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En 2014 sus ventas llegaron a US$ 56,5 millones:

Monarch vende al año un millón de pares de calcetines con cobre

domingo, 01 de marzo de 2015

Economía y Negocios

El Mercurio




Una corona y la frase "Monarc, el rey de los calcetines", fue el primer eslogan de la compañía Monarch. Era 1937 y la firma era tan solo una pequeña fábrica ubicada en el primer piso de una casa en avenida Bustamante con Santa Isabel, en Santiago. Pero estaba prácticamente quebrada y a la venta.

Un inmigrante italiano, Juan Magnasco -que había llegado recién a Santiago desde Iquique-, quería comprarla, pero su propuesta no había sido aceptada. Él estaba a punto de reembarcarse de regreso a Iquique en Valparaíso, cuando escuchó el grito: "Juanito, te aceptaron tu oferta".

Juan, quien había trabajado en Iquique en la tienda de géneros de sus primos Solari -hoy socios de Falabella-, decidió entonces quedarse en Santiago. Y con ello cambió su propia historia, y la de Monarch, para siempre.

Así lo recuerda hoy Aldo Magnasco, hijo del fundador y director textil y comercial de Monarch: "En los años treinta el salitre comenzó a morir y mi papá se dio cuenta que Iquique dejaría de ser polo de crecimiento. Decidió venir a Santiago donde conoció a un señor que era mecánico de la fábrica de calcetines en venta", rememora sobre esos inicios.

Cuando su padre la compró, hace 78 años, el negocio daba trabajo a 12 personas que se dedicaban a hilar calcetines. "Hacían 300 pares al mes. ¡Imagínese que hoy una máquina hace 360 pares al día!", detalla Aldo Magnasco.

En 1940 se inauguró la tintorería y en 1945 Juan Magnasco se casó e invitó a trabajar con él a su cuñado Darío Aste. Su llegada significó el crecimiento de la compañía, que en 1950 se trasladó a Vicuña Mackenna.

La segunda generación

"Con mi hermano Fernando íbamos mucho a jugar a la fábrica, la recorríamos, nos subíamos a unas bolsas grandes y nos dábamos vuelta de carnero", recuerda Aldo Magnasco.

Él cuenta que su hermano Fernando, fue el primero en entrar a la fábrica. Y luego, en 1968, con 24 años y título de ingeniero comercial de la universidad Católica, lo hizo él.

Dice que siempre les fue bien. Pero hace diez años, cuando Chile se abrió al mercado chino, las cosas se vieron difíciles y pensaron cambiar el rumbo.

"Hicimos una reunión entre todos los primos para decidir si cerrábamos la fábrica y nos íbamos a comprar a China, o seguíamos", cuenta.

Pero, en vez de tomar el avión a China, "tomamos el avión al mundo. Mi primo Roberto Aste, que es director de producción, salió a recorrer el mundo para ver cómo competir con los chinos. Fue a Italia, donde se hacen todas las máquinas de calcetines. Fue a China y a India, a buscar materias primas más baratas. Y decidimos quedarnos", rememora.

Contra todos los pronósticos, decidieron mantener la producción textil en Chile. Bajaron los costos, cambiaron las máquinas por unas de última generación, y trajeron hilados y materias primas de India, China y Turquía. "Hicimos una tremenda inversión de unos US$ 3 millones", señala Magnasco.

Y comenzaron a crecer con sus propias tiendas, que hoy suman 70, y a formar vendedores y promotoras para las grandes tiendas.

Hoy, con tres complejos en Santiago, Monarch no solo hace calcetines y panties, sino que sumaron poleras, que según Magnasco son un boom , pues venden 800 mil al año.

Innovar para crecer

En la empresa dicen que su norte es la innovación constante y su ícono son los calcetines con cobre que lanzaron, hace cuatro años, en alianza con Codelco. "Antes de que entráramos al mercado con este producto, se vendían del orden de los 16 mil pares de calcetines con cobre (de otras empresas). Hoy estamos vendiendo cerca de 1 millón de pares al año".

Aldo Magnasco calcula que hoy hacen una prenda al año por chileno: comercializan 17 millones de unidades, entre calcetines, panties, medias, camisetas y poleras.

En 2014 las ventas de la tienda llegaron a los $35 mil millones (unos US$ 56,5 millones), lo que significó un crecimiento de 13% respecto de 2013. Ese año habían crecido 8% respecto de 2012. Transcurridos dos meses de 2015 van con un crecimiento en ventas de 9%.

El 2015 es para Monarch un año de espera y de ver los frutos de las inversiones que se hicieron en 2013 y 2014 en la fábrica, en los sistemas de aire acondicionado y agua. "Vemos el futuro con incertidumbre, las ventas hoy son buenas, pero estamos a la espera. Estamos innovando en colorido y etiquetas".

Una empresa familiar

"Siempre dicen que las empresas familiares no sobreviven a la tercera generación. Eso está pasado de moda. Existen empresas familiares y empresas profesionales familiares. Una de estas últimas es Monarch", sentencia Magnasco.

Fuera de llevarse bien con primos y sobrinos con los que trabaja, Aldo Magnasco explica que tienen un estatuto que regula el ingreso de familiares al trabajo. Debe tratarse de un profesional del ramo que la empresa necesite, y tiene que haber trabajado al menos dos años en otra empresa. "Si logras combinar una familia avenida, de buen trato, con profesionales de excelencia, tienes que tener buenos resultados".

A esto suma otra clave que -dice-, proviene de lo que llama "el estilo italiano del mayorazgo": "Todo se conversa, todo se discute, pero el mayor toma la decisión y es lo que se hace y no se discute".

"El rey de los calcetines" era el eslogan que la firma tenía en 1937, cuando era una pequeña fábrica, que estaba casi quebrada. 

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