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Seguridad privada: Empresas del rubro crecen 46% en cinco años y ya son más de cien mil los abonados a alarmas en Chile

domingo, 12 de julio de 2015

Bernardita Aguirre Pascal
El_Mercurio

Ante la mayor sensación de inseguridad hay municipios que triplican en cinco años la inversión en el sector.

"Me entraron a robar en el verano y decidí poner cerco eléctrico, luces con sensores de movimiento en el patio, mejoré la alarma para cubrir todos los puntos ciegos y puse cámaras afuera de la casa. Gasté $3 millones y además compré dos perros. Me sentía más segura. Pero hace una semana a unos amigos le entraron a robar con ellos adentro de la casa y estamos viendo otros equipos como esas cámaras que se monitorean constantemente y que permiten hablarle al ladrón", cuenta Carolina, vecina de Lo Barnechea.

A su amiga Alejandra le robaron el auto desde el patio de su casa en Providencia el fin de semana del 21 de mayo. Para hacerlo, rompieron la puerta de entrada de la vivienda a golpes. Ella optó por poner una puerta blindada que le costó $650 mil.

Alarmas, cercos y puertas blindadas son parte de los nuevos gastos en que los chilenos estamos incurriendo para aumentar nuestra seguridad. La conexión a alarmas supera los 100 mil abonados en el país. Los hogares concentran el 40% de los clientes, le sigue el retail , con cerca del 23% del mercado, la industria con 20% y el sector financiero y educacional.

Las empresas que proveen desde guardias hasta asesorías de seguridad, hasta los sistemas de monitoreo remoto han crecido 46% entre 2010 y junio de 2015 (ver infografía).

El tema responde a una mayor sensación de inseguridad y también a las cifras de delitos que se han disparado en el último tiempo. "El año pasado, el homicidio aumentó 10%, y nuestra encuesta dio un máximo histórico de hogares víctima de robo o de intento de robo, con 43,5%. Este año, se observan aumentos importantes, en especial robos con violencia en diversas comunas, tanto en Santiago como en regiones", explica Catalina Mertz, directora ejecutiva de la Fundación Paz Ciudadana.

A esto se agrega que la última encuesta de victimización del comercio de la Cámara Nacional de comercio (CNC), presentada en mayo, muestra que el 93% del retail, el 57% de las compraventas de automóviles y estaciones de servicio y el 35% de los comercios minoristas, hoteles y restaurantes, declararon haber sido víctima de algún delito en el último semestre de 2014. Más de la mitad de los comerciantes asaltados reconoció que esta no era la primera vez que era víctima.

"Cuando estos índices van al alza, la sensación de inseguridad en la opinión pública crece y para yo sentirme más seguro compro algo que no me puede dar la seguridad pública y me lo da la seguridad privada: guardias, alambres, monitoreo", señala el presidente de la Comisión de Seguridad, Antidelincuencia y Defensa de la CNC, Jorge Lee.

Agrega que hoy esa seguridad es ilusoria. "Me siento seguro, pero no estoy más seguro porque los índices de delincuencia siguen subiendo. Lo que me permite decir responsablemente que hay una ineficiencia en el gasto y la inversión de seguridad privada", detalla Lee. A pesar de eso sus estudios muestran que la industria de la seguridad crece 10% cada año.

Tres mil personas dan examen al mes para ser guardias

El mercado de los guardias creció 5% entre 2013 y 2014. Según los últimos datos que maneja la industria se calcula que a 2014 existían 140 mil guardias de seguridad, de los cuales un 18% no está certificado.

Este personal más que triplica el número de Carabineros en ejercicio que son más de 45 mil, según dicen en la institución.

Para comenzar a trabajar como guardia se necesita una acreditación de Carabineros, la que cada tres años debe renovarse.

El permiso lo da el OS-10 -el departamento de seguridad privada de Carabineros-luego de un curso de 90 horas que dictan empresas de capacitación privadas, también acreditadas por la institución. Cada uno de los cursos cuesta alrededor de $140 mil, monto que debe ser pagado por la empresa donde trabaja el guardia.

En total, el OS-10 contabiliza 101 mil guardias acreditados a la fecha y en promedio se rinden sobre 3 mil exámenes al mes, lo que muestra el crecimiento de este mercado.

