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Entrevista Ilustrador de exportación

Gabriel Rodríguez: "El cómic es literatura 100 por ciento"

domingo, 19 de julio de 2015

Economía y Negocios
Ilustración
El Mercurio

Mientras los superhéroes se toman Hollywood, el ilustrador chileno detrás de "Locke & key" conquista la industria del cómic: hace una semana ganó en Estados Unidos el Premio Eisner, el más importante del área, por su trabajo en "Little Nemo". Antes que todo eso, fue un niño encantado con Mampato.



Ese verano, Gabriel Rodríguez (Santiago, 1974) se quedó en casa. Eran las últimas vacaciones de sus años como estudiante de arquitectura y él prefirió trabajar: escribió y dibujó completo un cómic de 25 páginas. Lo concibió como el número cero para una futura serie de aventuras urbanas. Era en blanco y negro, nunca llegó a tener título. Sí tuvo algo parecido a un superhéroe dotado de buena fortuna. "Un golpe de suerte siempre lo salvaba en las situaciones riesgosas", recuerda Rodríguez, que con su creación golpeó las puertas de Dédalos, una de las pocas editoriales de cómic que por esos días, en 2001, funcionaban en Chile. Pero llegó tarde, el sello estaba cerrando. Alguien de ahí, sin embargo, miró sus páginas y le dio un mail de un contacto en una editorial estadounidense que andaba buscando dibujantes.

Catorce años después, Rodríguez estaba en San Diego, Estados Unidos, un poco cansado, pero cómodo entre el ruido y el ajetreo de la Comic-Con que, más que una feria de cómics, es la meca de la industria del entretenimiento desde que Hollywood vive de los superhéroes. Estaba entre amigos: un grupo de editores y guionistas de IDW Publishing, precisamente la editorial a la que envió un mail cuando en Chile no supo adónde acudir en 2001 y que ahora es su casa editorial. Esa noche, la del viernes 10 de julio pasado, Rodríguez hizo historia: ganó el Premio Eisner, en la categoría Mejor Serie Limitada por "Little Nemo: return to Slumberland", escrita por Eric Shanower. Considerados los Oscar del cómic, nunca antes un chileno lo había recibido.

"Yo respecto de los premios soy súper agradecido, pero es algo que uno jamás debe perseguir en su carrera. Pero es potentísimo. Es un reconocimiento increíble", dice Rodríguez en una cafetería en Las Condes, frente a la oficina que comparte con su esposa, la arquitecta Catalina Griffin. Ahí, de nueve a siete de la tarde, trabaja con portaminas de grafito azul sobre hojas de papel bond de las que hace dos años salió un Superman clásico que hizo para la gigante DC Comics. Pero sobre todo salieron los seis volúmenes de "Locke & key" (2008-2013), la inquietante novela gráfica que hizo junto a Joe Hill, el hijo de Stephen King, y que lo puso en el mapa mundial.

Fue esa serie junto a Hill la que cimentó el camino para que llegara hasta "Little Nemo", un clásico del género creado por Winsor McCay a inicios de siglo XX y que aún luce vanguardista y sorprendente. Rodríguez y Eric Shanower tuvieron la dificil tarea de revivir el universo fantástico de la serie. "Hicimos nuestro mejor esfuerzo para que se sintiera nuevo y le rindiera un homenaje adecuado a la obra original", dice, y luego elogia Nelson Daniel, otro chileno involucrado en "Little Nemo". El dibujante fue quien coloreó el cómic y también estuvo nominado a un Eisner. "El aporte que le hizo Nelson fue fundamental", dice Rodríguez, un hombre que da las gracias todas la veces que sea necesario: a su esposa y sus hijos, pero además a un hombre clave en su vida: Themo Lobos.

"Fue una influencia clave. Themo Lobos es uno los grandes artistas que ha tenido este país. Es casi una ofensa nacional que no se haya ganado el Premio Nacional de Literatura. Se lo deberían dar póstumamente. Mampato debería estar en la estantería de las grandes obras de la literatura chilena de todos los tiempos", asegura Rodríguez.

