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Premio entregado por Economía y Negocios de "El Mercurio":

Rodrigo Valdés es elegido por sus pares el Economista del Año 2015

domingo, 20 de diciembre de 2015

Silvana Celedón Porzio
Economía y Negocios Domingo
El Mercurio

En estos siete meses como ministro de Hacienda ha debido enfrentar desde la reforma laboral y tributaria, hasta una fórmula para financiar la gratuidad en la educación superior.



Directo, transparente, sencillo y rápido a la hora de tomar decisiones. Es la forma como los cercanos al ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés (49 años, casado, tres hijos) definen a quien desde el 11 de mayo lidera las finanzas públicas del país y quien fue elegido por sus pares como el Economista del Año 2015, en un proceso donde participaron cerca de 300 profesionales.

Este galardón, que entrega "El Mercurio" desde 2001 de acuerdo a la votación de los economistas de las principales universidades e instituciones económicas del país, ha recaído en el pasado en Francisco Rosende, Rosanna Costa, Rodrigo Vergara, José De Gregorio, Felipe Larraín, Cristián Larroulet, Klaus Schmidt-Hebbel, Sebastián Claro, Juan Pablo Montero, Andrés Velasco, Sebastián Edwards, Nicolás Eyzaguirre, Vittorio Corbo, Eduardo Engel y Ricardo Caballero.

Fue su gusto por las matemáticas, pero además una especie de "promesa" con un compañero de su colegio, el Saint George's -acordaron que estudiarían ingeniería comercial por seis meses y luego viajarían por el mundo-, lo que llevó a Valdés a ingresar a la Universidad de Chile en 1985.

El plan ideado finalmente no se concretó. Valdés se tituló en 1990 con distinción máxima y un 6,3 de calificación final. Además, recibió el premio al mejor ingeniero comercial graduado que entrega la Asociación de Ingenieros Comerciales de Chile.

Tras el pregrado, se desempeñó como economista en materias internacionales y mercado del cobre en Cieplan, centro de estudios donde trabajó en el área liderada por Joaquín Vial, quien hoy es consejero del Banco Central.

Vial recuerda que Valdés, que venía recién saliendo de la universidad, trabajaba jornada parcial como ayudante en el think tank y Vial le pidió colaboración para un estudio de cobre en el que él estaba avanzando. "Fue tal el nivel de compromiso con ese trabajo que adquirió Rodrigo, que finalmente lo puse como coautor de este estudio", cuenta Vial.

Sus compañeros usaban sus apuntes en el MIT

En 1992, Valdés partió por cuatro años a Boston con su esposa, la psicóloga Ilana Meller, hija de Patricio Meller y Clara Rosenblut, para hacer un doctorado en Economía en el Massachusetts Institute of Technology. En el MIT coincidió algunos años con la economista y académica de la UAI Andrea Repetto, quien llegó después a hacer su doctorado.

"Es súper meticuloso; tanto así, que en generaciones posteriores en MIT usábamos sus apuntes, resúmenes y respuestas a tareas para estudiar", recuerda Repetto.

En su doctorado forjó amistad con Ilan Goldfjan, hoy economista jefe de Itaú-Unibanco en Brasil, y con Pierre-Olivier Gourinchas, hoy profesor en la Universidad de Berkeley. Los tres trabajaron en tesis centradas en finanzas internacionales con el economista alemán Rudiger Dornbusch como profesor guía.

La norma del grupo era reunirse temprano en la mañana, a la hora del desayuno, para ver los avances en sus respectivas investigaciones, a diferencia de los otros grupos de tesis, que se reunían a la hora de almuerzo. Como despedida antes de graduarse, al último desayuno llegaron todos al MIT en pijamas, Rodrigo Valdés incluido, confidencia un ex compañero del ministro en el MIT.

Del Central a Hacienda y de Hacienda al Central

Tras cuatro años en Estados Unidos, Valdés regresó a Chile, y en 1996 ingresó a trabajar al Banco Central como economista senior en la Gerencia de Investigación Económica.

En 2000, el entonces ministro de Hacienda, Nicolás Eyzaguirre, recluta a Valdés para asumir como coordinador de políticas macroeconómicas. Fue ahí donde comenzó a gestarse una relación muy cercana que se mantiene hasta el día de hoy.

El consejero del Banco Central Mario Marcel, quien en esos años era titular en la Dirección de Presupuestos, recuerda que Valdés era un asesor muy "asertivo", que sus opiniones y diagnóstico siempre eran considerados en las reuniones que Eyzaguirre realizaba los lunes con su equipo más cercano.

"Además de trabajar juntos en Hacienda en la creación de la regla estructural, enfrentamos la crisis de las empresas punto com. Tener buenos análisis macro era fundamental, y él cumplía perfectamente ese rol", destaca Marcel.

En 2002, Valdés regresó al Banco Central como gerente de la División de Estudios del Banco Central, el mismo cargo que ocupó Eyzaguirre en los 90.

Fue vecino de Eyzaguirre en Washington

Tras seis años en el Banco Central, el actual ministro de Hacienda dejó nuevamente Chile con su esposa, pero esta vez con tres hijos, para asumir como economista jefe para América Latina del Banco Barclays Capital Inc. en Nueva York.

Entre 2009 y 2012 se desempeñó en el Fondo Monetario Internacional (FMI) en Washington. Allí coincidió con Eyzaguirre, quien era titular del Departamento del Hemisferio Occidental del organismo, y Valdés era subdirector del Departamento Europeo y jefe de misión para Estados Unidos.