Guardias ganan entre $300 mil y $450 mil

Las empresas que proveen guardias forman parte de un sector bastante atomizado con 1.521 compañías. Entre ellas cuatro concentran la mayor parte del mercado: G4S, Securitas, Prosegur y Eulen, que aportan guardias a las grandes firmas.

Las compañías más importantes del sector son transnacionales. G4S tiene su casa matriz en Londres y Securitas es sueca. Esta última llegó en 2007 a Chile y compró una empresa local con 1.300 guardias y hoy tiene más de ocho mil en funciones desde Antofagasta hasta Punta Arenas.

En Eulen prestan servicio 4.315 guardias, su dotación ha crecido 7% desde 2010 y señalan que este año ha aumentado la demanda y en el primer semestre han superado todos los contactos comerciales del año pasado.

Los sueldos de los guardias son variables y van desde $300 mil hasta $450 mil. Dependen del tamaño de la empresa a la que presten servicio, las de menor tamaño pagan más, pero el trabajo es más inestable. El sueldo también depende del sector donde el trabajador se desempeñe, por ejemplo, en la minería se paga más y en el retail , menos.

Eventos masivos generan nuevo nicho

En 2013, el sector de los guardias se vio favorecido por el fin de los servicios de protección de Carabineros a los eventos masivos como partidos de fútbol y espectáculos de música.

Ese año se detectó que la policía cubría un gasto millonario que les correspondía a las productoras. Los carabineros se retiraron del interior de estos eventos y la responsabilidad pasó a las productoras, las que deben contratar guardias para mantener el orden.

Para abastecer al sector de estos servicios esporádicos hace dos años se permitió a personas particulares inscribirse en los cursos y rendir la prueba del OS-10, dando inicio al mercado de los guardias de seguridad independientes, que hoy suman 5.884 personas.

Desafíos de la industria: faltan atribuciones y cada vez hay menos mano de obra

Entre las empresas que brindan servicios de guardias se quejan de la falta de mano de obra y de la poca coordinación con las policías para poder hacer un mejor trabajo.

"Necesitamos mejorar las competencias de los guardias de seguridad. Si nosotros no hacemos nada, en diez años más no vamos a tener oferta de mano de obra para la seguridad privada en Chile, porque hoy la juventud estudia y se dedica a otras labores. Nosotros tenemos que lograr mejores contratos, para mejorar las rentas y condiciones de trabajo de la gente", explica el country manager de Securitas, Francisco Merani.

Añade que la incorporación de tecnología se está dando por la falta de mano de obra. Su compañía tiene, por ejemplo, cámaras que reeemplazan la ronda de un vigilante, que son manejadas a distancia y hacen reportes en línea.

Otro desafío que plantean las compañías de guardias es que para tener mejores resultados requieren una mayor coordinación y colaboración con las policías.

Los guardias de seguridad, a pesar de ser autorizados por Carabineros, no cuentan con más atribuciones que un ciudadano común a la hora de repeler un atraco. Ellos solo podrían retener a una persona, dar aviso a Carabineros y entregárselo, lo mismo que puede hacer cualquier ciudadano común, asegura el jefe del departamento de seguridad privada del OS-10 de Carabineros, coronel Exequiel Molina.

Pero dado que ellos en número son una fuerza mucho mayor que el personal de Carabineros y la PDI juntas, el gerente general de Eulen Chile, Andrés Möller, plantea que "dadas las actuales condiciones o percepciones de seguridad ciudadana, ¿por qué no trabajar en fórmulas que permitan a la seguridad privada colaborar con la seguridad pública del país?".

Coinciden en Prosegur donde piden una política pública que deje claro qué es lo que pueden aportar las empresas privadas a la seguridad pública, lo que podría ayudar a reducir los ilícitos.

El experto en seguridad de la CNC Jorge Lee coincide con la necesidad de tener una ley de seguridad privada que defina las funciones de los guardias privados y los municipales. "La seguridad ciudadana la coproduce la seguridad pública de las policías y la privada, por lo tanto debe regularse", aconseja.

¿Se podrían ampliar las facultades de los vigilantes armados?

