domingo, 21 de enero de 2007
SANDRA NOVOA FERNÁNDEZ
Enfoques, El Mercurio
Antes de dejar la empresa familiar, cuya apertura a bolsa descarta por ahora, quiere dejar una administración profesional; negocia una asociación o venta del área de porcinos, y no descarta convertir su emblemático frigorífico en un mall.
"Mi ataúd será tipo sindicato", afirma intempestivamente en medio de la entrevista Andrés Allende Urrutia, presidente del holding cárnico AASA. Su activo más emblemático es Lo Valledor, el matadero que compró en 1982 para sumarlo al Frigorífico de Valparaíso, a partir de los cuales empezó a forjar esta empresa, que en 2006 facturó US$ 220 millones.
Con esa cuota de humor negro quiere dejar en claro que ya está pensando en otras cosas, como dedicarse de lleno a los viveros de azaleas en su campo de Freire, en la IX Región: "Los ministros de la Corte Suprema jubilan a los 75 y como yo estoy próximo a cumplir 76 (este jueves) estoy viendo la posibilidad de que alguien de fuera me reemplace en la presidencia".
Su idea es profesionalizar más el gobierno corporativo y evitar que los mayorazgos generen roces por quién tiene más poder entre los dos hijos que participan en la gestión: Andrés Allende Vial (50), que lo ha reemplazado en las labores que él ejercía como abogado, y Nicanor Allende (48), vicepresidente ejecutivo. José Manuel eligió desempeñarse afuera -es gerente general de Wenco- y sólo una de las tres mujeres participa en el directorio.
Por ahora se guarda el nombre de su probable sucesor, porque asegura que aún no le ha aceptado la propuesta.
Pero no es la única novedad que fragua antes de la retirada, porque a la pasada -como parece ser su estilo para contar las cosas importantes- afirma que está en tratativas para una posible venta o asociación en el rubro de los cerdos, que debiera definirse en marzo. En los últimos tres años hicieron una fuerte inversión en esa área que les permitió pasar de 5.100 madres a 7.300 (aún lejos de Súper Cerdo, líder del rubro porcino que según sus cálculos debe tener 100.000).
No habrá apertura en bolsa
El plan para 2007 también considera consolidar el proyecto de ganado ovino, al que hace rato le da vueltas, y concluir la reestructuración de la compañía, proceso en el que esperan eliminar filiales, reagrupar activos y unificar las áreas administrativas, comercializadoras y de servicios para reducir costos. Llegaron a tener 27 sociedades, de las cuales ya eliminaron tres.
El proceso incluye la enajenación de activos prescindibles, como dos hectáreas en Arica que vendieron al grupo Ariztía, y el Frigorífico Darc, a Productos Caren.
Dado que la fuerte competencia por exportar ha elevado el precio de la carne, reduciendo los márgenes, durante este ejercicio esperan llegar a Estados Unidos (mercado que se sumaría a México, Japón y Corea, entre otros), donde pagan mejor. También proyectan importar desde allá: la ganancia está en comprar más barato en el Mercosur para abastecer al mercado interno y enviar la producción nacional a países donde se les puede sacar mejor margen.
Lo que sí está descartado es la apertura a la bolsa de AASA. Allende explica que la idea surgió hace un par de años cuando barajaban el ingreso de un fondo de inversión inglés a la propiedad, que tomaría el 30% en unos US$ 25 millones. "Como ellos tenían que salir a bolsa me pareció interesante hacer lo mismo acá, porque me solucionaba un problema: si uno de mis seis hijos quería vender sería más fácil".
Pero como la alianza no fructificó -al parecer por discrepancias sobre las cuotas de influencia en la administración-, también descartó el debut bursátil.
Y no era la primera vez que lo consideraba. A mediados de los "90 fracasó un intento de fusión con Friosa que también contemplaba salir al ruedo.
El quid es que a Allende no le gusta que le pongan cortapisas en la gestión. Porque explica que cuando vendió su control en la Feria Ganadera de Osorno, no lo hizo sólo porque le ofrecieron un buen precio, sino también porque los minoritarios no compartían su visión de integrarla con AASA para dejar de ser competencia. Ello porque la compra del ganado representa 80% de los costos del negocio.
Autoridad frenó proyecto
El empresario estaba entusiamado con la instalación de un frigorífico en Longaví (VII Región), que requeriría una inversión de entre US$12 y US$15 millones para una capacidad de faena de entre 8.000 y 12.000 cabezas mensuales. Además, contemplaba un feedlot, establecimiento dedicado a la crianza intensiva de unos 28.000 vacunos de calidad homogénea, 100% carniceros, angus o hereford, que demandaría otros US$8 millones, orientado a exportar principalmente a Estados Unidos.
Crearía unos 30 a 40 empleos directos y para financiar la compra de animales incluso había estudiado la emisión de bonos securitizados.
Pero no prosperó: "Hicimos 11 estudios medioambientales y todas las autoridades políticas apoyaban la iniciativa, pero uno de los integrantes de la Corema cuestionó el estudio de pluviometría, pidió que consideráramos unas tres veces más eso tenía un costo altísimo. Apelamos y planteamos bajar a 7.000 cabezas, pero se nos dijo que por los olores no podía haber ninguna casa a menos de 2 km, aunque todo estaba rodeado de eucaliptus, y como ya llevábamos dos años en eso dije no más".
Ahora la idea es explorar una red de trabajo asociativo con pequeños productores que los abastezcan y a quienes prestar asistencia en la adquisición de insumos más baratos y colaborar en una integración más fluida para facilitar la compraventa de ganado en las distintas etapas.
Lo que sí asegura ha sido un éxito es su asociación con el grupo argentino Pérez Companc en Cyagra, que formaron con aportes de US$1 millón hace un año y medio. La firma -donde los chilenos tienen dos directores- se dedica a comercializar una tecnología que garantiza a los ganaderos el sexo y la raza de las crías.
"Les ha ido tan bien que están copados y creo que debiera dedicarse no sólo a vacunos, sino también a ovinos", comenta.
¿Mall en el matadero Lo Valledor?
A mediados del año pasado la compañía terminó con el faenamiento y el desposte de bovinos en Lo Valledor, que ocupaba un tercio de la capacidad del mayor frigorífico-matadero del país. Ello por cuanto el aumento de costos y el bajo dólar habían hecho que las utilidades cayeran en 2005.
Tomaron la decisión de trasladar esa actividad a Temuco, Concepción y Rancagua, donde el agua es más barata y se pueden usar combustibles distintos a diesel y gas. Eso implicó despedir trabajadores en Santiago, contratar más en regiones y que los resultados de esas plantas mejoraran sustancialmente ya que se mantuvo el mismo nivel de producción mensual, debido a que habían realizado las ampliaciones requeridas.
Y para las conocidas instalaciones ubicadas en Carlos Valdovinos, comuna de Cerrillos, donde ahora sólo queda la planta de cerdos y el frigorífico, cuya capacidad fue ampliada a fines de 2006 y que permite almacenar a menos de 40 grados, Allende baraja varias ideas.
Inicialmente tenía ahí 13 hectáreas, pero le quedan 7,7 -vendió el resto en etapas a la Feria Lo Valledor, que necesitaba crecer, a un promedio de UF 10 el metro cuadrado (unos US$ 3 millones por hectárea)- y con 55.000 metros cuadrados construidos."Puede ser interesante mantenerlo como inversión inmobiliaria, porque así como viene el Portal Bicentenario puede que el día de mañana nos convenga transformarlo en un mall o en un instituto técnico, salvo que nos presenten una oferta muy conveniente y lo vendamos", cuenta.
