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Pese a su posición, el país todavía aparece muy lejos de naciones líderes del mundo. Además, preocupa el bajo desarrollo de factores como el capital social o el apoyo a la investigación y desarrollo.

Chile se mantiene como el país con el mejor ecosistema para emprender en América Latina

lunes, 10 de agosto de 2015

Pablo Tirado
Innovación
El Mercurio




Tal como viene sucediendo desde 2012, en 2015 Chile vuelve a encabezar el Índice de Condiciones Sistémicas para el Emprendimiento Dinámico ICSEd, que mide específicamente las características que tienen los países para crear y promover emprendimientos de alto impacto, es decir, los llamados a dinamizar la economía. El país obtiene un valor de 39,43, ubicándose en el puesto 29 del ranking mundial que lidera Singapur con un puntaje de 66,05.

El índice, elaborado por Prodem de la Universidad Nacional de General Sarmiento, analiza las condiciones de los países de acuerdo a 10 factores, entre los que se cuentan el acceso a financiamiento, estructura empresarial o sistemas educativos. En él, el segundo lugar de la región lo posee Costa Rica con un puntaje de 35,65, seguido de Brasil, con 35,15. Más atrás aparecen Argentina y Colombia, con 33,01 y 32,46, respectivamente.

Resultados agridulces

Aunque sigue liderando la región, los resultados de Chile aparecen un tanto agridulces, debido a que el país pierde puntos respecto del año pasado -cuando llegó a un valor de 40,62- y además baja de la posición 26 a la 29, manteniéndose todavía muy alejado de los primeros puestos.

Hugo Kantis, director de Prodem y uno de los autores del informe, destaca que Chile ha logrado incrementar su valor 7% desde 2012, pese a que factores como las condiciones de la demanda han caído a consecuencia de la desaceleración de la economía. "Hay falencias que persisten, como el capital social sobre el cual se construyen redes de contacto. Y no hay avances significativos en flancos débiles como la plataforma de ciencia y tecnología para la innovación, el financiamiento de etapas tempranas y el sistema educativo como formador de vocaciones y capacidades emprendedoras. Varios de estos temas estarían en la agenda actual de gobierno, según he podido conocer", explica el investigador.

El estudio señala que si bien la principal fortaleza de Chile son las políticas y regulaciones, existen áreas donde si bien se ha avanzado, los resultados todavía son insuficientes para que el país pueda convertirse en una potencia innovadora.

La mayor preocupación, según se infiere del informe, debería estar en capital social, donde Chile retrocede respecto de la medición anterior. "Es la clave para facilitar el networking y potenciar las capacidades y recursos de los emprendedores", señala.

Visión local

El análisis que ofrece el informe internacional no es ajeno a los expertos nacionales en innovación y emprendimiento, que tienen conciencia de muchas de las falencias que plantea. Álvaro Ossa, director de Transferencia y Desarrollo de la UC, por ejemplo, comparte la idea de que entre los factores que han influido fuertemente en favorecer el ecosistema nacional están las políticas de incentivos estatales. "Desde hace más de 15 años, el Estado ha impulsado el emprendimiento y la innovación a través de la creación de incubadoras, fondos de capital semilla, programa Start Up Chile, entre otros, lo que ha permitido movilizar al país desde un desarrollo de emprendimiento por necesidad a uno por oportunidad", dice.

Asimismo, apunta que una de las falencias que presenta el ecosistema local es la falta de capital humano emprendedor. Para resolver esto, sostiene que es fundamental incentivar el emprendimiento desde los colegios hasta la educación superior. "Por otra parte, existe una carencia de la industria del capital de riesgo. En Chile no existen inversionistas ángeles, venture capital o inversionistas en general", agrega.

Por su parte, Daniel Contesse, vicerrector de Innovación y Desarrollo de la UDD, hace hincapié en que el país ha progresado mucho en desarrollar una cultura incipiente a favor de la innovación y el emprendimiento, y que el claro ejemplo de aquello es que muchos jóvenes declaran el emprendimiento como una aspiración. "Hay una preocupación por el tema a todo nivel. Se ve así cómo se va configurando una creciente cultura que valora y promueve el emprendimiento", asegura.

Junto con eso, Contesse, cree para mejorar su ecosistema, Chile requiere de casos de éxito que sirvan de ejemplo e inspiración para los emprendedores locales. "Los casos de éxito son también una probable fuente de financiamiento, redes y mentoría para nuevos proyectos. Un desafío en el camino hacia los casos de éxito es desarrollar aún más una cultura pro emprendimiento, donde el éxito comercial, financiero y de negocios no sea visto con sospecha, sino con admiración", explica.

Otro ámbito de desafío, afirma, es el que tiene que ver con un mayor desarrollo de ciencia y tecnología, y su mayor conexión con el mundo del emprendimiento. "Pensar la ciencia y la tecnología desde la mirada de la aplicación y la solución de problemas reales es una fuente riquísima de innovación y emprendimiento", dice.

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