Entre los servicios de seguridad que prestan personas también se desempeñan los vigilantes privados, que son 8.757 en el país, número que ha crecido 20% en cinco años (ver infografía).

La diferencia principal es que ellos manejan armas y tienen una capacitación mayor. Se les exige mínimo 21 años, haber hecho el servicio militar o ser ex funcionario de Carabineros o de las Fuerzas Armadas. Pasan un examen sicológico y psiquiátrico y otro práctico para porte de armas, que rinden ante el OS-11 de Carabineros, la unidad de control de armas y explosivos de Carabineros. Su contratación es obligatoria en bancos, instituciones financieras y empresas de transporte de valores y de explosivos.

En la compañía de transporte de valores Prosegur dicen que el último año aumentó 30% su planilla de vigilantes porque la ley los obligó a tener más vigilantes por camión.

La pregunta es si ampliar los sectores donde trabajen estos vigilantes armados al comercio e incluso a la protección de condominios por ejemplo podría mejorar la seguridad privada.

Hoy la ley faculta al Ministerio del Interior a autorizar la existencia de vigilantes para dar protección en edificios y conjuntos habitacionales, oficinas, plantas o establecimientos de empresas de cualquier naturaleza. Pero pese a que la ley lo menciona, no se autoriza, dice el coronel Molina, quien plantea que es para mantener el orden.

En cuanto a la protección de personas, hoy no está regulada, aunque hay empresas que ofrecen el servicio de protección de personas importantes (PPI), más conocido como guardaespaldas.

En el OS-10 reconocen que quienes hoy realizan esta función de escoltas no están autorizados desde el punto de vista legal. Si están armados incurrirían en un delito de porte ilegal de armas.

Entre $30 mil y $40 mil promedian las alarmas

En el mercado de la seguridad hay otro rubro que ha tomado fuerza. Se trata de las empresas que proveen equipos y tecnología para la protección de recintos, como alarmas, cámaras, cercos eléctricos, circuitos cerrados de televisión y sensores de movimiento.

El número de empresas que funciona en el sector creció 43% desde 2010 y en Carabineros creen que será uno de los ámbitos que presentará mayor crecimientos a futuro, dado el desarrollo tecnológico y la escasez de mano de obra. "Creo que en seis meses o a la vuelta de un año los recursos técnicos van a tomar la delantera como la industria que más crece", dice el coronel Molina, del OS-10.

En el sector de las alarmas se calcula que hay más de cien mil abonados en Chile y la mayoría de ellos son hogares, aunque también hay empresas y comercios entre sus clientes. En este sector las dos compañías más grandes son ADT y Verisure.

En ADT prestan servicios de alarmas, de alarmas con móviles de verificación y otras con grabación de imágenes que pueden verse en el celular o computador. Los precios parten en los $12.980 mensuales, aclara Juan Ignacio Silva, gerente comercial de ADT.

Pero el valor promedio en el mercado para un servicio de alarma conectado a una central y con vehículo de verificación que acude al domicilio está entre los $30 mil y $40 mil mensuales.

Verisure es la segunda empresa del mercado. El año pasado compró Patroll y hoy tiene 30 mil abonados.

"Los últimos años hemos visto incrementada nuestra cartera de clientes en un 51% promedio cada año", explica el gerente general de Verisure Chile, Alberto Pérez.

La compañía usa dispositivos inalámbricos con sistema comunicación 3G que permite la captura de imágenes y audio en caso de enfrentar una emergencia y cuenta con la posibilidad de que los usuarios puedan operar su alarma remotamente desde su celular.

Regulación obliga a verificar activaciones antes de enviar a Carabineros

En 2013, se reguló el sector por una gran cantidad de falsas alarmas emitidas por las compañías que distraían la labor de Carabineros.

Entonces se obligó a las empresas a verificar las activaciones e incluso se pretendió multar a las que tenían falsos llamados a Carabineros. Esto último no prosperó pero bajaron los llamados a Carabineros.

Si hace dos años la policía recibía 18 mil llamados de alarmas en un mes y 99% de ellas eran falsas, este año en un mes son 4 mil y 70%, son falsas.

EL OS-10 DE CARABINEROS CONTABILIZA 101 mil guardias acreditados a la fecha.

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