortandad no obedecía a una acción humana".

Una de las hipótesis de la posible causa de muerte es la toxina de la marea roja, presente en dos de las cuatro necropsias hechas a los animales, dice Ulloa. Además, la toxina estaba en mariscos bivalvos que se muestrearon. Sin embargo y aunque esos 39 cetáceos están dentro de los 337, esa causa de muerte no es concluyente.

Visita al lugar

El fiscal Poblete confirma que recibió material de las científicas de la Fundación Huinay, sin dar detalles. La Bidema de la PDI, en tanto, que ejecuta las diligencias decretadas por el fiscal, pidió apoyo a Sernapesca para ir a la zona y, luego de una gestión de ese servicio con la Armada, se programó para este miércoles 13 un sobrevuelo a la zona del Golfo de Penas. En la operación participará el fiscal, junto a peritos policiales y de Sernapesca, para cotejar la información recibida y determinar los puntos en que se hará una visita por vía marítima, con apoyo científico, para tomar muestras que ayuden a esclarecer la causa de esta mortandad masiva.

Tal vez ya no se puedan realizar necropsias, por la descomposición de los cuerpos tras la demora en llegar a ellos, admiten en el Sernapesca. Pero sí se puede verificar si todas son ballenas Sei, de qué se alimentaban, hacer estudios ambientales y del agua, y ver si hay otro tipo de mamíferos involucrados.

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