La nueva vida de Carolina Santibáñez
lunes, 17 de agosto de 2015
Economía y Negocios
Deportes
El Mercurio
La multicampeona mundial juvenil colgó los patines para ser madre, pero no aguantó demasiado tiempo fuera de la pista y hoy entrena a varios seleccionados nacionales. Desde su nuevo puesto, critica la falta de recambio en la disciplina.
"M étete, métete ahí", le grita Carolina Santibáñez a Alejandra Traslaviña durante la prueba de eliminación del selectivo nacional para el Mundial de Patinaje en Velocidad que se disputará en noviembre en Taiwán. Santibáñez, quien ganó diez títulos planetarios juveniles entre 1999 y 2002, además de una plata panamericana en Río 2007, hoy es una de las entrenadoras del Roller Puente Alto (RPA), equipo de patín que tiene, entre otros, a Estefanía Núñez en la escuadra. "Nunca pensé que iba a ser entrenadora. Me retiré porque quería ser madre, además de dedicarme a estudiar Ciencias del Deporte. Pero el club RPA se me acercó y me ofreció dirigir. No sabía qué contestar, lo hablé con amigos y me dijeron 'dale, lánzate'. Y aquí estoy", cuenta, acompañada de su esposo, el también medallista mundial y coentrenador del club puentealtino Jaime Valenzuela. -¿Se sufre más como entrenadora que corriendo? "Se sufre, porque uno cuando está corriendo sabe lo que tiene que hacer. Como técnico, uno tiene que convencer a los deportistas de que hagan lo que uno piensa que es lo mejor. Cuesta, pero por suerte he encontrado buena disposición de todos". -¿Cómo ha sido la experiencia? "Muy buena. Partí con pocos deportistas, y de a poco se fueron sumando más. Mi idea siempre fue trabajar en la formación, con niños, pero se me acercó Estefanía Núñez (múltiple medallista mundial) y me pidió que la entrenara. Después, yo le dije a Alejandra (Traslaviña) que quería dirigirla, porque la encuentro súper parecida a mí cuando corría. Y nos está yendo bien". -¿Se proyecta? "Es que me gustó. Lo disfruto a concho y veo que los resultados empiezan a llegar con poco tiempo de trabajo. Por lo mismo, quiero llegar a dirigir la selección". -¿Sí? "Es lo que cualquier técnico quiere. Además, siento que con Jaime podemos aportar mucho, porque nuestra forma de trabajar da resultados. No hay recambio en este deporte: siguen ganando los mismos de siempre. Si yo estuviera corriendo, capaz que también daría la pelea. Eso es porque los técnicos no se dedican a trabajar con los niños desde pequeños de la manera en la que debieran". -¿Cuál es esa fórmula? "Trabajar como perros. Así lo hicimos nosotros y nos fue bien. Pero los técnicos de ahora no lo hacen, no sé por qué". Valenzuela, el esposo que oye la charla, interviene: "El método funciona. Por algo se ha triplicado la cantidad de deportistas que tenemos en el club y ninguno se ha ido. Si los papás creyeran que los estamos explotando, se los llevarían a otro equipo, ¿no?".
