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José Zalaquett, la crisis de confianza y su renuncia al CEP:

"Todas las instituciones han sido heridas"

domingo, 08 de noviembre de 2015

M. Soledad Vial
Reportajes
El Mercurio

El académico, especialista en derechos humanos y probidad, entrega su diagnóstico tras los escándalos que han golpeado al país y explica por qué decidió dejar de ser consejero del centro de estudios que preside Eliodoro Matte y por qué piensa que este también debería hacerlo.



"¿Proba o no proba?" es una de las preguntas que siempre hace a sus alumnos de Derecho de la Chile, mientras les va nombrando instituciones públicas en una especie de barómetro personal de las confianzas. Casi todas las manos se alzan cuando sale al ruedo la Contraloría, pocas para otras autoridades y, en algunos casos, la mayoría de las palmas se queda sobre la mesa.

Como profesor de tantos años, a José Zalaquett le gusta usar ejemplos, imágenes, para graficar materias como probidad o transparencia, que pudieran parecer abstractas y que se han ido volviendo más cercanas con la sucesión de escándalos vividos. El último explotó la semana pasada: "el cartel del confort ", como de inmediato bautizaron las redes sociales a la colusión que CMPC mantuvo durante 10 años con su principal competidor, SCA, para elevar y repartirse el mercado del papel tissue .

Y esta vez también lo tocó a él de cerca. El viernes, Zalaquett envió un mail de dos líneas -"en estas cosas hay que ahorrarse la música y simplemente ir al grano"- a Eliodoro Matte, presidente de la emblemática "Papelera" y del CEP, formalizando su renuncia al consejo del prestigiado think tank (ver recuadro). Una decisión que le duele, pero que sintió inevitable. "Ante las confianzas dañadas no queda otra alternativa que renunciar, que asumir responsabilidades", afirma el intelectual de centroizquierda, experto en derechos humanos y ética.

-Usted graficó la confianza con un proverbio árabe: crece lento como una palmera, dijo, pero se cae a la velocidad de un coco. ¿Es eso lo que pasó en Chile?

-En Chile vivimos un cambio de época y después de dos siglos, desde la revolución francesa a la guerra fría, la historia transcurre por un caudal rápido. Vivimos un tiempo de nietos que se atrevieron a soñar de nuevo, como sus abuelos, porque sus padres vivieron una tragedia cuando niños y anduvieron pisando huevos. No vayan a despertar con pesadilla.

"Chile ha sido un país tradicionalmente poco corrupto en el sentido de pasar un sobre con dinero debajo de la mesa, pero opaco. Los problemas de probidad son más de conflictos de interés, de uso de información privilegiada. Recuerdo que Lucía Santa Cruz, con quien compartí en el directorio de TVN, viajó a Gran Bretaña y cenó con un ex compañero, ahora gran empresario. Le preguntó cómo le iba. 'Mi querida Lucía, si te dijera, estaría cometiendo un delito', le contestó. Imagínese esa conversación en La Dehesa: lo sacan a patadas por roto, por no dar el 'datito' ".

-¿Cree que el Chile de hoy ya no tolera más ese doble estándar?

-Desde hace 25 años viene desarrollándose todo un pensamiento sobre la sociedad de la confianza. En Latinoamérica no hay ese tipo de sociedad, pero en Chile y Uruguay creemos que tiene sentido pagar impuestos y obedecer las leyes. Por eso Chile se resfría, le viene fiebre: reacciona, no se encoge de hombros frente a la corrupción. Pero también vemos en la página económica de "El Mercurio" que una acción sube y a los cuatro días sabemos por qué, pero alguien lo supo cuatro días antes.

-De este tsunami que ha barrido con la reputación de las instituciones, ¿rescata usted a alguien?

-Creo que todas las instituciones han sido heridas. Habría que hacer una encuesta para saber qué personas suscitan todavía confianza. Siempre les pregunto a mis alumnos, a mano alzada: "Contraloría, ¿proba o no proba?". Todos levantan la mano. "¿PDI?", todos la bajan. Por eso, es muy importante el nombramiento del contralor, que está pendiente.

