miércoles, 15 de abril de 2015
María José Tapia B.
Economía y Negocios
Además, mantienen solicitudes de inscripción por unas 1.600 banderas adicionales. De esta manera, Chile es el tercer país con más registros de Latinoamérica en el gigante asiático.
Si bien los especuladores chinos se han adelantado en algunos casos registrando marcas chilenas que los retailers no han inscrito, las compañías locales sí se han mantenido activas en el proceso de inscripción de sus banderas en ese mercado. Según los últimos datos de la Organización Mundial de Propiedad Intelectual (OMPI), entre 2002 y 2013 los chilenos han registrado 984 marcas en el gigante asiático, mientras que han solicitado inscripción de 1.673 banderas adicionales. Los registros se han concentrado, sobre todo, en los últimos años.
“En base a datos de la OMPI, en los años 2011 a 2013, en China (excluyendo Macao y Hong Kong) se registraron más de 400 marcas chilenas y se solicitaron 762 nuevas marcas”, destacan en el Instituto Nacional de Propiedad Industrial (Inapi). Añaden que para estos efectos se comprende por solicitudes o registros de marcas chilenas aquellas en las cuales los solicitantes han declarado ante la oficina china al momento de ingresar su solicitud, como domicilio o residencia en nuestro país, y no el domicilio o filial que pudiesen tener en ese mercado.
Con estos antecedentes, los chilenos se posicionan como el tercer país de la región que más marcas tiene registradas en China. Según la OMPI, lidera México, con 2.382 marcas, seguido por Brasil, con 1.956, y luego Chile. En cuarto lugar está Argentina, con 809, y ya más abajo Perú, con 181.
El mismo organismo destaca que, en total, en China se han registrado más de seis millones sólo de marcas entre 1999 y 2013. De estas, el 11% son extranjeras.
Etapas de inscripción
Varios retailers nacionales han visto paralizado el retiro de sus embarques desde China por la inscripción “pirata” de sus marcas en ese mercado. En el Inapi explican que el proceso de registro en ese país consta de cinco etapas que se resumen en presentación de la solicitud —que implica entregar la información del solicitante y descripción de los productos y servicios a inscribir—; examen sobre concurrencia de prohibiciones de registro y sobre formalidades, donde se analiza si se colisiona con marcas ya inscritas o solicitadas. Luego viene el proceso de publicación. La ley china establece tres meses para que cualquier persona pueda objetar el registro. Transcurrido ese período, si no hay objeciones, la marca se registra. En el Inapi explican que si el registro es rechazado, el solicitante de la marca tiene 15 días para reclamar ante una segunda instancia administrativa (Trademark Review and Adjudication Board). Lo que se resuelva ahí puede ser impugnado en un plazo de 30 días ante la jurisdicción ordinaria.
