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EXPORTACIONES: Los choritos salen del canasto

domingo, 05 de febrero de 2006

CARLA SELMAN CALAVARO
Enfoques, Economía y Negocios

Algunos se han aventurado a llamarlo un nuevo salmón, porque el explosivo crecimiento de los envíos de este producto en los últimos años abre una veta prácticamente inexplorada.

Definitivamente, los choritos no quieren quedarse en Chile. Si hace seis años se exportaban 2.200 toneladas, en 2004 fueron 17.800. Y de ese volumen, menos del 5% -y casi únicamente conservas - es para consumo local.

Este crecimiento resulta coherente con el alza en los envíos del sector pesquero, que en 2005 llegó a la cifra histórica de US$ 3 mil millones, es decir, US$ 40 millones más que el año anterior. Esto se suma al auge de productos no tradicionales en la canasta exportadora, como las almendras, explosivos y jurel. Estos últimos recaudaron US$ 80 millones en 2005, en contraste con los US$ 58 millones de 2004.

Pero los choritos fueron, sin duda, los reyes. Entre 1999 y 2004 los envíos de este producto aumentaron nada menos que en 700%.

Un impulso para el sector pesquero ha sido la aprobación por parte de la Cámara de la nueva ley de pesca. Ésta simplifica el otorgamiento de concesiones y autorizaciones de acuicultura y establece límites de captura.

Además, según el subsecretario de Pesca, Felipe Sandoval, el crecimiento específicamente de la industria de los choritos se debe a que "se abrió una nueva veta", impulsada por la industrialización del sector, la llegada de grandes compañías y la consecuente mejora en la calidad del producto, lo que ha originado confianza en los mercados internacionales.

La pionera -y a la que se le atribuye el despegue del sector- es la española Toralla, que es la principal exportadora de choritos (ver gráfico), pues si bien los productores de mitílidos están instalados en las costas del sur de nuestro país desde hace 20 años, el crecimiento comenzó a darse con el aterrizaje de esta compañía en la X Región.

Perteneciente a la familia Leiro, Toralla se instaló en Chile en 1999 y desde 2000 las ventas comenzaron a crecer a tasas del 30%.

Este grupo tenía una empresa dedicada al mismo rubro en España y había logrado cierto prestigio. Pero pronto se dieron cuenta de que la demanda que tenían era superior a la oferta y decidieron ampliarse. "Por medio de una feria internacional supimos que en Chile había materia prima, entonces vinimos a ver el producto, lo probamos, nos gustó e instalamos la planta", relata Sergio Leiro, gerente general de Toralla. "Como teníamos buena fama en España la gente comenzó a probar este producto en Europa", afirma.

Y es España, justamente, aparte del principal mercado donde se venden los choritos chilenos (ver gráfico), uno de los más importantes productores de mejillón gallego, como le llaman allá.

Ahí han penetrado los bivalvos chilenos con fuerza desde hace unos cuatro años, cuando la producción del país ibérico cayó por causa de la marea roja y había un gran mercado que satisfacer.

"Lo que a algunos afecta, a otros beneficia", constata Héctor Bacigalupo, gerente de estudios de Sonapesca, por el consecuente aumento de las exportaciones locales.

Pero en España "sigue gustando más lo nacional", afirma Leiro. "Es que la gente consume mucho producto fresco" y no tanto congelado, que es el que alcanza el 96% de las exportaciones de mejillón chileno, contra un 4% de conservas.

Los productores chilenos aseguran que la calidad respecto de su contraparte española es similar, entonces Chile compite por precio, pues el producto se transa en alrededor de US$ 2 el kilo de chorito congelado en los mercados internacionales y US$ 4,6 las conservas. El mejillón gallego puede llegar a costar 20% o 30% más, afirman en la industria.

El desafío ahora es posicionarse en el mercado europeo, "que la gente prefiera el chorito chileno y que no lo vea solamente como un producto alternativo", explica Bacigalupo.

