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Jefe del operativo lanzó libro con detalles de una operación de ingeniería sin precedentes:

La noche de insomnio que permitió rescatar al submarino "Simpson" luego del 27-F

domingo, 19 de julio de 2015

Economía y Negocios
Nacional
El Mercurio

La opción que apoyaba el vicealmirante Giancarlo Stagno perdió en una votación entre los expertos. Luego de persuadirlos, su alternativa permitió sacar al sumergible de un incómodo y peligroso encierro.



Julio marca la historia de la ingeniería naval chilena. Al día 3, que recuerda la creación de la especialidad hace 126 años, ahora se agrega el 14, en conmemoración del mayor hito de esa disciplina: en una maniobra inédita -sin experiencia ni manuales en el mundo-, y a cinco meses del terremoto del 27-F, se rescató intacto un submarino que había quedado aprisionado en el vientre de un dique flotante que, como consecuencia del maremoto que siguió al sismo, se mantuvo en una riesgosa posición sobre un muelle, ensartado en una bita, durante 138 días.

Un tercio del dique Young quedó apoyado sobre el muelle Chacabuco, en la Base Naval de Talcahuano, mientras el resto se movía al ritmo de la marea, manteniendo en su interior al submarino "Simpson", que al momento de la catástrofe estaba en reparaciones, desarmado, sin condiciones de flotar.

El salvataje debía considerar el desvaramiento conjunto de ambos, que sumaban 1.733 toneladas. Todo un desafío que requirió de discusiones técnicas, estudios de cálculo, diseños e instalaciones que combinaron técnica e ingenio.

Previamente, hubo que generar condiciones de navegación segura, así como desvarar todas las naves afectadas por el maremoto (ver fotografía).

Para llevar a cabo la operación la Marina constituyó una Fuerza de Tarea de Salvataje, a cargo del vicealmirante Giancarlo Stagno, actual director general de los Servicios de la Armada.

El salvataje

Al cumplirse cinco años del rescate del "Simpson", se lanzó el libro "Salvataje en Talcahuano", donde Stagno describe los desafíos que se enfrentaron desde el 7 de marzo de 2010, cuando se hizo cargo de la tarea.

El libro fue presentado por el presidente del Colegio de Ingenieros de Chile, Cristián Hermansen, quien planteó que ante desastres naturales muchas empresas toman el camino fácil de cobrar los seguros y partir con nuevas instalaciones. La Armada, en cambio, prefirió enfrentar un proceso inédito. En su opinión, "Salvataje en Talcahuano" debiera ser "un libro de texto, por ser un trabajo de ingeniería bien hecho, en condiciones muy difíciles, con soluciones ingeniosas y de bajo costo".

Para acometer cada tarea, hasta llegar al submarino, explica el vicealmirante Stagno, se ideó una organización flexible que llegó a contar con 200 personas entre ingenieros, buzos, comandos de apoyo y contratistas.

Cuando hubo que resolver la mejor opción para rescatar al "Simpson" surgió un choque de posiciones técnicas. Una proponía cortar el muelle donde estaban el dique y el submarino, construir una piscina y sostener el Young con un sistema hidráulico, hasta que ingresara el agua.

La segunda opción era girar el dique en 42 grados, hasta una posición perpendicular al muelle, y deslizarlo al agua con ayuda de una grada de lanzamiento. Eso requería construir una rampa de apoyo, para lo cual era necesario cortar el muelle y trabajar por debajo. El riesgo era que el submarino se saliera de su posición y se golpeara con la estructura del dique, quedando en una posición muy inconfortable.

Partidario de esta última alternativa, el almirante Stagno ordenó votar. Y ganó la primera.

"Esa noche -detalla- no pude dormir. Al día siguiente pedí una reunión con los ingenieros y les dije que no desecháramos ninguna alternativa. Que las siguiéramos estudiando en paralelo. Se fueron convenciendo, solos, de que la que se había descartado era la mejor y ellos mismos, a las tres semanas, la propusieron como la más adecuada. En una institución jerárquica, yo podría haber dado la orden, pero así las cosas no resultan. Cuando uno lidera equipos, lo que hay que lograr es que la gente actúe por convencimiento".

El salvataje total en Talcahuano costó unos US$ 5,5 millones. Se había cotizado traer desde Malasia una grúa flotante con una capacidad de tres mil toneladas, para levantar el dique y el submarino, pero implicaba US$ 21 millones.

Stagno expuso el tema en múltiples conferencias en Estados Unidos, Brasil, Panamá y otros países entre 2010 y 2014. En todas, concluye, "lo que más se valoró fue la resiliencia que tenemos los chilenos, que somos capaces de hacer las cosas colocando ingenio. Con pocos recursos, aplicamos ingenio para poder lograr los objetivos".

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