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Crispr, un método simple, barato y fácil de manipular genes:

Una nueva técnica genética está revolucionando la investigación

jueves, 09 de julio de 2015

Economía y Negocios
Vida Ciencia Tecnología
El Mercurio

Los científicos la están adoptando para crear terapias para varias enfermedades, así como mejorar plantas y animales. Pero ya hay voces que piden regular su uso para evitar riesgos.



Manipular los genes de una persona, un animal o una planta, no es cosa fácil. Hasta hace poco, la técnica más utilizada era demorosa, no muy eficiente y costaba unos US$ 5.000.

Ahora existe una nuevo método, que surgió en 2012. Se trata de Crispr, una técnica que permite manejar el ADN al antojo del investigador, ya sea poniendo un nuevo gen, sacando otro que existe o intercambiando material genético. Al igual que se edita una película, quitando escenas, agregando otras o cambiando su orden.

Sus ventajas son varias, como ser más segura, sencilla y que cuesta solo US$ 30, algo que ha democratizado su uso, dejando las técnicas anteriores en desuso. Su creador es el doctor Feng Zhang, neurólogo del Instituto Broad del MIT y Harvard, institución que busca revolucionar la medicina con nuevas tecnologías y tratamientos. Él perfeccionó esta técnica hasta su estado actual, la que está siendo rápidamente adoptada por los laboratorios de todo el mundo.

De ella se espera que dé un impulso definitivo a la llamada terapia génica, que es el tratamiento que reemplaza los genes defectuosos de una persona por otros sanos, con el fin de curar distintas enfermedades. Pero también permite hacer mejoramientos genéticos en animales para hacerlos resistentes a infecciones, y en vegetales y frutas, incrementando su calidad de sabor, aroma y textura.

Su uso en Chile

Esta técnica ya se encuentra en Chile hace seis meses. "Se caracteriza por no ser invasiva, ni dejar marcas ni residuos", dice el doctor Miguel Allende, director del Fondap del Centro para la Regulación del Genoma de la Universidad de Chile. Mientras los transgénicos dejan rastros del material genético foráneo que se usa, aquí es un cambio similar al que se produce en la naturaleza, completamente limpio.

"Este sistema es más seguro porque nos permite dirigirnos exactamente donde queremos hacer la modificación genética, evitando efectos adversos", dice el doctor Ricardo Soto Rifo, bioquímico y académico del Programa de Virología del Instituto de Ciencias Biomédicas de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile.

Pero estas ventajas son justamente lo que preocupa a algunos investigadores. La doctora Jennifer Doudna, de la Universidad de California en Berkeley, es uno de ellos. Según su opinión, ahora es tan fácil y simple producir mutaciones en virus o bacterias con esta técnica, que cualquier error podría terminar con un germen que ataque a las personas.

El doctor Soto explica que hay muchos centros de investigación que usan esta técnica para mejorar su seguridad. Y Allende advierte que aunque es un método sencillo, requiere de pericia. Y aunque la ciencia, dice, está bien protegida y estas técnicas se usan en condiciones de alta bioseguridad, su sencillez puede hacer temer la creación de armas biológicas. "Por eso se requiere de regulaciones nuevas", señala.

Por último, la técnica puede modificar, por ejemplo, el gen que les permite a los mosquitos transmitir la malaria o el dengue. Así se corta el paso de estas infecciones a las personas, pudiendo erradicar ciertas enfermedades que hoy, con el cambio climático, se han extendido a distintas zonas del planeta. Y el resultado puede lograrse rápido, en pocos meses, ya que el cambio se traspasa casi ciento por ciento a la siguiente generación de estos u otros insectos. Uso que también deberá regularse.

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