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Las historias futbolísticas que marcaron la vida de Bonvallet:

De jugador dócil a técnico motivador y conflictivo

sábado, 19 de septiembre de 2015

Javier Ramírez-Musella
Deportes
El Mercurio

Quedó el recuerdo de un mediocampista duro y un DT de corta carrera. Quienes compartieron con "Bonva" revelan detalles poco conocidos de su trayectoria como deportista.



L a carrera como jugador de Eduardo Bonvallet terminó a los 33 años y le dio tiempo para jugar en Universidad de Chile (que fue su club de origen), Universidad Católica (en dos etapas), O'Higgins, San Felipe y en los estadounidenses Fort Lauderdale y Tampa Bay.

En total, sumó 237 partidos.

Sus buenos años en la UC y especialmente en O'Higgins le abrieron las puertas de la selección, a la que defendió 23 veces, incluyendo la Copa América de 1979 y el Mundial de 1982. "Era más dócil dentro de la cancha que fuera. Su personalidad resaltó más en su rol como comunicador", estima Miguel Ángel Neira, compañero de Bonvallet en la UC, en el equipo de Rancagua y en la Roja.

"Ese carácter fuerte lo dejó ver mucho más en otros aspectos del fútbol, pero tenía muchísima entrega", coincidió Elías Figueroa. "Como volante nunca daba una pelota por perdida. Era bueno", agrega Juan Carlos Letelier.

Mantuvo contacto con algunos ex compañeros y todos coinciden en que, lejos de los focos, mantuvo un perfil solitario hasta su trágico final.

Otra historia como DT

Como técnico, su perfil se vio marcado por su faceta mediática (ver páginas 2 y 3). Tuvo un positivo arranque en el fútbol universitario, dirigiendo a la Universidad Gabriela Mistral (UGM): se coronó campeón (le ganó la final a la U. de Las Américas dirigida por Claudio Borghi) y acentuó su cercanía con los jóvenes.

"Pese a que era un ambiente distinto del profesional, trabajaba desde la motivación. Era impresionante para los chiquillos", recuerda Felipe Núñez, hoy portero de Huachipato que jugó en ese equipo de la UGM.

En 2007 asumió por única vez en un cuadro profesional: la misión fue salvar a Deportes Temuco del descenso a Tercera División. "Te comparaba con jugadores de nivel mundial y eso te elevaba", recordó Enzo Vera, delantero de ese Temuco. "Pero cuando se prendían las cámaras, era otra persona. Creo que eso le pesó", dijo.

Peor la pasó el camerunés Luc Bessala, con quien se peleó en Temuco. "No tuvo una idea clara y no guardo buenos recuerdos de él".

Para desgracia de Bonvallet, los sureños no pudieron evitar el descenso y se acabó de golpe su carrera como DT. "Esa experiencia lo afectó", asegura Vera. "Pudo ir a Cobreloa, pero su perfil polémico lo perjudicó", recordó.

En 2010, el malogrado ex deportista intentó un último regreso al fútbol competitivo asumiendo como entrenador del Jugenland de la Tercera B, pero renunció antes de terminar la pretemporada.

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