En la capital norteamericana incluso fueron vecinos; solo los separaba la pandereta de atrás. "Tengo un asado con mi vecino", se le escuchó más de una vez decir a Eyzaguirre.

En 2013 fue fichado por BTG Pactual para asumir como jefe para la Región Andina de este banco, cargo en el cual estaba a cargo de monitorear la macroeconomía para Chile, Colombia y Perú.

Una designación que quebró esquemas

En marzo de 2014, y con la llegada de la administración Bachelet, Valdés regresó nuevamente al sector público. Esta vez como presidente de BancoEstado.

En el organismo lo recuerdan como una persona de "buen trato" y muy directo para exponer sus planteamientos.

Solo alcanzó a estar en ese cargo un poco más de un año. En mayo de este año fue nombrado como ministro de Hacienda, en reemplazo de Alberto Arenas.

Asumió en un período especialmente complejo, dado el cuestionamiento de distintos sectores al rumbo que estaban tomando las reformas del Gobierno y su impacto en el crecimiento económico. En estos siete meses ha debido enfrentar desde la reforma laboral y tributaria, hasta una fórmula para financiar la gratuidad en la educación superior, pasando por el paro del Registro Civil. En todas estas discusiones, Valdés ha dejado claro que el país enfrenta un escenario de estrechez fiscal, lo que quedó plasmado en un Presupuesto 2016 mucho más austero que el de este año.

El difícil panorama económico Valdés lo tenía incorporado cuando asumió como sucesor de Arenas. Lo que no tenía en su radar era lo que ocurriría con la negociación colectiva de BancoEstado, proceso que recién se estaba iniciando cuando él dejó el banco y que finalizó con la salida de Guillermo Larraín de la firma estatal. Es por eso que varios cercanos a Valdés mencionan este hecho como una de las situaciones más difíciles de abordar en su rol de ministro de Hacienda.

Creó grupos WhatsApp para monitorear todos los temas

El ministro de Hacienda sale cerca de las 7:30 am de su casa en Lo Barnechea de lunes a viernes y, por lo general, se retira de Teatinos 120 pasadas las 21 horas. Sigue trotando, pero sus rutinas se concentran los fines de semana. "Antes corría todos los días, y ahora con suerte logra sumar un día en la semana", comenta un colaborador de la autoridad.

En el mundo político destacan de Valdés su capacidad para establecer una muy buena relación con los parlamentarios, pese a que no venía de ese mundo y que le tocó asumir el control de la billetera fiscal en un escenario de menos recursos públicos.

Una de las razones tras este logro es que Valdés ha establecido una "relación muy horizontal" con los diputados y senadores, explican.

Su jefe de asesores, Enrique Paris, y el senador Ricardo Lagos Weber coinciden en que Valdés no tiene problemas en llamar directamente a un parlamentario, lo que no era habitual en sus antecesores. "Yo mismo he visto al ministro tomar su celular y llamar un diputado o senador o enviarles minutas cuando hay dudas sobre cifras o impactos", señala Lagos Weber.

Una particularidad en su rol de ministro es que si bien delega responsabilidades en sus asesores, nunca deja del todo los temas. Paris comenta que Valdés tiene grupos WhatsApp con sus asesores organizados por temáticas, para estar siempre intercambiando ideas incluso los fines de semanas.

Este miércoles, a las 23:58 horas, antes de subirse al avión a Estados Unidos para participar en el Consejo de Seguridad de la ONU, se comunicó con el grupo de la reforma laboral para saber en qué estaba esa discusión en el Congreso.

Lo que más le ha costado: los "tiempos" de la política

Una característica que destacan de Valdés tanto en BancoEstado como en Hacienda es que cuando asume un cargo en una institución tiene la capacidad de adecuarse a los equipos internos existentes, y no llega acompañado por profesionales de "confianza" o personas con quienes tenga una amistad.

En Teatinos 120 hizo muy pocos ajustes internos y mantuvo al grueso de los asesores que trabajaban con Alberto Arenas. Pero también, y fiel a su estilo de decisiones rápidas, los cambios que hizo -la salida de Andrea Palma y Julio Valladares- fueron en sus primeros días como ministro.

A Enrique Paris, que era el coordinador de Modernización del Estado, Valdés le pidió asumir como jefe de asesores, mientras que a quien era el jefe de gabinete del subsecretario de Hacienda, Alejandro Micco, Ricardo Batarce, le solicitó asumir como su jefe de gabinete.

A los pocos meses reclutó a Roberto Godoy, uno de los "padres de la reforma laboral", uno de los proyectos emblemáticos de la actual administración y en el cual Hacienda adquirió un rol protagónico tras la llegada de Valdés.

Hace poco renunció Fidel Miranda como coordinador de Políticas Sociales, y lo reemplazó Paula Benavides, quien es coordinadora de Estudios.

De todos estos cambios, con la única profesional que Valdés tenía una relación más cercana es con Benavides. Junto a ella y a Marcelo Tokman -hoy gerente general de Enap-, Valdés trabajó en su primer paso por Hacienda en la creación de la regla fiscal.

Sus cercanos comentan que lo que más le ha costado aprender en su paso por Hacienda es que no todo puede hacerse en los plazos que él quisiera. Un fiel reflejo fue lo que ocurrió en la última negociación del reajuste del sector público, un proceso marcado por reuniones extensas y que, según el propio Valdés ha confesado, fue "todo un aprendizaje".

LA IDEA DE VALDÉS era estudiar seis meses ingeniería comercial y luego viajar por el mundo.

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