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La psicóloga Andrea Cardemil acaba de publicar un libro sobre este tema:

Los principales errores que cometen los padres con sus hijos tras una separación

viernes, 13 de noviembre de 2015

C. González
Vida Ciencia Tecnología
El Mercurio

Evitar conductas como no contarles sobre la ruptura o discutir delante de ellos ayuda a reducir el estrés en el niño y a facilitar su proceso de adaptación al cambio.



Valentina tiene casi 5 años. Cuando en el colegio le pidieron que hablara sobre su familia, se angustió mucho. Su mamá le preguntó qué pasaba y ella le respondió: "Para ser familia tenemos que vivir todos juntos en la misma casa y el papá vive en otro país. Entonces no somos familia".

Hoy, las separaciones de parejas son más frecuentes que hace unas décadas, pero eso no significa que sean más sencillas. Mucho menos para los niños, que también se ven afectados, como le ocurre a Valentina. Su historia forma parte del libro "Separarse con niños pequeños: Cómo seguir nutriendo tras la ruptura" (Ediciones B).

Escrito por la psicóloga infantil Andrea Cardemil -a partir de su propia experiencia personal y de las preguntas que recibe en la consulta-, se trata de un manual dirigido a los padres con el propósito de ayudarlos a manejar bien una separación, no solo para reducir su impacto en los hijos, sino también para que se nutran de este proceso.

"Me separé con dos niñas chicas y, a pesar de ser psicóloga, me di cuenta de que no sabía qué hacer; hay un montón de interrogantes y temores que se te cruzan. Entonces decidí que era un área que había que explorar", cuenta Cardemil, docente del Instituto Chileno de Psicoterapia Integrativa.

"Por muy chicos que sean, todos los niños se ven afectados cuando los papás se separan. Enfrentan un cambio e inician un proceso de adaptación; lo que varía es la forma en que se ven impactados según su edad".

La forma en que involucran los padres a sus hijos en este proceso es determinante. "Uno de los errores es no contarles sobre la separación. Cuando el niño visualiza que algo está pasando y no lo entiende, comienza a fantasear o sacar falsas conclusiones", dice la psicóloga. Eso puede llevar a que vean las cosas peores de lo que son, o que se sientan culpables y con angustia.

Lo anterior implica tener presente que, a medida que crecen, los niños necesitan volver a procesar la separación, de forma más profunda y con nuevas interrogantes. Es lo que se llama "efecto espiral", y los padres deben estar atentos y dispuestos a dar respuestas.

Otro error es discutir delante de ellos; aunque no se trata de ocultar una discusión, sí es importante contener el conflicto. Eso también implica no transmitirles preocupaciones que no les corresponden, como el pago de la pensión.

Algo que se debe evitar es hablar mal del otro padre. "A veces el niño escucha lo que se dice a otra persona, o lo que comenta la abuela o la tía. También hay que tener cuidado con el lenguaje no verbal, como poner caras de disgusto".

Factores protectores

Como se explica en el libro, una de las cosas más importantes que necesitan los niños tras una separación es saber que siguen teniendo un papá y una mamá.

"Uno de los factores protectores es que el niño tenga una buena relación con ambos padres, y tener espacios con cada uno", explica Cardemil. "Un régimen de visitas debe fijarse en función de las características de los niños y su etapa de desarrollo, de manera de seguir fomentando un buen vínculo y disminuir el estrés infantil".

La contención y apoyo paternos y de adultos significativos es fundamental en todo el proceso. Sobre todo en los primeros seis años de vida, que son vitales en el desarrollo cerebral y socioemocional.

"Aunque hay estudios que muestran que los hijos de padres separados tienen más problemas cuando grandes, también hay harta investigación que confirma que manejando ciertas variables, los niños se fortalecen y salen adelante".

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