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Gasto público 2016: la batalla que se avecina para Hacienda, en medio de fuertes diferencias al interior del oficialismo

domingo, 14 de junio de 2015

Silvana Celedón P.
El_Mercurio

Mientras algunos parlamentarios de la Nueva Mayoría quieren mantener una política contracíclica, otros abogan por priorizar la disciplina fiscal.

En el último mes, dos jugadas inusuales ha realizado el Banco Central. Primero fue el 14 de mayo, cuando en los antecedentes para la reunión de política monetaria de ese mes, el organismo señaló que el mayor gasto público ha sido un contrapeso al débil gasto privado. La semana pasada, nuevamente abordó su preocupación por este tema en la entrega del IPoM. Advirtió que el apoyo fiscal ya hizo su trabajo en aportar a la actividad local y que este tipo de desembolsos no puede crecer a las tasas vistas este año.

Dos planteamientos que han agudizado una preocupación con la que llegó Rodrigo Valdés, el pasado 11 de mayo, a liderar la cartera de Hacienda. En su primer mes a la cabeza de las finanzas públicas, en prácticamente todas sus intervenciones, la autoridad ha manifestado su inquietud por el gasto público.

Su presentación este miércoles en Icare no fue la excepción. Allí, frente a cerca de mil empresarios, Valdés planteó la necesidad de avanzar hacia un ajuste, argumentando que no es posible mantener aumentos en el gasto público de la magnitud de este año -la estimación es un crecimiento de 9,8%-, por lo que a partir de 2016 esa expansión comenzará a corregirse.

El mensaje: No hay espacio para seguir gastando

No hay espacio para seguir gastando plata. Es el mensaje que Valdés ha transmitido en todos los almuerzos parlamentarios que ha sostenido con los integrantes de las comisiones de Hacienda de la Cámara Diputados y del Senado, según integrantes de dicha instancia.

Sin embargo, la pelea que se avecina para definir el proyecto de Presupuesto 2016, muchos ya la definen como "la gran batalla" que deberá enfrentar el ministro de Hacienda. Porque deberá hacer frente a una decisión a todas luces impopular, en un escenario además marcado por fuertes diferencias al interior del bloque oficialista respecto de la conveniencia de realizar un ajuste fiscal a partir de 2016. Será un año con un fuerte componente político, debido a las elecciones municipales; pero por otro lado, existe un compromiso asumido por el Gobierno, a inicios de 2014, para que el país retorne al balance estructural hacia el 2018. Es decir, que los gastos fiscales permanentes sean iguales a los ingresos permanentes del Estado. Hoy, en cambio, se estima que este año cerrará con un el déficit del 1,1% del PIB.

Marcadas diferencias

En la Nueva Mayoría aún no hay una postura única: algunos abogan por la mantención de una política contracíclica y otros llaman a no transar en la disciplina fiscal. "Mientras el sector privado no repunte, no veo razones para quitar el impulso fiscal. El Presupuesto 2016 debe seguir siendo contracíclico, para apuntalar la reactivación de la economía", sostiene el diputado DC Pablo Lorenzini, quien no concibe la idea de un gasto creciendo al 5%, cuando este año se acercó a los dos dígitos.

El senador PS Carlos Montes pone en duda la meta impuesta a inicios de 2014 por el Gobierno, de retornar al balance estructural en 2018. A su juicio, este objetivo está supeditado a la evolución que muestre la economía, y ve necesario mantener una política contracíclica, principalmente en lo relacionado a inversión pública, área donde los recursos crecieron 27,5% para este año. "La inversión pública no puede disminuir en 2016. Respecto del monto asignado este año, a lo menos debe crecer un delta", señala.

Montes, incluso, argumenta que no hay razones para reducir los recursos asignados para inversión pública a carteras como Salud, que a abril de este año muestran una ejecución de solo 5,8% respecto del presupuesto aprobado.

Matices tiene el senador PPD Ricardo Lagos Weber. El parlamentario ve precisamente en la inversión pública espacios para acotar el gasto fiscal en 2016, y argumenta que la "gracia" del alza de 27,5% es que no era permanente. Sin embargo, respecto de la regla fiscal, al igual que Montes, prefiere no comprometerse por ahora con la meta de balance estructural y señala que esto dependerá de la situación que Hacienda dé a conocer ante la comisión mixta a inicios del próximo mes.

En una posición distinta está el senador DC Andrés Zaldívar, quien ya ha comenzado a socializar con los pares de su partido la necesidad de quitar el pie del acelerador en materia de gasto fiscal. A juicio del parlamentario, es fundamental mantener la meta de retornar al balance estructural en 2018. "Acompañaré firmemente al ministro Valdés en este objetivo. El país puede tener problemas con la inversión, pero no podemos darnos el lujo de perder este tremendo patrimonio que se llama disciplina fiscal", señala Zaldívar.

En el sector privado, la visión mayoritaria es que las cuentas fiscales deben volver al equilibrio. "No es usual que el Banco Central aborde los temas de gasto público. Claramente, hay preocupación, ya que en los últimos dos años no se ha avanzado nada para acercarnos al equilibrio fiscal. Eso significa que necesariamente el gasto deberá crecer mucho menos de lo que ha crecido, para asegurar la convergencia al balance en 2018. De lo contrario, se pone en riesgo la credibilidad de la política fiscal, aumentando la incertidumbre respecto de la senda que seguirá la economía en el mediano y largo plazo", advierte el ex subdirector de la Dipres y académico de la Usach Guillermo Pattillo.

Alejandro Alarcón, quien integra el comité de PIB Tendencial de Hacienda (ver recuadro), agrega que los inversionistas miran con mucha atención el balance estructural, ya que este, en términos prácticos, es un "ancla fiscal", que da estabilidad. De ahí, la necesidad de respetar esta regla.

Postura con la que coinciden los dos integrantes de la comisión de Hacienda de la Alianza José García Ruminot (RN) y Juan Antonio Coloma (UDI), quienes aún no se han reunido con el ministro Valdés, pero anticipan que en la comisión mixta de presupuestos, que se realizará en la primera semana de julio, le plantearán a la autoridad sus reparos en materia de gasto fiscal.

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