Zona reservada para escolares

sábado, 29 de agosto de 2015

Arasdesuelo
El Mercurio

Por el contrario, en Santiago hemos aplicado la lógica inversa, utilizando los colegios particulares como agentes de urbanización de la periferia.

Detrás de la presión del Universitario Inglés para ser desafectado como Inmueble de Conservación Histórica, se oculta un problema urbano de graves consecuencias, del cual el colegio de Providencia es solo un ejemplo más. La Congregación esgrime sus derechos para hacer caja con su propiedad y vender la mitad del terreno. El problema es que ahí se instalará un edificio, ya sea de oficina o residencia, y jibarizado el paño de uso educativo, la comuna perderá irremediablemente la posibilidad de que un buen colegio se instale en el lugar.

Varios establecimientos han abandonado las áreas centrales vendiendo sus instalaciones a universidades e institutos. En esos casos, al menos la posibilidad de que alguna vez puedan volver a ser colegios, permanece remotamente abierta. Pero en el caso de una subdivisión como la que se busca hacer en la manzana de la Costanera, no hay posibilidad de recuperar posteriormente sus dimensiones originales, y lo que hoy es un buen sitio para un colegio, mañana será un establecimiento estrecho.

Así la soñemos pública o privada, pagada o gratuita, la educación escolar requiere espacio en la ciudad. Requiere amplias reservas de terreno para que buenos colegios cuenten con buenas instalaciones. Requiere estar cerca de los lugares de residencia y de trabajo, para conseguir la mayor eficiencia en nuestros desplazamientos. Y nuestra ciudad requiere que prefiramos las áreas centrales para residir. Por el contrario, en Santiago hemos aplicado la lógica inversa, utilizando los colegios particulares como agentes de urbanización de la periferia. Predios agrícolas lejanos se han convertido en atractivos condominios de la mano de "colegios de excelencia", que encabezan operaciones inmobiliarias que colonizan el valle. Detrás corre la caravana de familias, 4x4s, servicio doméstico, autopistas y el crecimiento desmedido de un modo de vida muy poco sustentable.

La protección en zonas centrales de los terrenos de grandes colegios como uso exclusivo educativo y la restricción para su subdivisión se vuelve, así, una tarea urgente para los Planos Reguladores.