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Entrevista con el autor

David Rosenmann-Taub: "Un espectador que sabe ver es tan artista como el artista"

martes, 09 de diciembre de 2014

Economía y Negocios

El Mercurio

El poeta chileno radicado en Estados Unidos explica por qué reescribió su premiado libro de 1951, "Los Surcos Inundados".



Alone y Armando Uribe son dos de los fieles lectores que conquistó David Rosenmann-Taub con su primera publicación, "Cortejo y Epinicio" (1949). Su entusiasmo no decayó ni siquiera en los períodos de silencio creativo, al menos público, del escritor.

Aunque Rosenmann-Taub se radicó en Estados Unidos en 1985, se reconectó con Chile a partir de 2002, cuando su obra empezó a ser publicada por LOM Ediciones, que acaba de lanzar un nuevo volumen del vate. Se trata de "Los Surcos Inundados", ganador del Premio Municipal de Poesía 1951, y que Rosenmann-Taub reescribió. "El arte, al menos, tiene la posibilidad de crear para que la obra permanezca. Un artista hace lo mejor de lo mejor. Necesita revisar lo hecho para ser fiel a su propósito. Lo que yo quería ya estaba en mi cabeza; pero expresar, con exactitud, mediante el lenguaje, es una larga labor", señala el artista.

-¿Qué espera del lector?

"La obra de arte es tan importante como su espectador. Un espectador que sabe ver es tan artista como el artista. El lector que sabe leer no es menos que el autor. Se produce un punto de contacto: un acuerdo, una manera de volverse uno: el espectador-auditor-lector y la obra. Una cosa es escribir con arte y otra es leer con arte".

"El libro empieza con una sonata y termina con otra. La primera es toda la dicha de crear un hijo y poder sostenerlo. La segunda expresa el dolor de perder el hijo que has creado y que no podrás nunca dejar de amar: lo que traté de hacer de carne y hueso, ahora está hecho de sombra", confidencia el poeta.

-Con la distancia de estos 63 años, ¿sigue pensando que no hay misticismo en estos doce poemas?

"El término 'místico' se ha retorcido tanto. Prácticamente no me dice nada. Pero en este libro está enfrentada la posibilidad de que el mundo fuera diferente; se alude con ataque, con rechazo, al hecho de que todos venimos para morir y podemos morir en cualquier momento. La acusación de que hay algo mal hecho en la Creación podría ser considerada mística. También hay en el libro manifestación de lo positivo, pero, tal como se vive, pierde sentido la vida. Conduce a preguntar ¿por qué nací, por qué existo, por qué tengo esto que llamamos conciencia?".

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