Dibujo = prosa

Empezaban los 80 y el papá de Gabriel Rodríguez llegaba a la casa con un regalo. Traía la colección completa de las revistas Mampato empastadas para sus hijos. "La devoramos entera", recuerda Rodríguez, que cifra en esa experiencia el inicio oficial de su pasión por el dibujo y los cómics. Continuó leyendo Los Pitufos, Transformers y Los Snorkels, historietas que llegaban a los kioscos, hasta que en la casa de un tío encontró un tesoro: una colección de Asterix y Tin Tin. "Con eso me volví loco, el nivel de oficio y de densidad de información que tienen esas historietas es superlativo. Ahí entendí que el cómic tenía una cualidad literaria. Cuando descubrí a Moebius (ilustrador francés) también me volví loco", recuerda.

A inicios de los 90, cuando Gabriel aún estaba en el colegio, el Instituto Chileno Francés de Cultura trajo a Moebius a dar una charla y con él venía Alejandro Jodorowsky, con quien había trabajado en "El Incal." "Fue súper marcador", cuenta Rodríguez, que años después, cuando ya estudiaba arquitectura y tenía en suspenso su pasión por los cómic, descubrió a Neil Gaiman: encontró en kioscos su novela gráfica "The Sandman" y tuvo una iluminación. "Ahí fue cuando decidí que iba a publicar al menos un cómic en mi vida", recuerda.

Lo primero que dibujó Rodríguez fueron láminas de "Mitos y leyendas", para Salo, a mediados de 1999. Ahí soltó suficientemente la mano para que IDW Publishing lo sumarara a su equipo de dibujantes. Sin moverse de Santiago, y con internet como su mejor aliado, empezó su carrera internacional dibujando la versión cómic de la serie de televisión CSI. Estaba en eso cuando sus bocetos llegaron a manos del escritor Joe Hill, quien buscaba a alguien para trabajar en "Locke & key".

Nominada a dos premios Eisner, uno de ellos ganado por Hill como escritor, "Locke & key" -publicada en Chile por Arcano IV- es la historia de la Casa de las Llaves. Ubicada en Lovecraft, Massachusetts, es una mansión donde se esconden llaves que otorgan poderes asombrosos y a veces inmanejables a quienes las encuentran. Historia de pesadillas y aventuras, también explora el lado oscuro y secreto de una familia. "Jodorowsky fue clave para mi trabajo en 'Locke & Key'. Tengo claro que ese cómic tiene mucha herencia de Hergé, Moebius y de algunos autores de mangas, como Katshuri Otomo ('Akira')", dice Rodríguez.

Tras "Little Nemo", que en septiembre se publicará en Chile por editorial Alfibia, Rodríguez está embarcado en "Onyx", la historia de una heroína que viaja por el espacio salvando planetas de una plaga que los destruye. Escrita por Chris Ryall, su concepción también fue de Rodríguez. Aquí ha puesto en marcha su idea general sobre su trabajo: "Para mí el cómic es literatura 100 por ciento. Es literatura que se cuenta con otras herramientas de lenguaje. El rol de guionista es construir el argumento y escribir los diálogos y el rol del dibujante es construir la prosa de la historia", dice, y agrega: "La condición literaria indiscutible del cómic pasa porque su fin último es construir un mundo y contar una historia en él. Independiente de que sean puras letras o combinaciones de letras y gráfica, lo que construye eso es un relato literario".

En sus planes está volver a trabajar con Joe Hill; también quiere que "Little Nemo" tenga una segunda parte y está empezando a escribir su propio cómic. Cree que no está solo en Chile, sino acompañado de dibujantes como Gonzalo Martínez, Diego Toro, Nelson Daniel, Amancai Nahuelpan, Diego Toro, Alan Robinson, Felix Vega, y otros que también trabajan para el extranjero. "Me alegraría que este Eisner sirva como un pequeño faro para llamar la atención sobre ellos también", dice Rodríguez, seguro de que tarde o temprano trabajará con un guionista chileno. Hace unos meses, hizo un intento: desde su editorial contactaron a Jodorowsky, pero su regreso al cine lo tiene ocupado. Por ahora.

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