lunes, 28 de julio de 2014
Pablo Tirado
Economía y negocios
Una pequeña impresora 3D en la oficina del diseñador Rodrigo Alonso (creador del saco selkbag) fue el punto de partida.
La publicista Lolo Jeria llevaba varios años trabajando en agencias de publicidad, pero sentía que necesitaba algo más: armar su propio emprendimiento. Así, hace poco más de un año entró a la oficina de Alonso, miró la impresora y el pidió que le hiciera un anillo express. Él le respondió que le diera un poco más de tiempo y que mejor le diseñaba uno especial. “Una vez que me entrega ese anillo yo dije: ‘esto es, acá está lo que yo esperaba hace mucho tiempo y acaba de llegar a mis manos’”, recuerda Jeria, quien inmediatamente le propuso a Alonso que armaran Aldeo, su empresa de joyas impresas con tecnología 3D.
Con una inversión de $ 12 millones solo en la impresora, la empresa nació como una forma de unir el diseño con el mundo de los accesorios femeninos. “Aldeo no compite con la orfebrería, ni con los productos chinos, ni con nada. Es un súper objeto de diseño de plástico que se ocupa en el lugar donde se ocupa una joya”, explica Jeria.
Hasta la fecha, la empresa ha lanzado tres colecciones al mercado, entre anillos, pulseras y collares. Todos son diseñados por Rodrigo Alonso y luego fabricados literalmente de la nada en un proceso que demora entre nueve minutos y dos horas.
Producen unos 200 anillos al mes y están a la venta en su web, así como en espacios de diseño como Depto51, Cómodo y Monjitas a la Moda del Alto Las Condes. A nivel internacional, están presentes en una tienda en Suiza.
