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Por qué los Yarur Rey pagaron casi US$ 100 mills. a su primo Jorge Yarur por cerrar disputa

lunes, 27 de enero de 2014

Valeria Ibarra y Claudia Ramírez


El riesgo de que se dañara la imagen de los Yarur Rey y del Bci era muy alto, mientras el dueño del Museo de la Moda temía que sus acciones judiciales no prosperaran.

Hace ocho meses Jorge Yarur Bascuñán tomó medidas judiciales contra sus primos
Luis Enrique, Jorge Alberto y Juan Carlos Yarur Rey, porque según él cuando
vendió sus acciones del Bci, se le pagó menos del precio de mercado de ese
momento. En esa oportunidad, de la otra vereda, sus familiares calificaron sus
acciones como "un evidente intento de montaje de un negocio jurídico-
comunicacional" que "claramente busca enlodar a la familia Yarur Rey". Y
agregaron: "Se ha inventado una historia casi 20 años después, basada en hechos
falsos o mañosamente manipulados".

Jorge "Toto" Yarur presentó en mayo del año pasado una medida prejudicial
pidiendo información sobre la venta de sus acciones del Bci a sus primos
acontecida en 1994.

Pero hoy la historia es distinta y Jorge "Toto" Yarur llegó a un acuerdo con sus
primos.

¿Por qué si Jorge Yarur dijo hace un año que esto no era una cuestión de dinero
aceptó casi US$ 100 millones -escalonadamente hasta el año 2017- y si los Yarur
Rey decían que era un "montaje", pagaron esa suma?

Trastienda de la negociación


Según conocedores del caso, las negociaciones partieron en mayo de 2013, cuando
los representantes legales de Jorge Yarur presentaron la medida prejudicial para
solicitar información sobre la operación en cuestión y cuando el Bci compró un
banco en Miami, el City National Bank of Florida, por US$ 882,8 millones.

En la primera línea de la negociación estuvieron los abogados de ambos y solo se
encontraron en un par de ocasiones. Luis Ortiz Quiroga, de Puga & Ortiz, y
Álvaro Ortúzar, se abocaron a representar a la familia Yarur Rey, mientras Juan
Pablo Hermosilla defendía los intereses de Jorge Yarur Bascuñán.

Si bien no había seguridad de un éxito jurídico, el riesgo de que se dañara la
imagen de los Yarur Rey y del Bci era muy alto e incluso había nerviosismo entre
los inversionistas institucionales.

Por el lado de Jorge Yarur, no existía seguridad de éxito. De acuerdo a abogados
expertos, si hubo delito en la compra y venta de acciones, este prescribió a los
cinco años de materializada la operación. Por eso Hermosilla alegaba
"inexistencia" de la transacción, pero este es un concepto muy controvertido
entre los juristas y no masivamente aceptado en la comunidad legal.

Pero lo más complejo es que podían darse a conocer datos comprometedores. Jorge
Yarur dijo en una misiva a su primo (ver nota relacionada) que la operación por
la cual cedió el control del Bci habría sido ilegal porque se pagó un valor muy
bajo: "El precio de US$ 2,1 por acción -$ 828 en el dinero de la época- pagado a
fines de septiembre de 1994, que según tus palabras era el precio del mercado,
es menos de la mitad del precio real de Bolsa que tenían las acciones en ese
momento", sostiene en una carta enviada en abril del 2012 a su primo y
presidente del Bci, Luis Enrique Yarur.

La venta del paquete que le dio a Empresas Juan Yarur (EJY) el control del Bci
se firmó en agosto de 1994. En ese entonces, la acción del banco en la Bolsa de
Santiago se transaba a $1.670 (US$ 3,98) y en septiembre de 1994 llegó a
$1.759,9 (US$ 4,24) en moneda de esa fecha.

En 1994 mediante varias operaciones EJY -la controladora del banco, con 53,73% y
conformada por los hermanos Luis Enrique, Juan Carlos y Alberto Yarur Rey- pasó
a tener la mayoría accionaria. Jorge Yarur tiene el 4,23%.

Si bien la mayor parte de sus acciones del Bci se vendieron en 1994, los
administradores del presidente del Museo de la Moda -Pedro del Fávero hasta 1999
y desde esa fecha hasta 2010 Daniel Yarur Elsaca, su otro primo- enajenaron las
restantes en los años siguientes, las cuales fueron vendidas casi totalmente a
Empresas Juan Yarur, explicaron ligados al caso.

