Fondos Mutuos
Un día intenso vivió ayer la economía de Estados Unidos, que ya tiene una buena dosis de estrés como consecuencia de la alta expectativa que genera una posible alza de la tasa de interés por parte de la Reserva Federal (Fed), el próximo 17 de septiembre, y las posibles repercusiones que esto podría tener para la economía mundial. A primera hora se dieron a conocer las cifras de empleo, que -lejos de aclarar el panorama económico- pusieron un manto de dudas sobre cuándo el banco central estadounidense deberá aumentar los tipos de interés, actualmente en un rango de entre 0% y 0,25%. Los datos fueron ambiguos, o al menos generaron una doble lectura. El antecedente negativo es que el empleo estadounidense creció menos de lo esperado en agosto. El mercado auguraba cifras en torno a los 220 mil puestos de trabajo; sin embargo, las nóminas no agrícolas se incrementaron solo 173 mil. La cifra se torna más adversa cuando se observa el empleo generado en julio, que ascendió a 245 mil, tras la nueva corrección del Departamento de Trabajo difundida ayer. La nota destacada fue para el desempleo. Este indicador se situó en 5,1% en agosto, alcanzando su menor valor en los últimos siete años y medio, dos décimas por debajo de lo acumulado al cierre de julio. La cifra fue alentadora y pone a Estados Unidos en una situación de pleno empleo, denominación que se utiliza cuando la desocupación se ubica en rangos de entre 5% y 5,5%. Tras los resultados, un alto funcionario de la Fed, Jeffrey Lacker, dijo que ya se ha visto una recuperación suficiente del mercado laboral en EE.UU. como para justificar una pronta subida de la tasa de interés. "Es hora de que alineemos nuestra política monetaria con el significativo progreso que hemos hecho", afirmó. No obstante, un índice de Bloomberg que mide la probabilidad implícita que se deriva de los futuros de la Fed estima que las posibilidades de que la entidad suba la tasa en septiembre es de apenas 30%. Dicha medición mostró cierto repunte respecto a agosto, donde había llegado a descender a 24%. Bancos están divididos Los bancos de inversión también salieron a realizar conjeturas respecto al timming en que se producirá el alza de tasas, y el mercado presenta diferencias. JP Morgan calificó las cifras de empleos como "sólidas" y animó a la Fed a tomar "un pequeño" paso hacia la "normalización en septiembre". Bank of America Merrill Lynch admitió "nuevas mejoras" en el mercado laboral, posicionando a la Fed en un escenario "cómodo para iniciar" la subida de tasas. Entre los pesimistas figura Goldman Sachs, que argumenta un mercado laboral débil, que, sumado a la baja inflación, hace prever que la Fed mantendrá sin cambios la tasa en septiembre. Morgan Stanley, en tanto, sostuvo tras los datos que "el deterioro de las perspectivas de inflación y el endurecimiento sustancial de las condiciones financieras globales" hacen pensar que no habrá un aumento de la tasa. Desde IHS, de Londres, coincidieron con esta visión más cauta y basaron su argumento en la "ola de ventas" registradas en el mercado de valores, que muestra que "se han endurecido las condiciones" financieras. ÍNDICE QUE MIDE LA PROBABILIDAD DE QUE LA RESERVA FEDERAL SUBA LA TASA DE INTERÉS EN SU REUNIÓN DE SEPTIEMBRE ES DE APENAS 30%.