Bajas cifras de natalidad y menor interés de los católicos provocan baja en sacramentos
lunes, 04 de mayo de 2015
Economía y Negocios
El Mercurio
Los matrimonios y las primeras comuniones son los ritos que observan una mayor caída, al comparar los números entre 2001 y 2013. Pastoral Familiar defiende las charlas preparatorias para recibirlos.
La Santa Sede dio a conocer el nuevo Anuario Estadístico de la Iglesia Católica, correspondiente a 2013. Para Chile, los resultados son desalentadores en lo que se refiere a sacramentos. Si en 2001 eran bautizados poco más de 157 mil niños, en 2013 fueron 126 mil. La baja se manifiesta también con las primeras comuniones, confirmaciones y matrimonios. El decano de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad Católica, Eduardo Valenzuela, explica que uno de los factores que incide es "demográfico, que tiene que ver con la caída de la tasa de natalidad. Hay menos niños, por ende se resiente el bautismo, la primera comunión y comienza a disminuir, más lentamente, el número de jóvenes". De hecho, en el censo de 2002 establecía que la tasa de natalidad era de 2,26 hijos por mujer, en el censo de 2012 era de 1,9, cifra considerada inferior para el reemplazo de la población. A eso se agrega que la tasa de bautizos por cada mil católicos también desciende. Si en 2002 había 12 bautismos por cada mil católicos, en 2013 llegó a 8,1. En opinión de Valenzuela, lo que refleja esa tasa es que "la población católica está envejeciendo, y por lo tanto ya no está en edad de tener y bautizar niños. Si se toma el perfil de la población católica hace 10 años, y se compara con la actual, el promedio de edad ha aumentado". En el caso de los matrimonios, es un hecho el aumento de la convivencia, lo que se refleja en las cifras de nacimientos. Si en 2006 el 61% de los niños nacían fuera del matrimonio, en 2014 la cifra aumentó a 71%, según datos del Registro Civil. "Hay una tendencia a la baja, porque el número de católicos empieza a descender y, por eso, hay menor demanda por sacramentos", comenta el diácono José Manuel Borgoño, uno de los delegados episcopales de la Pastoral Familiar. Al efecto demográfico, también se suma la secularización de la sociedad. "Hemos detectado, dentro del mundo católico, sobre todo entre los menos observantes, que ha caído la disposición de transmitir la religión a sus hijos", plantea el académico. El diácono Manuel José Borgoño tiene una opinión similar: "Hay un proceso de desacralización de la sociedad, que tiende a ir eliminando esos ritos sobrenaturales, y eso afecta a toda la masa de católicos". Al consultarle sobre las quejas de algunos católicos, en torno a que las charlas preparatorias son muy largas, respondió: "Si la persona viene a recibir un sacramento con una fe muy incipiente, esta dice: 'Lo que me interesa es que me bendigan y punto'. No podemos, responsablemente, dar sacramentos a quienes no sepan bien lo que están haciendo. Lo que nos interesa es que el sacramento sea importante en su vida y que perdure". Sobre la enseñanza católica, el vicario de Educación, Tomás Scherz, dice: "Creo que sigue siendo valorada. Incluso hay no creyentes que desean para sus hijos colegios católicos por un tema valórico, pero se trata de una dimensión religiosa".
El vicario Tomás Scherz indica que la educación católica sigue siendo valorada, incluso por no creyentes.
