lunes, 31 de agosto de 2015
Pablo Tirado
El Mercurio
A nivel regional, el país es superado por Uruguay, Costa Rica y Panamá, mientras que en el plano mundial se ubica en el lugar 35.
Casos de éxito como el de Algramo o Lab4U han puesto en primer plano a la innovación social en Chile. Son emprendimientos para los que el Gobierno -a través de la Corfo- está invirtiendo cerca de US$ 2 millones este año y que apuestan a generar cambios profundos sin dejar de lado la arista comercial. "La innovación social permite extender el concepto de emprendimiento a la solución de problemas sociales que tradicionalmente ni el Estado ni el sector privado han podido resolver en buena forma", explica Hernán Cheyre, director de emprendimiento de la FEN de la UDD, quien agrega que es un mito pensar que hay ciertas problemáticas que solo pueden ser abordadas por agencias estatales. "La sociedad civil, a través de los emprendedores sociales como agentes de cambio, tiene mucho que aportar para lograr un desarrollo del país más inclusivo. La innovación social cierra una brecha que los modelos tradicionales no cubren de buena forma", afirma. Es así que, dada la relevancia que ha alcanzado el tema, el Instituto de Innovación Social UDD-FMK creó el Índice de Potencial de Innovación Social (IPIS), que mide en forma comparativa las condiciones existentes en los distintos países para que puedan incubarse y desarrollarse exitosamente iniciativas de innovación social. Y los datos muestran que, de un total de 109, el país con mayor potencial es Suiza, que aparece liderando el ranking con un puntaje de 72,47, seguida de Holanda, Reino Unido, Dinamarca y Estados Unidos. Chile, en tanto, aparece recién en el puesto 35 a nivel mundial y en el sexto a nivel latinoamericano. Chile no destaca Según explica Cristián Figueroa, director ejecutivo del Instituto Innovación Social UDD-FMK, la posición de Chile se explica porque el ranking se compone de dos sub rankings . Uno de innovación y otro de propósito social, y que el país aparece bien ubicado en el primero (número uno a nivel latinoamericano), pero más desmejorado en el segundo (undécimo a nivel regional). "Esto significa que en innovación lo hacemos muy bien, pero en propósito social no lo estamos haciendo muy bien y pasamos del primer al sexto si consideramos, por ejemplo, Latinoamérica", afirma Figueroa, quien agrega que, a nivel regional, la lista es encabezada por Uruguay. "Lo interesante es que si bien Chile se ubica en primer lugar en el subíndice de innovación, tan solo ocupa el 11 {+o} lugar en el subíndice de propósito social. Los indicadores de este último índice que más afectan a Chile son el porcentaje de la población que vota, voluntariado y la percepción de la ciudadanía sobre el actuar del Gobierno en temas medioambientales", comenta Figueroa. Otro dato relevante del estudio es que si se compara a los diez primeros lugares con Chile, la brecha es mayor en propósito social que en innovación. "Es posible acercarse a los países líderes, pero requiere del esfuerzo de las instituciones, Gobierno y personas", asegura Cristián Figueroa. Por un lado, afirma, es necesario aumentar la capacidad de innovación y, en el ámbito del propósito social, dice que el desafío es mayor, pero también lo es la oportunidad de mejorar. "El interés por la innovación social es un tema que ha crecido en Chile en el último tiempo, traducido a nivel de organizaciones y de emprendedores sociales", concluye.
