A la sombra del árbol

sábado, 30 de mayo de 2015
Economía y Negocios

El Mercurio

Hace alrededor de un año, la ceramista Daniela Pulido construyó su taller de cerámica gres bajo un enorme roble ubicado en el patio de su casa. Un espacio donde este oficio se vive al ciento por ciento a partir de la experimentación de materiales, formas, conceptos y escalas.

Detrás de la casa de la ceramista Daniela Pulido hay un roble de más de 50 años que se ve desde toda la cuadra. Un lugar especial donde el 2014 construyó un rincón para acoger tanto a artistas como a aquellas personas interesadas en las artes manuales. Taller Bajo el Roble nació del sueño de Daniela de querer replicar parte de la experiencia que vivió mientras estudiaba en California, primero la especialidad de escultura en The Academy of Art University, en San Francisco, y luego un Magíster en Arte con especialización en cerámica en California College of Arts. Una vez en Chile, se integró al taller Huara Huara y, según cuenta, fue allí donde conoció a fondo el potencial de la cerámica gres: "Viví 14 años fuera de Chile, entre Estados Unidos y Canadá. Trabajar con cerámica me hizo sentido por lo que representa: el suelo, el arraigo, lo tangible", explica Daniela, quien hoy comparte sus conocimientos en base al oficio y la experimentación, trabajando individual y colectivamente con niños, adolescentes, adultos y personas con necesidades especiales.

Comienza sus días temprano en el taller. Hace clases y, en paralelo, desarrolla distintos proyectos artísticos que si bien varían en conceptos, formas y escalas -a corto y largo plazo-, suelen coincidir en la integración de materiales que van desde cobre y telas, hasta hilos y estructuras metálicas: "Me atrae crear volúmenes simples y cerrados, pero que revelan algo de su interior y, precisamente, las fibras y la costura cumplen esa función. Por lo mismo, disfruto que este sea un material sensible y con un ritmo propio, ya que brinda pausas que dan espacio para una constante reflexión".