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¿De qué segunda fase exportadora hablas? Pero si ya pasó de moda

lunes, 19 de junio de 2006

JOCELYN BAY-SCHMITH
Reportajes del Lunes, Economía y Negocios

En los "90" se habló de industrializar nuestras exportaciones. Hoy se dice que el "valor agregado" es sinónimo de innovación. ¿Qué pasó? El dólar, la falta de una política exportadora y de recursos jugaron en contra.

SANTIAGO.- La segunda fase exportadora se abortó a mitad de camino, sentencia Roberto Fantuzzi, ex presidente de Asexma, quien lleva más de una década impulsando el tema.

Y todo indica que tiene razón. Tanto, que las mismas autoridades sentencian que el eslogan favorito de los gobiernos de los 90 hoy pasó de moda.

La directora de ProChile -cuna del desarrollo exportador manufacturero- Alicia Frohmann , aclara que el concepto de "segunda fase" se entiende hoy de otra manera. Mientras hace 15 años se asociaba sobre todo con la industrialización, hoy implica innovación y conocimiento.

"Hoy aplicamos el tema de la agregación de valor a lo que son también los productos más competitivos de Chile (...) Hay un convencimiento de que llevar un producto perecible con un embalaje adecuado a Europa, con los mecanismos de certificación, cadena de frío adecuada implica tanta agregación de valor como hacer un refrigerador simple", indica Frohmann.

¿Otros ejemplos? Las hamburguesas de salmón o los ensamblajes de vinos.

A la cola

Pero pese a estos avances, acepta que la industrialización del país no se llegó a concretar como estaba prevista, porque Chile tiene socios comerciales que son más competitivos en este ámbito. Es decir, que nos llevan años de ventaja.

Y reconoce que hay un camino importante por recorrer. De hecho, mientras en 1993 las manufacturas llegaron a representar casi el 19% de los embarques, 20 años después la participación sólo subió a 39%.

Eso a pesar de que por años fue el eslogan favorito de las autoridades cuando hablaban de desarrollo.

Otro dato. Las exportaciones chilenas no cobre disminuyeron en más de 50% su crecimiento, durante el primer trimestre de este año, comparadas con igual período de 2005.

Es más, el cobre representa más del 50% de los envíos al exterior.

¿Cuándo comenzó el olvido? Difícil precisarlo, pero ya en 1997 los empresarios se quejaban en la prensa de que "la segunda fase exportadora" era sólo una ilusión.

El derrumbe de los factores que en los 90 propiciaron el despegue de las exportaciones manufacturadas fue el causante de ello. El tipo de cambio real alto; una entidad como ProChile que acompañó la salida de las empresas al exterior; una batería de instrumentos de fomento que apoyaron la labor exportadora; y una mano de obra de bajo costo pasaron al olvido en esa época. Y hasta hoy, unas más, otras menos, vuelven a estar debilitadas, según coinciden muchos expertos.

Para Ronald Bown, presidente de la Asociación de Exportadores de Chile, la baja del dólar ha sido uno de los principales factores que ha jugado en contra. "Hemos tenido crisis relacionadas con el tipo de cambio que han llevado a que algunas empresas perdiesen su competitividad, tal vez en forma transitoria, pero que las ha obligado a salirse del mercado. Recordemos que Chile exportaba zapatos, textiles y una gran cantidad de productos que hoy no estamos exportando", dice.

El dólar ha golpeado tan fuerte a los manufactureros, que el 44% de las empresas de Asexma decidieron paralizar sus inversiones en 2006, según la presidenta del gremio, Patricia Pérez. "Las condiciones que hacían posible la segunda fase se han ido deteriorando y con ello la competitividad del sector", puntualiza Fantuzzi.

El precio ideal

Así, mientras los costos de las compañías suben, porque se fijan en pesos, sus ingresos que son en dólares han caído desde los $700 de 2002 hasta el nivel de $540 en que se encuentra en estos días. ¿Qué nivel sería el adecuado para salir adelante? Un promedio de $600, coinciden varios exportadores.

Pero también hay otros temas a mejorar. Para Patricia Pérez el país necesita de una política exportadora clara para pasar a esta segunda fase.

¿Qué significa esto? Una mayor coordinación de los esfuerzos que se realizan como país para transformarnos en una potencia comercial. "Al interior del Gobierno hay una discusión sobre cuáles debieran ser los sectores prioritarios en el desarrollo del país. Eso genera señales contradictorias respecto del futuro exportador de las manufacturas", agrega un empresario textil.

Y a ello se suma la falta de recursos para potenciar a las pequeñas empresas que quieren darle mayor valor agregado a sus productos. Basta ver el presupuesto que maneja ProChile. Si bien siempre fue reconocido como un organismo eficiente y que ha cumplido su función hoy se ve debilitado por el poco dinero del que dispone.

En los últimos tres años los envíos prácticamente se han duplicado (bordeando los US$ 40.000 millones), pero el presupuesto de la entidad sólo ha subido 18%, llegando este año a US$ 32 millones. "Esa cifra es insuficiente para los miles de usuarios del organismo. La entidad es hoy casi un apéndice del ministerio de Agricultura, pues la mayoría de sus recursos van a parar a ese sector", puntualiza Fantuzzi.


Opinan los expertos

Ronald Bown
"Hemos tenido crisis relacionadas con el tipo de cambio que han llevado a que algunas empresas perdiesen su competitividad. Recordemos que Chile exportaba zapatos, textiles y una gran cantidad de productos que hoy no estamos exportando", enfatiza.

Patricia Pérez
"El país necesita contar con una política exportadora clara para pasar a esta segunda fase de desarrollo. ¿Qué significa esto? Una mayor coordinación de esfuerzos que se realizan como país para transformarse en una potencia comercial", dice.

Alicia Frohmann
"Hay un convencimiento de que llevar hoy un producto perecible con un embalaje adecuado a Europa, con los mecanismos de certificación y una cadena de frío adecuada, implica tanta agregación de valor como hacer un refrigerador simple", explica.

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