Es tanta la fe que se tiene en el tradicional chorito, que incluso algunos dicen que puede convertirse en el nuevo salmón. Entre quienes sostienen esto se encuentran algunos productores y hasta el mismo subsecretario Sandoval, quien afirma que la producción de bivalvos "podría quintuplicarse en cuatro años".

Y aunque no todos se la juegan tan tajantemente por una cifra, sí apuestan al crecimiento del sector en el futuro, a pesar de que los volúmenes de exportación en 2005 se mantuvieron prácticamente invariables respecto de 2004.

"Es indudable que la industria va a seguir creciendo porque las empresas que entraron e invirtieron no lo hicieron para mantenerse al nivel que están", dice Bacigalupo. En un sector altamente dominado por capitales españoles, "era lógico que viniera una reacción de las empresas nacionales interesadas en averiguar por qué los españoles estaban desarrollando la miticultura con tanta fuerza", sostiene Gonzalo Fernández, presidente de la Asociación de Miticultores de Chiloé.

La llegada de nuevos actores
Pesquera Camanchaca fue de las primeras empresas locales grandes en entrar en este rubro en 2003. En 2004 lo hicieron Pesquera El Golfo y San José, a fines de 2005 fue Multiexports y este año, Congelados del Pacífico. Además, algunas compañías canadienses y neozelandesas han mostrado interés en invertir en este rubro en Chile.

Otra razón para que las pesqueras establecidas ingresen a este sector es porque "es una actividad económica con bajos costos fijos y por ahora de una estacionalidad marcada", afirma Fernández.

Además, "las empresas provenientes de la pesca han estado diversificando su producto", afirma Patricio Leiva, administrador de la planta de choritos de Pesquera El Golfo, aprovechando que ya estaban instalados en la región.

Con el ingreso de estos nuevos actores, se generará un escenario distinto para 2007. Algunos pronostican que será la muerte de los productores artesanales, otros, que se abre la opción de asociarse a ellos y que las empresas grandes se nutran de los conocimientos y experiencia de los más pequeños.

Pero surge otra interrogante, que es si el mercado dará abasto para todos. La salida parece ser, sin duda, abrirse a nuevos mercados. En Toralla afirman que buscan posicionarse en Estados Unidos y abrir nuevos caminos a Rusia, aunque, según Leiro, esto es difícil porque ahí no tienen la costumbre de consumir este tipo de alimentos.

Pero en la industria reina la fe de que Chile escale desde el sexto lugar que obtuvo en 2004 entre los cultivadores de chorito más importantes al tercero, a fines de este año. Así quedaría detrás de China y España, los dos principales productores del mundo. El país asiático tuvo un desembarque (es decir, extracción natural más cultivos) de cerca de 600 mil toneladas en 2004 de materia prima. Es decir, el producto antes de los procesamientos como limpieza, deshidratación y remoción de la concha. España llegó a casi las 300 mil toneladas y Chile bordeó las 70 mil.

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Cómo se cultivan

La imagen playera de pescadores montados en una roca plagada de choritos es tal vez la mejor postal para representar la captura artesanal de mitílidos. Ésta es la forma "a la antigua" de extracción desde bancos naturales, con los que se obtiene el producto, o desde las rocas o desde el fondo del mar.

Pero la manera industrial de hacerlo es a través de cultivos, en los que se pone una cuerda en el océano atada a un bloque de cemento, llamado muerto, en un extremo, y en el otro, una boya. De ésta se extiende otra cuerda unos 100 o 200 metros hasta otra, anclada con un muerto. A una cierta distancia se ubican más boyas; de cada una cuelgan más cuerdas, a las que desde octubre de cada año se pegarán las larvas o semillas de chorito.

Entre tres y seis meses después se traslada el cultivo a un centro de engorda, donde permanece el chorito durante un año hasta que esté listo.

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