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Fraude fue alertado por autoridades de EE.UU.

Cerámicas Lozapenco: la estafa del siglo cumple veinticinco años

domingo, 29 de marzo de 2015

Economía y Negocios

El Mercurio

Feliciano Palma defraudó al fisco entre 1987 y 1990 con más de US$ 46 millones de la época, equivalentes a US$ 80,4 millones de hoy. El escándalo hizo que Lozapenco quebrara, generando una grave crisis social en Penco: 1.600 personas quedaron cesantes.



La estafa del siglo está a ad portas de cumplir veinticinco años. El 12 de abril de 1990 quedó al descubierto el fraude tributario más grande sufrido por el Estado de Chile hasta ese momento: el empresario Feliciano Palma, en ese entonces dueño de Cerámicas Lozapenco, había defraudado al fisco con más de US$ 46 millones.

El caso fue seguido de cerca por la opinión pública no solo por los montos involucrados, sino también porque Palma no era un empresario muy convencional para la época. Era conocido como un tipo bonachón, benefactor y fanático del fútbol, al grado que se convirtió en propietario del equipo local, Deportes Lozapenco.

Esta institución deportiva -hasta entonces habituada a deambular por el amateurismo- vivió sus mejores años bajo el mecenazgo de Palma. En 1988, el empresario conformó un plantel plagado de figuras; en 1989 se tituló campeón de la Tercera División y alcanzó a subir a Segunda. Pero en 1990 todo se vino abajo. El club perdió el apoyo de su mecenas, y tres años más tarde desapareció del fútbol profesional.

En paralelo, Palma protagonizaba una cinematográfica fuga del país. Funcionarios de la Brigada de Investigaciones de Delitos Económicos (Bridec) y del SII se presentaron en las oficinas de Palma en Las Condes para incautar documentos que ayudaran en la investigación. Esos movimientos alertaron al empresario, quien el 18 de abril salió de Chile por el paso fronterizo de Pino Hachado. A pesar de tener una orden de arraigo, ésta no había sido notificada a Policía Internacional. Estuvo dos días en Neuquén, luego se dirigió a Buenos Aires, Brasil, y posteriormente a Estados Unidos.

Ya instalado en ese país inició una nueva vida: adquirió una oficina en Nueva York, se casó con la ciudadana estadounidense Anne Herseg (18 años menor que él), compró una casa en Long Island e inició los trámites para crear una fábrica de productos de loza en Pennsylvania.

Sin embargo, las órdenes de aprehensión también habían llegado a Estados Unidos. El 31 de julio de 1991 fue detenido por un grupo de agentes del FBI mientras comía en un restaurante de Manhattan.

Palos de escoba y lavatorios

¿Cómo se inició el caso? Según publica la prensa de la época, en 1987 Agrícola y Forestal Penco comenzó a exportar a Estados Unidos palos de escoba a precios exorbitantes: hasta cincuenta centavos de dólar cada uno, mientras que la competencia cobraba como máximo veinte centavos por el mismo producto.

Esta curiosidad hizo que Aduanas consultara a su homólogo norteamericano sobre esta situación, obteniendo una respuesta que dejó al descubierto el fraude: las autoridades estadounidenses informaron que los palos enviados por Palma ingresaban a un valor de veinte centavos de dólar, y no a los cincuenta declarados por el empresario en Chile.

De ahí en adelante, la autoridad descubrió que este modus operandi se repetía en casi todas las exportaciones de Feliciano Palma: un lavatorio con pedestal, por ejemplo, Palma los facturaba a US$ 152, cuando el precio real era de US$ 11.

Con este mecanismo, Palma presentaba las declaraciones al Banco Central, lo que le permitía obtener del fisco el beneficio del reintegro del IVA de las exportaciones. Mensualmente recuperaba del orden de los dos millones de dólares, acumulando el equivalente de la época a US$ 46 millones (US$ 80,4 millones actuales).

El escándalo hizo que Lozapenco quebrara, generando una grave crisis social en esa comuna: 1.600 personas que trabajaban en la empresa quedaron cesantes.

Su regreso a Chile

Tras ocho meses de reclusión en Estados Unidos, Palma fue extraditado a Chile en febrero de 1992, y en julio de 1994 la justicia dictó dos sentencias: 4 años de presidio por el delito de fraude al fisco y siete años por evasión de impuestos. Mientras todavía estaba en la cárcel y gozaba de los beneficios de libertad diurna, fue detenido en dos ocasiones. Una de ellas ocurrió en 1996, a raíz de la exportación de programas computacionales sobrevalorados a Estados Unidos.

En diciembre de 2001 salió libre, beneficiado con la ley del Jubileo 2000. Ese proyecto, generado en la comisión de Derechos Humanos del Senado, entregó un indulto general que rebajó las penas con motivo del Jubileo 2000 de la Iglesia Católica.

Posteriormente, Feliciano Palma volvió a la cárcel por distintos delitos económicos, aunque de menor cuantía. El 28 de marzo de 2003 fue detenido y enviado a la ex Penitenciaría luego de que intentara cambiar un cheque falso.

El hecho más reciente ocurrió en enero de 2013, cuando la PDI lo detuvo por orden del Décimo Juzgado del Crimen, puesto que adeudaría una multa de $30 millones por delito tributario.

EN 2003, Palma volvió a la cárcel por distintos delitos económicos, aunque de menor cuantía.

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