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Los porqués del alejamiento de Lamarca de la presidencia de Copec

miércoles, 16 de marzo de 2005

Paola Jarur Chamy
Economía y Negocios, El Mercurio

Su carácter fuerte, sus frases para el bronce y su capacidad administrativa caracterizaron sus 20 años en Copec.

"Copec tendrá un lugar privilegiado en mi corazón".

Así, enfático, fue el presidente de empresas Copec, Felipe Lamarca, en su carta de renuncia dirigida al vicepresidente de la empresa, José Tomás Guzmán.

Fueron 20 años al frente de la compañía con mayor capitalización bursátil de nuestro país y 20 años en los que Guzmán, una de las manos derechas de Angelini, tal como lo reconoció el propio Lamarca, debió "sobrellevar la carga conmigo".

Pero hace mucho tiempo que las cosas no estaban bien.

Y últimamente los problemas apuntaban a la delicada situación por la que atravesaba una de sus filiales: la planta Valdivia de Celulosa Arauco y Constitución (Celco), que había sido cuestionada por pasar a llevar normas ambientales, las que se responsabilizaba de la muerte de cisnes de cuello negro.

Las puertas de esta planta fueron cerradas por la autoridad durante casi un mes. En el intertanto, la propia administración de Celco reconoció que se habían producido "desprolijidades".

Y Lamarca definitivamente no estaba de acuerdo con el manejo de la situación por parte de los directivos de Celco.

"Felipe es una persona de gran carácter, no se presta para ser goma de nadie", explica una importante fuente de Copec, con lo que asegura "su renuncia fue por eso, por esos problemas de choque administrativo".

Pero los problemas venían de mucho antes. La relación entre el gerente general de Celco, Alejandro Pérez y Lamarca se habría distanciado mucho cuando este último era presidente de la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa), cargo en el que estuvo desde 1997 hasta 2001. En el intertanto, Pérez adquirió autonomía, y dio buenos golpes que elevaron su imagen dentro del grupo Angelini, mientras que la de Lamarca se alejaba de la presidencia de Copec y se asimilaba cada vez más a la de titular de Sofofa, cargo para el que parecía hecho y donde mostraba su faceta política.

La despedida
Pero la distancia con Pérez no era única. También lo era con el resto de los ejecutivos del grupo Angelini y así las cosas terminaron ayer.

A las 9:30 de la mañana, Lamarca presentó su renuncia y partió al campo.

La renuncia no fue sorpresiva en el directorio y se esperaba hace tiempo.

Y la despedida se dio en un tono formal, pero cercano.

La carta de renuncia de Lamarca dirigida a Guzmán también se extendió a los demás directores, ejecutivos y trabajadores. Con especial mención a Anacleto Angelini, a quien le recalcó su "profunda amistad y aprecio".

Desde el 1° de abril y hasta el 27 de ese mes, el actual cargo de Lamarca lo ocupará Guzmán. Ahí se realizará la junta de accionistas de la compañía donde, además, podrá renovarse el directorio.

Formalmente en la empresa aseguran que la principal causa de la renuncia de Lamarca apuntaba a su "distinto estilo de vida, inquietudes y filosofía de vida".

Para algunos, el éxito de Copec estuvo de la mano de Lamarca.

Según se señala en la compañía, para 1986 -fecha en que asumió Lamarca como presidente del directorio- el patrimonio bursátil de la empresa alcanzaba los US$ 749 millones, a fines de 2004 esa cifra se había incrementado a US$ 11.443 millones. Mientras, las ventas de la empresa alcanzaron en el mismo período un incremento de 7% anual.

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"Vivo de prestado"
"Las prisas pasan y las cagadas quedan", dijo una vez Felipe Lamarca y levantó polvadera. Ese era su estilo: directo y sin pelos en la lengua, no dudó en criticar con esas palabras al Gobierno del entonces Presidente Frei cuando éste puso en la agenda el tema de la reforma laboral antes de las elecciones presidenciales.

Se le conoce en su faceta de dirigente y empresario pero también fue director de Impuestos Internos entre el 78 y el 84 donde persiguió la evasión tributaria y fue uno de los encargados de la renovación de la entidad. Sus buenos logros en este sector lo llevaron al sector privado, donde llegaría a ser la cabeza visible de uno de los grupos económicos más poderosos del país: los Angelini por 20 años.

Duro como era, sobrevivió a una meningitis bacteriana, lo que lo tuvo 18 días internado de gravedad en la clínica Las Condes.

"Estoy vivo de prestado", fue su conclusión luego del hecho que, reconoce, lo marcó.


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