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Entrevista duró más de lo habitual y se extendió por 47 minutos:

Mandataria y Papa abordan reformas y "salvaguardia de la vida" en cita bilateral

sábado, 06 de junio de 2015

Economía y Negocios

El Mercurio

Vaticano pidió que la voz de la Iglesia sea escuchada en el debate sobre nueva Constitución. En la reunión se trató también la crisis de confianza existente en la sociedad.



La Presidenta -vestida de negro- camina pausadamente, y, cuando aparece el Papa Francisco, a la salida de la biblioteca privada donde tradicionalmente recibe a jefes de Estado, le estrecha la mano. "Encantada de estar acá, Su Santidad". "Bienvenida", responde sonriendo el Pontífice, y le indica que pase.

Minutos antes, la Presidenta había descendido del auto que la llevó hasta el silencioso patio de San Dámaso. Ahí la esperaban los honores de la Guardia Suiza del Vaticano, el prefecto de la Casa Pontificia y un grupo de gentilhombres, entre los que se encontraba Mariano Fontecilla, único chileno con ese cargo de honor en la Santa Sede.

El ambiente de cordialidad entre la Presidenta y el Papa, comentaron en la comitiva, se reflejó en el largo tiempo que duró la cita: 47 minutos, una de las más extensas que ha tenido un jefe de Estado con el Pontífice. Sin demasiadas formalidades, el primer comentario que le hizo la Mandataria, mientras se tomaban las fotos, fue cómo la confundía el cambio de hora con Europa (5 horas más que en Chile).

En la cita abordó el proceso de reformas que está llevando adelante su gobierno. En ese contexto, habría puesto énfasis en los cambios impulsados en Educación, tema en el cual se debate hoy la gratuidad, la carrera docente y la desmunicipalización.

Habría planteado asimismo el inicio del proceso para una nueva Constitución. Ante ello, en la reunión que sostuvo más tarde con el secretario de Estado, Pietro Parolin, el Vaticano pidió que la voz de la Iglesia sea escuchada en ese debate.

Otro tema en la conversación, afirman fuentes diplomáticas, fue la preocupación de la Iglesia ante el tema del aborto, ante lo cual la Mandataria habría comentado que el proyecto de despenalización del aborto de su gobierno es bajo tres causales específicas.

A la salida, en la terraza María Bambina, frente a un soleado Vaticano, la Presidenta afirmó: "Hemos tenido una maravillosa reunión con el Santo Padre. Una reunión larga, de temas muy sustantivos. Hemos hablado de la región y de qué manera vamos a seguir trabajando como país para que nuestra región siga avanzando".

La Mandataria habría comentado igualmente -en el contexto regional- el tema de la demanda de Bolivia (ver nota).

Crisis de confianza

"Hemos intercambiado reflexiones en el sentido de lo que estamos haciendo en Chile, que él conoce en detalle y que entiende el sentido profundo de las transformaciones que queremos, para que cada uno de nuestros habitantes pueda vivir una vida mejor", continuó Bachelet. Y agregó que el Papa fue "apoyador" ante los procesos.

A su vez, comentó que habían conversado sobre un fenómeno que se da en Chile y en otras sociedades como la europea, "que es la crisis de confianza, la crisis de representatividad, y de qué manera todos quienes tenemos un rol desde la política o desde la moral podemos contribuir a hacer sociedades más cohesionadas, más unificadas".

Luego se refirió a la reunión con el secretario de Estado, el cardenal Parolin, y el secretario para la Relación con los Estados, monseñor Gallagher. "Ellos tienen interés de que en la discusión del proceso constituyente para una nueva Constitución, las iglesias puedan dar a conocer su percepción, su perspectiva, cosa que sin duda yo les he asegurado".

Más tarde, el Vaticano emitió un comunicado señalando los temas que se habían comentado, resaltando la "cordialidad" en la cita.

"Sucesivamente -señalan- se han analizado temas de interés común, como la salvaguardia de la vida humana, la educación y la paz social. En ese contexto, se ha reafirmado el papel de las instituciones católicas en la sociedad chilena y su contribución positiva, especialmente en la promoción humana, en la formación, y en la asistencia a los más necesitados".

Además, plantean que "no ha faltado una panorámica sobre diversas situaciones en Latinoamérica".

Ayer, al término de la reunión privada, según el protocolo, entró la delegación. La Presidenta fue presentando al Papa a cada uno de los integrantes, y se realizó el intercambio de regalos: la Mandataria obsequió un rosario de lapislázuli y plata y un ejemplar del libro "Iglesias del fin del mundo", sobre las iglesias de Chiloé. Por su parte, el Papa Francisco entregó a la Presidenta una obra del artista Guido Veroi: un medallón de bronce de 19 cm, que representa a San Martín de Tours, a caballo con armadura, dando un pedazo de su manto a un necesitado. Además, un ejemplar en castellano de su Exhortación Apostólica "Evangelii Gaudium". Al recibirlo, la Mandataria le dijo: "para que me ilumine en estos momentos".

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