Los orígenes del desencuentro


Hace 23 años, el cuarto piso del Banco de Crédito e Inversiones albergaba las
oficinas de su presidente y máximo accionista, Jorge Yarur Banna; de su sobrino
y gerente general, Luis Enrique Yarur Rey; y de Jorge Yarur, el hijo del dueño
del banco, que iba poco a esas dependencias, pero era un personaje querido por
todos. En la familia reinaba la cordialidad y el cariño. Veinte años más tarde,
de eso, no queda nada.

Los casi US$ 100 millones que Empresas Juan Yarur -presidida por Luis Enrique,
que también timonea el Bci desde hace dos décadas- se comprometió a pagar a su
primo Jorge para evitar acciones judiciales en su contra, por la compraventa de
acciones del Bci ocurrida en 1994, no han logrado aplacar la animadversión entre
ambos.
Quienes conocen a la familia lo saben. "Si Jorge (Yarur Banna) viera esto se
volvería a morir", dice un colaborador del fallecido presidente del banco, quien
falleció en 1991, el mismo día en que pagó la deuda subordinada.

Ese fatídico 16 de octubre del "91 empezó todo. La muerte de Yarur Banna
conmocionó a quienes trabajaban en la entidad, sin saber qué hacer, dicen
profesionales del Bci. Raquel "Pichita" Bascuñán, su viuda, estaba delicada de
salud y Jorge "Toto" Yarur no mostraba interés en el negocio financiero. En
1994, madre e hijo vendieron sus acciones a Empresas Juan Yarur, controlada por
los hermanos Luis Enrique, Carlos Alberto y Juan Carlos Yarur Rey. Estos pasaron
a controlar el banco. Aparentemente, todo estaba en calma.

El regreso de "Toto"


"Era un chiquillo precioso, cariñoso, feliz, el orgullo de su padre y su madre.
Cuando la familia celebraba "San Jorge", Toto se vestía con la ropa de su padre
¡y se veía tan bien!", dice una amiga de la familia que prefiere mantener su
nombre en reserva. "Le dieron todo, pero quizás no lo educaron para la vida",
reflexiona.

Jorge Yarur se fue de Chile por varios años tras morir su madre y en 1999, a
pocos años de vender gran parte de sus acciones en el Bci, le entregó la
administración total de su fortuna a su primo Daniel Yarur Elsaca, entonces
titular de la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS). "Estaba con
depresión, pero no es lo único. Tenía un problema traumatológico y vi la
posibilidad de operarme por segunda vez en Italia. Tengo VIH desde 1984 y en ese
momento por esa condición y la adicción a la cocaína, que es inmunodepresora,
estaba en constante riesgo", contó el dueño del Museo de la Moda a este diario.

En 2010, recuperado síquica y físicamente, Jorge tomó el control de su fortuna.
Dice que descubrió que su primo Daniel se había apropiado de US$ 100 millones y
que además se había autopagado por su gestión en demasía: $57 millones al mes.
En este contexto, sus abogados, Nurieldín Hermosilla, su hijo Juan Pablo y todos
los profesionales del bufete, revisaron la operación de venta del Bci a los
Yarur Rey acontecida antes que Yarur Elsaca fuera el administrador, pero cuyos
pagos se hicieron hasta inicios del 2000.

Entonces Jorge inició la pelea por las acciones del Bci y se centró en Luis
Enrique Yarur. "Toto" dijo en mayo de 2013 que por esos títulos "se pagó de a
poco... justo cuando se daban los dividendos del banco, él (Luis Enrique Yarur)
me pagaba". Y agregó: "El único pariente que salió beneficiado con esto (la
venta de las acciones del Bci) fue Luis Enrique; los otros hermanos (Alberto y
Juan Carlos) no tienen que ver". Añadió: "Luis Enrique lo ha hecho bien (en el
Bci), pero estamos reclamando la forma en que (el banco) llegó a sus manos".

En ese entonces, "Toto" explicó sus motivos: "Este no es un tema de plata, yo no
necesito esto en lo absoluto, yo tengo el deber moral de hacer esto por la
memoria de mi papá".

