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Tendencia retro llega al país:

El ritmo del swing seduce cada vez a más jóvenes chilenos

domingo, 06 de septiembre de 2015

AMALIA TORRES
Vida Ciencia Tecnología
El Mercurio

La música que llenaba los salones de fiesta de los años 30 en Estados Unidos ahora también se apodera de las clases de baile y las plazas de Santiago. La mayoría de sus seguidores tiene entre 20 y 40 años y aseguran que gracias a esta actividad han hecho nuevos amigos.



Cuando Laura Bel (39) ponía sobre la balanza los pros y los contras de dejar Barcelona y radicarse en Chile con su pareja, un punto desequilibrante era que por más que buscara, en el país no encontraba clases de lindy hop , un tipo de baile que utiliza música swing y que se ha vuelto común en Europa y Estado Unidos.

Allá bailaba todos los días de la semana. "En Barcelona puedes bailar cada noche, y hasta los mediodías tienes swing break ", dice hoy en Santiago, luego de fundar hace un año la academia Swingtiago, que ya tiene más de 100 alumnos regulares y clases cinco días a la semana.

Swingtiago cuenta hoy con 2.642 seguidores en Facebook. "Estamos muy sorprendidos. Nos habían dicho que la gente en Chile no se anima, que les da vergüenza, ¡y qué va! En febrero estuvimos bailando casi todos los días en las plazas de Santiago y la gente lo agradece. Muchos, al vernos bailar, se unen a nosotros".

Trompetas, contrabajos y un piano se escapan por los parlantes de una sala en Bellavista mientras Paola Vidal (35) y Cristian Álvarez (37) practican algunos pasos de lindy hop junto a otros diez alumnos.

No les importa que este baile haya nacido en los años treinta en Estados Unidos, que utilice música que estuvo de moda cuando ellos ni siquiera habían nacido, ni que la mayoría de sus amigos no sepan de qué hablan cuando dicen "lindy hop".

Ellos quedaron prendados con este baile cuando estuvieron de vacaciones en Europa. "Nos quedábamos mirando a la gente que bailaba en las plazas, nosotros en un desconocimiento total del baile, pero nos gustó porque es alegre y el ritmo es súper pegote. Igual me sorprendía mucho que se cambiara tanto de pareja", dice Paola.

Juan Francisco Gutiérrez (26) es de los que no se pierden las presentaciones al aire libre. "Empecé a bailar en Berlín, y ahora de regreso en Chile busqué dónde podía seguir. Me gusta este baile porque es enérgico, alegre. De alguna forma los pasos importan, pero al mismo tiempo importa ser feliz, sacar una sonrisa".

"Bailando he conocido a gente de Ecuador, Rusia, Japón, y también he hecho muchos amigos chilenos. Yo tengo al menos cuatro grupos de chats de pura gente de las clases, lo pasamos muy bien", dice Katherine Molina (31), quien conoció la tendencia viendo una presentación en el Parque Bustamante.

Para los bailes abiertos, así como para las fiestas de swing que organizan las distintas agrupaciones, la idea es que los participantes vayan vestidos de época. Por eso no es raro ver a los hombres llegar con suspensores, chaleco sin mangas (gilet), pantalones de tela y un jopo, mientras que ellas llevan cintillos y vestidos vintage .

En Valparaíso y Viña

"Me gusta meterme en la época, me gusta la preocupación de no solo ponerse una polera y un jeans para ir a bailar", dice Katherine.

"Entre mi mamá y mi abuelita, crecí viendo musicales, tratando de imitar los pasos. Y cuando me fui a Londres a estudiar busqué dónde podía aprender a bailar así", dice Angélica Flores (39), quien dirige Swing Out Chile. "Cuando fui a mi primera clase pensé que iban a ser puros viejos. Pero no, éramos hartos jóvenes, aunque también es entretenido porque se comparte con gente mayor que le gusta esta música. John, que era uno de mis partners , tenía 80 años y le pegaba varias patadas a los más jóvenes".

En Chile, sin embargo, la mayoría de los interesados tiene entre 20 y 40 años, asegura Andrés Contreras (33), quien junto a Marlene Marín creó la escuela Lindy Hop Chile.

Como cada vez hay más interesados, las clases también se están expandiendo. Angélica comenzará el próximo mes a dar clases en Viña del Mar y Valparaíso, y además creará un curso para niños. "Incluso tengo a dos parejas de novios que me pidieron que los prepare para hacer una coreografía sorpresa durante su matrimonio. Eso no se veía antes".

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