El negocio de los automóviles es uno bastante polémico. Volkswagen se encargó de recordarlo esta semana cuando la empresa alemana reconoció haber alterado con un software las cifras de emisiones de gases contaminantes de 11 millones de sus vehículos diésel en Estados Unidos. El hecho provocó la renuncia de su presidente Martin Winterkorn y dejó a la mayor compañía fabricante de autos del mundo arriesgando una multa que alcanza los US$ 18 mil millones (Ver nota en B 16). Sin embargo, no es el primer caso en la industria automotriz. Desde multas de US$ 1.000 hasta indemnizaciones a los familiares de las víctimas han tenido que pagar los fabricantes de vehículos por complejos escándalos en los que se han visto involucrados a lo largo del tiempo.