Ante eso, la familia Yarur Rey reaccionó cerrando filas. "Son gente de trabajo y
emprendimiento, y no permitirán que se intente dañar su reputación o la de las
empresas en que participan. Junto a todos sus ejecutivos y colaboradores han
continuado con el legado que don Juan Yarur Lolas (abuelo de Jorge Yarur) dejó y
han sido uno de los principales motores del desarrollo y emprendimiento en
Chile", dijeron cercanos a este medio.

De acuerdo a la familia controladora del Bci, Jorge Yarur Bascuñán fue quien
primero manifestó el interés en vender los títulos accionarios del banco. "Él le
pidió expresamente a Luis Enrique Yarur formular una oferta con el objeto de que
esas acciones del Bci quedaran en manos de los Yarur Rey y que de esa forma se
continuara con el legado familiar. Las transacciones de compraventa de 1994 son
absolutamente válidas desde el punto de vista económico-jurídico, sobre ellas no
procede cuestionamiento alguno".



El desconocido intercambio epistolar entre Jorge y Luis Enrique Yarur previo al
acuerdo
La antesala del acuerdo entre Jorge Yarur
y la familia Yarur Rey estuvo marcada por un breve y hasta ahora desconocido
intercambio epistolar entre Jorge Yarur y su primo Luis Enrique y en el que
también son interpelados terceros vinculados a ambos.

"El Mercurio" tuvo acceso a la seguidilla de seis cartas desde septiembre de
2011 hasta abril de 2012, previas a la medida prejudicial presentada en
tribunales por Jorge Yarur.

El intercambio epistolar se inició el 28 de septiembre de 2011, cuando Jorge
Yarur le hizo llegar una carta a Pedro del Fávero, administrador de sus acciones
hasta 1999. En la carta, Jorge Yarur le pide a su ex asesor antecedentes -
contratos, promesas, transferencias de acciones, etc.- sobre las operaciones de
venta de sus acciones del Bci, de su madre y de sociedades controladas por él.
El 7 de octubre del mismo año, el ex asesor responde a Jorge Yarur que no posee
los antecedentes solicitados y asegura que desconoce las operaciones aludidas.
"Jamás tuve conocimiento de que se haya efectuado venta alguna de dichas
acciones", indica Pedro del Fávero.

Un mes después, Yarur toma la ofensiva y se dirige al fiscal del Bci, Pedro
Balla, solicitando información sobre la venta histórica de sus acciones, las de
su madre, Raquel Bascuñán; de su padre, Jorge Yarur Banna, y de sociedades
relacionadas como Empresas Juan Yarur S.A., Hilandería Renca S.A., entre otras.
El 12 de diciembre de 2011, Pedro Balla le envía a Jorge Yarur una lista de los
accionistas vigentes del Bci, su RUT, y la cantidad de acciones que posee cada
uno.

Insatisfecho con esta respuesta, Jorge Yarur escribe directamente a Luis Enrique
una carta, de dos páginas, con fecha 16 de abril de 2012. En esta, le recuerda
que el 6 de marzo de 2012 ambos se reunieron y que Luis Enrique Yarur le habría
asegurado que le entregaría los antecedentes que solicitaba. Sin embargo, en una
reunión posterior, según "Toto", se le indicó que no estaba toda la información
disponible.

Jorge Yarur señala a Luis Enrique Yarur: "Estoy pidiendo lo mínimo, tener los
antecedentes históricos que reflejan las operaciones que tuvieron lugar hace ya
bastantes años. Lo único que me queda claro a estas alturas es que tú, al igual
que el banco, no están dispuestos a entregarme estos antecedentes por alguna
razón que desconozco, pero intuyo. El "banco de la transparencia" parece ser
bien opaco en sus mecanismos internos", señala Jorge Yarur. Agrega: "Quiero
recordarte que fuiste elegido presidente del directorio después de la muerte de
mi padre, gracias al apoyo y los votos que mi madre y yo te dimos, en un acto de
confianza que hoy se ve traicionado".

El 20 de abril de 2012, Luis Enrique Yarur responde en una breve misiva: "En
relación a su carta de fecha 16 de abril de 2012, debo manifestarle que lamento
profundamente sus términos ofensivos y que rechazo íntegramente su contenido".


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