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El huemul enfrenta una frágil subsistencia en el sur de Chile

domingo, 25 de octubre de 2015

Richard García
Vida Ciencia Tecnología
El Mercurio

Sus escasas poblaciones están separadas entre sí por cientos de kilómetros o profundos y anchos canales. La situación de los ciervos en la provincia de Ñuble es la que más preocupa.



Los más pesimistas dicen que quedan poco más de mil ejemplares, mientras que los optimistas elevan la cifra al doble e incluso creen que puede haber más. Lo concreto es que si se juntaran todos los huemules ( Hippocamelus bisulcus ) que viven en Chile, cabrían dentro de la Plaza de Armas de Santiago.

Estos singulares ciervos están repartidos en dos zonas del país, una muy pequeña en la provincia de Ñuble y otra que se extiende, más o menos, desde la orilla sur del seno de Reloncaví hasta el Estrecho de Magallanes, pero que se ve interrumpida frecuentemente por canales y glaciares.

La que más preocupa es la población que se concentra en la reservas nacionales Ñuble y Huemules de Niblinto, al interior de Chillán.

"No se sabe bien cuántos son, pero haciendo una proyección podríamos hablar de entre 50 y 100 individuos", destaca Moisés Grinberg, jefe de flora y fauna en la gerencia de áreas protegidas de Conaf. Los monitoreos que han realizado revelan que se trata de una población en buen estado de salud y que se está reproduciendo. "Hay fotografías e incluso videos en los que hemos registrado familias".

Sin embargo, por la misma cantidad limitada de ejemplares que viven allí, su subsistencia no estaría garantizada a largo plazo. Un estudio del año 2008 de la Universidad de Concepción calculó que esta población está en un alto riesgo, con un tiempo medio de extinción de entre 27 y 42 años. Entre las razones se cuentan la pérdida de hábitat, la escasa reproducción de las hembras y los bajos niveles de variabilidad genética, esto último relacionado con una alta endogamia.

Como si fuera poco, el verano pasado parte del área fue arrasada por un incendio forestal. Los conteos posteriores de Conaf revelaron que no se perdió ningún ejemplar, pero quedó al descubierto la fragilidad de ese ecosistema.

Más al sur

El escenario es bastante más optimista en la Patagonia, donde radica más del 70% de la población. Este año, por primera vez se documentó con cámaras trampa la reproducción de huemules en la reserva Futaleufú.

También han fructificado las apuestas de privados, como Andrónico Luksic y Kris Tompkins, quienes se han propuesto proteger poblaciones que no están cubiertas por las áreas protegidas de Conaf.

Donde se concentran las mayores esperanzas acerca del futuro de este ciervo es en la zona de los fiordos Bernardo y Témpanos, en el límite de Aysén y Magallanes. La población se duplicó, entre 2004 y 2007, al pasar de 38 a 77 ejemplares luego de la remoción del ganado doméstico ilegal, cuenta Cristóbal Briceño. El biólogo fue uno de los investigadores principales del plan de acción, con fondos privados, que impulsaron la World Conservation Society (WCS) y Conaf. En los años siguientes, los números se han seguido incrementando. "No sabemos cuánta población realmente hay, porque es muy grande el lugar y de difícil acceso", reconoce.

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