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Economista de Yale asegura que uno de los principales problemas es que nadie sabe cómo ni cuándo podrían producirse correcciones severas en los mercados.

Robert Shiller alerta sobre amenaza de nuevas burbujas de renta fija y accionarias en EE.UU.

jueves, 19 de febrero de 2015

Marcela Vélez

El Mercurio




Quizás pocos premios Nobel de Economía sean más cercanos para los inversionistas que Robert Shiller. El economista y académico de la Universidad de Yale, ganador del galardón en 2013, ha dedicado su carrera a estudiar el comportamiento del mercado y sus actores.

El autor del best sellers "Exuberancia irracional" acaba de reeditar su libro por tercera vez, para incluir nuevas preocupaciones, tales como el alto precio de los bonos.

Para Shiller, el comportamiento del mercado de deuda no es normal y se parece al de una burbuja. Pero no solo eso. Shiller ve también una burbuja en el mercado de acciones y en varios mercados inmobiliarios. Sin embargo, no hay opción: las personas deberían ahorrar más e invertir en portafolios pensando en el largo plazo, dice Shiller, quien también ve en el cambio demográfico una amenaza que debería ser abordada.

-En sus entrevistas más recientes usted ha insistido en que el mercado de renta fija vive una burbuja. ¿Es ese el mayor riesgo que ve para la economía global?

"Correcto. Por eso le dedico un capítulo entero en la nueva edición de mi libro. Creo que el mercado exhibe un comportamiento extraño, con precios demasiado altos y tasas de interés, en algunos casos, en terreno negativo. Tiene todas las características de una burbuja, pero no puedo predecir cómo o cuándo terminará".

-¿Cuán grave puede ser?

"Lo malo de la economía es que no es como predecir el tiempo. Sospecho que puede ser un choque mayor, pero puede que ocurra dentro de varios años, muchos años".

-¿Ve mayor peligro en un mercado de deuda en particular?

"Otra cosa es el peligro de default . Obviamente, el mayor riesgo ahí está en Grecia y en lo que sería una consecuencia en cadena para otros países europeos. Pero eso está determinado exclusivamente por factores políticos y es muy difícil de pronosticar".

-¿Puede el alza de tasa de interés de la Fed anticipar el fin de esta burbuja?

"Lo dudo. La Fed concluyó su programa de QE el año pasado y el precio de los bonos de largo plazo continuó subiendo. Así que no creo que haya un vínculo directo. Eso tiene que ver con que para el mercado de deuda de largo plazo es más importante saber lo que hará la Fed en 15 o 20 años y no en el corto plazo".

-Desde hace un par de años usted ha advertido también que las acciones estadounidenses están demasiado caras y ha alertado de la formación de una burbuja. Sin embargo, los críticos de esa teoría utilizan los recurrentes récords de los índices accionarios como argumento. Y hasta ahora los índices los respaldan.

"Eso, las alzas, es pura psicología humana. Una escuela es la de los mercados eficientes, que toma los mercados accionarios como una especie de oráculo de la economía, bajo la idea de que "el mercado debe saber algo" y, en ese sentido, funciona como un fenómeno de masas. Yo he desarrollado el CAPE (cuya sigla en inglés significa cyclically adjusted price to earnings ratio ), que mide la relación entre el precio de la acción y los beneficios, pero en una década. Hoy el índice es extremadamente alto, entre 27 y 28 (para Estados Unidos). El único período tan largo de expansión fue en 1999 y ya sabemos qué pasó dos años después. Sí, es señal de una burbuja. El problema es que su fin no es muy pronosticable".

-Pero, ¿estamos listos para enfrentar una crisis como la que podría desencadenarse? ¿Están nuestras instituciones más preparadas después del shock financiero de 2008?

"Esa es la pregunta. Ha habido algunos cambios, pero no han sido puestos a prueba. En Estados Unidos entró en vigencia la Ley Dodd-Frank (propiciada por Barak Obama en 2010 y que considera normas de transparencia, control y monitoreo de la banca para dar estabilidad financiera), pero no sabemos cómo las medidas que establece funcionarán frente a otra crisis. Muchos de los elementos que nos llevaron a la última crisis aún están presentes, incluyendo la tendencia de la gente a dejarse llevar por los movimientos de precio de los activos. Pero, por ejemplo, ahora la regulación impide los rescates de empresas, así que habrá que recurrir a otro sistema".

-En ese sentido, la próxima crisis será un gran desafío...

"Sí, de alguna forma. Pero tengo que decir que la crisis que vivimos en 2008 fue un evento raro en la historia. No estoy tan preocupado esta vez. Quizás debería estarlo, pero no por ahora".

-¿Qué alternativa hay para los inversionistas, si tenemos la posibilidad de una burbuja en acciones y también en renta fija?

"Una conclusión es que debiéramos ahorrar más, pero no esperar retornos tan altos como en el pasado. La expectativa de vida ha aumentado y en ese sentido tenemos que ahorrar más para nuestra pensión o trabajar por más tiempo. Quizás no deberíamos jubilarnos a los 65 años o, en todo caso, ahorrar más".

-¿Es el aumento de expectativa de vida entonces un riesgo?

"El problema es que si todos se dedican a ahorrar, la economía puede entrar en desaceleración. No sé si hay una salida para ello. Creo que hemos llegado a un momento en que cada país debe debatir cómo va a responder al cambio demográfico, especialmente en caso de una posible desaceleración de la economía".

""Muchos de los elementos que nos llevaron a la última crisis aún están presentes, incluyendo la tendencia de la gente a dejarse llevar por los movimientos de precio de los activos".

""Debiéramos ahorrar más, pero no esperar retornos tan altos como en el pasado. La expectativa de vida ha aumentado y, en ese sentido, tenemos que ahorrar más para nuestra pensión o trabajar por más tiempo. Quizás no deberíamos jubilarnos a los 65 años".

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