-¿Qué características debería tener el candidato que se proponga?

-Desgraciadamente no tengo nombres, pero creo que debería ser una persona externa, muy capaz y especialista en derecho administrativo.

"Una mala señal" los encuentros privados del próximo fiscal

-¿Cuánto demorarán en recuperarse las confianzas ahora que se han caído todas las catedrales? A la política más confiable, que era la Presidenta, se sumó el empresario y la empresa emblema, Eliodoro Matte y la Papelera.

-Se requieren tiempo y algunas medidas concretas; permitir que actúen la justicia y los organismos de control e investigación. En ese sentido, me parece una mala señal que el próximo fiscal nacional haya tenido todos estos encuentros privados

-¿Cree que le restan libertad para investigar a políticos involucrados en el financiamiento ilegal?

-Por lo menos pone una sombra de sospecha, lo que es muy serio.

-¿Cómo recobra la gente su fe en la política y en las instituciones?

-Un gesto importante sería mostrar genuino desinterés, que se votara la limitación de la reelección en cargos parlamentarios o de alcalde. Sería un gran paso.

-Son decisiones resistidas, ¿han tomado conciencia genuina las élites dirigentes de que hoy se les exige más? Porque los casos de escándalos se siguen sucediendo...

-Eso pasa porque la sociedad va por un río rápido que demanda muchos más cambios y a mayor velocidad, y el Derecho responde tarde e insuficientemente. Las autoridades del Poder Judicial y los decanos de las facultades de Derecho intentan resolver cosas nuevas, estirando los conocimientos que adquirieron cuando eran jóvenes.

"Las sociedades que están estancadas cultivan la apatía; después de todo, en los locos años 60, los países que tenían más desarrollo cívico institucional y cultural, Chile, Argentina y Uruguay, fueron los que se embarcaron en las aventuras políticas más audaces. Una sociedad en movimiento siente que el movimiento es posible".

-Entonces ve cosas positivas, ¿qué cambios buenos podría traer este proceso?

-Es una crisis muy profunda porque los problemas existen y son muy serios, y el mundo político, incluido el de la Nueva Mayoría, no ha sabido darse cuenta. Pero también los medios de comunicación le ponen más condimento. No tengo una mirada oscura: es una crisis de la que van a surgir oportunidades.

"Algunos van a quedar en el camino"

-¿Dónde se juega que surjan oportunidades y no caudillos que aprovechen el descrédito de las instituciones?

-En la revolución industrial, los ludistas sabotearon las máquinas y los herreros se opusieron a los autos, porque los dejarían sin trabajo. La historia es inexorable, avanza y deja heridos en el camino. Y una nueva oportunidad significa que alguna gente, que no pudo o no supo renovarse, va a quedar en el camino.

-¿A quiénes se refiere?

-A nadie en particular. Es una reflexión de carácter general.

"La agenda de corrupción y probidad pública en Chile se ha movido siempre al son de escándalos públicos. El Presidente Frei estableció una comisión después del desmalezamiento trucho de la refinería de Concón, del señor Dávila que se embolsó US$ 200 millones en Codelco, y después vinieron el MOP Gate, Chiledeportes y finalmente Caval, Penta y SQM. En cada escándalo el país se remece y avanza, pero menos de lo necesario".

-¿Anticipa el mismo final para las propuestas de la comisión Engel? Él mismo ya ha reclamado.

-Tengo el más alto concepto de Eduardo Engel, que dio una cantidad de recetas y un diagnóstico bastante crudo, pero la voluntad de aplicarlos es mucho menor. Creo que se va a avanzar menos que lo que propone la comisión Engel. ¡Si a 20 años de la comisión que estableció el Presidente Frei y que presidió Genaro Arriagada se han cumplido menos de la mitad de las proposiciones!

-¿Cómo ha conducido el Gobierno este proceso? Incluso en la Nueva Mayoría se quejan de que su retórica fundacional más bien hiere que restablece las confianzas.

-El problema no es tanto la necesidad de cambios profundos, sino el contenido de estos en su letra chica y no tan chica, además del modo como se han llevado adelante.

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