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“Los de más bajos ingresos no son los que están hoy criticando la reforma tributaria”

lunes, 07 de abril de 2014

Miriam Leiva y David Lefin
Economía y Negocios

“La carga tributaria de hoy es de hace 30 años en comparación con países de mismo ingreso per cápita de la OCDE. Y hasta ahora no he visto ningún debate respecto de eso, lo que demuestra que teníamos razón y que hay espacios para aumentar la carga”, explica el secretario de Estado.

En menos de una semana el ministro de Hacienda, Alberto Arenas, se ha convertido en el predicador de la reforma tributaria.

Ha acudido a todos los escenarios: tribunas empresariales, medios de comunicación y sesiones legislativas.

Las críticas han llovido, incluso de los que comentan que no se ha cambiado de camiseta y sigue actuando como un director de Presupuestos, cuidando de cuadrar la caja y de que no se mueva una línea fuera del programa.

No le preocupa. “Venir de Presupuestos me da un estilo como la transparencia fiscal, la responsabilidad y política de balance estructural que tiene el programa de gobierno. Ese es un activo del ministro de Hacienda, aunque para algunos sea una crítica”, señala este economista de la Universidad de Chile, con un doctorado en la Universidad de Pittsburgh, Estados Unidos, y quien fue director de Presupuestos durante el primer gobierno de Michelle Bachelet.

Su despliegue tiene un objetivo: que el proyecto sea despachado lo más pronto posible, ojalá antes de agosto para incorporarlo en el Presupuesto 2015. Añade que no ha olvidado sus otros deberes como inyectar dinamismo a la economía o la responsabilidad con las cuentas fiscales.

Tanto es así, agrega, que un tercio de los US$ 8.200 millones que ingresarán vía reforma tributaria, serán destinados para enfrentar el déficit estructural y entregar las arcas en 2018 en equilibrio.

Los otros dos tercios también tienen destino: reforma educacional y protección social.

—Pero aún no se conoce en qué consistirán los cambios educacionales, ¿no está poniendo la carreta delante de los bueyes?


“Es completamente al revés. La señal es muy clara, la reforma tributaria va a ayudar a esos tres objetivos. La sustentabilidad del programa de gobierno pasa por la aprobación de este proyecto, era exactamente lo que había que hacer en primera instancia. Eso es ser responsable con la ciudadanía”.

—¿Y es responsable subir impuestos en época de desaceleración?


“La carga tributaria de hoy es de hace 30 años en comparación con países de mismo ingreso per cápita de la OCDE. Y hasta ahora no he visto ningún debate respecto de eso, lo que demuestra que teníamos razón y que hay espacios para aumentar la carga. Es decir, retomar la senda de crecimiento en Chile es absolutamente compatible con aumentar la carga tributaria. Creo que había muchos mitos”.

“Creemos que en 2015 y 2016 estaremos creciendo a nuesto PIB potencial de 4,8%”


—¿Le ha sorprendido la recepción al proyecto?


“Ya sabíamos del apoyo que iba a tener el proyecto en la etapa prelegislativa que tuvimos con la Nueva Mayoría, y ahora constatamos una mayoría de la comisión de Hacienda en favor del proyecto. Vemos buenos signos a partir del debate y creemos que vamos a tener una reforma aprobada dentro de lo esperado”.

—Ese apoyo es en términos legislativos donde su sector es mayoría, pero no en el sector privado donde la recepción no ha sido muy buena.


“No es ninguna sorpresa. Una reforma de esta magnitud, que va a generar 3,02 puntos del PIB en términos de ingreso, naturalmente debe provocar un debate en los actores sociales que de una u otra manera están expresando su acuerdo con los objetivos o cuestionando”.

—¿Qué opina de los cuestionamientos?


“Hay que diferenciar. Hay algunas luces en el mercado que estamos siguiendo, relacionadas con un debate técnico, ¡bienvenidas sean!; y otras, con un lenguaje de campaña del terror, en las que el Gobierno no se va a hacer eco”.

—¿A cuáles se refiere?


“A aquellos agoreros, con frases como que habrá problemas en el mercado financiero; que habrá problemas con algunas inversiones; que podría ocurrir algo con el crecimiento; no hablan desde las cifras porque no los acompañan.

Todas las cifras de países desarrollados demuestran que es compatible avanzar en crecimiento con una mayor carga tributaria. El crecimiento potencial de Chile, de mediano plazo, no está en juego porque su diseño se hace cargo de una recaudación progresiva y de un gasto que invierte en capital humano”.

-¿Cuáles son las proyecciones de crecimiento que espera para este período con reforma mediante?


“Creemos que en 2014 iremos de menos a más; que en 2015 va a ser mejor que 2014; y que en 2015 y 2016 estaremos creciendo a nuestro PIB potencial que es 4,8%. Pensamos que invertir en productividad (educación) es consistente con ese nivel de desarrollo potencial”.

—Usted ha afirmado que en el diseño de los cambios ha considerado la desaceleración, ¿era otro el diseño original del programa?


“En el corto plazo, el diseño ha considerado el ciclo económico con medidas específicas que se aplican en forma transitoria desde que se aprueba la ley por 12 meses. Adicionalmente, nuestra reacudación se va construyendo en los años: 0,3 puntos en 2014; 0,8 puntos en 2015; 1,8 en 2016; en torno a 2,5 en 2017 para llegar a 3,02 en 2018”.

—Cuesta un poco entender que estén haciendo modificaciones tributarias para heredar la mayor cantidad de recursos a otro gobierno.


“En nuestra administración vamos a estar recibiendo no menos del 81% de lo que vamos a recaudar en régimen, la gran parte va a estar implementada en esta administración. Lo que pasa es que hemos buscado una gradualidad que sea consistente con crecimiento”.

—Al final del día, ¿los aumentos de impuestos no se terminarán pasando a precios a los consumidores con la consiguiente inflación?


“Esta reforma tiene una columna vertebral y es que proporcionalmente los que tienen más hagan un esfuerzo superior y paguen lo que corresponda, y los esfuerzos están concentrados en el primer decil. La pregunta de cuánto se traspasa a precios está alejada de este debate”.

—La pregunta es quién finalmente pagará el impuesto.


“Ese es el punto. Y nuestro diseño implica que los que tienen más aporten más, y si miran todos los indicadores así está concentrado: los primeros siete deciles se mantendrán con la misma carga exactamente; el aumento será muy marginal en el octavo; y empieza a cambiar en el noveno y efectivamente el último decil tendrá una carga superior”.

—Menciona que la reforma reducirá la desigualdad, no obstante, no se ha querido jugar por una cifra de cómo quedará situado Chile en los indicadores de distribución del ingreso.


“La reforma está estructurada para que paguen más los que tienen más. Y si uno se da cuenta de las opiniones más técnicas, o de las críticas, están bastante correlacionadas: es decir, los de más bajos ingresos no son los que están hoy criticando la reforma tributaria”.

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